La CGT busca unidad antes de renovar su conducción: tensiones, acuerdos y nombres en danza

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
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  • La CGT elegirá nuevas autoridades el 5 de noviembre en Parque Norte.
  • Los sectores “gordos”, “independientes” y “moyanistas” buscan consensuar una lista de unidad.
  • Cristian Jerónimo (Vidrio) y Juan Pablo Brey (Aeronavegantes) lideran las gestiones para incluir a todos los espacios.
  • Héctor Daer dejará la conducción pero pretende incidir en la sucesión y en la distribución de cargos clave.
  • La UOM de Abel Furlán resiste presiones para ceder la Secretaría de Interior.
  • Juan Carlos Schmid propone reemplazar el triunvirato por una conducción unipersonal con mayor poder político.

La Confederación General del Trabajo (CGT) entró en su etapa más intensa de negociaciones internas de cara a las elecciones del 5 de noviembre, cuando se renovará la conducción de la central obrera en el predio de Parque Norte. Mientras los sectores de los llamados “gordos”, “independientes” y “moyanistas” buscan puntos de coincidencia, el desafío pasa por alcanzar una lista de unidad que evite fracturas y logre representar a todas las corrientes del sindicalismo argentino en un contexto político y económico marcado por la tensión con el gobierno de Javier Milei.

En los pasillos de Azopardo 802, la sede histórica de la CGT, aseguran que prevalecerá el acuerdo, aunque nadie oculta el ruido interno. La consigna que circula entre los dirigentes es “no sobra nadie”, una señal de apertura frente a los reclamos de distintos espacios gremiales que exigen más participación en la mesa de decisiones.

Jerónimo y Brey, los articuladores silenciosos

Con el aval de Gerardo Martínez (Uocra) y Andrés Rodríguez (UPCN), dos de los principales estrategas de la actual conducción, las conversaciones son encabezadas por Cristian Jerónimo, del sindicato del Vidrio, y Juan Pablo Brey, de Aeronavegantes. Ambos asumieron el rol de mediadores entre los sectores más enfrentados y buscan reconstruir puentes con los gremios que se distanciaron tras la salida de Pablo Moyano el año pasado.

Jerónimo y Brey mantuvieron encuentros con Jorge Ávila (petroleros de Chubut), Juan Carlos Crespi (Supeh), Guillermo Moser (Luz y Fuerza) y dirigentes de perfil kirchnerista como Omar Plaini (Canillitas). También hubo foto con Sergio Sasia, de la Unión Ferroviaria, uno de los gremialistas que promueve una renovación del liderazgo cegetista con mayor representatividad territorial y sectorial.

Según fuentes cercanas a las negociaciones, ambos sindicalistas no aspiran a cargos de conducción, sino a “ampliar la base de poder y renovar la legitimidad” de la CGT. En ese sentido, buscan tejer vínculos con intendentes bonaerenses y dirigentes políticos del peronismo para articular políticas comunes frente al avance de las reformas impulsadas por el oficialismo libertario.

El rol de Daer y la disputa por la sucesión

Uno de los focos de mayor tensión gira en torno a Héctor Daer, referente del gremio de Sanidad y uno de los miembros del actual triunvirato cegetista. Daer ya adelantó que no buscará renovar su mandato, aunque pretende dejar bien encaminada la sucesión. Su propuesta apunta a mantener un esquema de tres secretarios generales, con representación de los sectores del transporte, la industria y los servicios.

En ese marco, impulsa la figura de Jorge Sola, del gremio de Seguros, como uno de los nombres fuertes de la próxima conducción. Su perfil dialoguista y su buena relación tanto con Daer como con Hugo Moyano lo posicionan como una pieza clave para garantizar el equilibrio interno.

Sin embargo, las negociaciones no se agotan allí. Daer también busca influir en la designación del próximo secretario de Interior, un cargo históricamente reservado a la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). El actual titular de la UOM, Abel Furlán, cercano al kirchnerismo, ya advirtió que no cederá ese lugar, dejando entrever una pulseada abierta por uno de los espacios más estratégicos de la estructura sindical.

El dilema: triunvirato o liderazgo unipersonal

Mientras la mayoría de los sectores parece inclinarse por mantener el formato de conducción colegiada, Juan Carlos Schmid, jefe de la poderosa Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), plantea una visión distinta. Para Schmid, la CGT necesita una sola figura fuerte al mando, capaz de consolidar el poder y enfrentar con firmeza la agenda de ajuste y desregulación laboral del gobierno nacional.

La postura del dirigente transportista reaviva un debate histórico dentro del movimiento obrero: la tensión entre la unidad simbólica que representa el triunvirato y la eficacia política que podría ofrecer una conducción unificada.

A menos de un mes de los comicios, la CGT se mueve entre las presiones, los acuerdos y las viejas desconfianzas. Pero también entre la necesidad de proyectar un liderazgo sólido en una etapa en la que el sindicalismo argentino se enfrenta al desafío de redefinir su rol frente a un modelo económico que busca recortar su influencia.

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