Pichetto se planta ante el Gobierno: “El Congreso no es una escribanía”

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
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  • Respaldo parlamentario: Miguel Ángel Pichetto apoyó la sesión del Senado donde se aprobaron tres medidas sociales: emergencia en discapacidad, aumento del bono jubilatorio y prórroga de la moratoria previsional.
  • Críticas al Gobierno: Cuestionó con dureza al Ejecutivo por intentar desacreditar la sesión y por pedir la renuncia de la vicepresidenta Villarruel, quien solo cumplió su rol institucional.
  • Defensa del Congreso: Afirmó que el Congreso actúa con responsabilidad y no debe ser tratado como una "escribanía". Señaló que el Gobierno no entiende la dinámica parlamentaria.
  • Urgencia social: Justificó el tratamiento rápido de los proyectos por la gravedad de la situación social, especialmente en jubilaciones y discapacidad.
  • Crítica a medios oficialistas: Ironizó sobre periodistas afines al Gobierno, acusándolos de perder credibilidad ante la sociedad.
  • Reclamo de institucionalidad: Reivindicó el rol del Congreso como poder independiente y subrayó que no se puede construir gobernabilidad con insultos y negación de la realidad.

En un contexto de creciente tensión entre el Congreso y el Poder Ejecutivo, el diputado nacional Miguel Ángel Pichetto salió a respaldar con firmeza la sesión del Senado que aprobó tres medidas clave de alto impacto social, impulsadas por la oposición: la declaración de emergencia en discapacidad, la suba del bono jubilatorio de $70.000 a $110.000 y la prórroga por dos años de la moratoria previsional.

Desde el canal C5N, Pichetto —líder del bloque Encuentro Federal— defendió la actuación parlamentaria y lanzó duras críticas al Gobierno por su intento de desacreditar la sesión e incluso por haber solicitado la renuncia de la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien como titular del Senado permitió que el debate avanzara.

“El Congreso está tratando de equilibrar las cosas. Actúa con una responsabilidad muy grande, aun cuando del otro lado lo que escuches son agravios”, advirtió el legislador peronista. Y agregó: “Hay que aceptar las reglas del sistema y trabajar para que a la Argentina le vaya bien”.

Críticas al oficialismo y a la interna libertaria

Pichetto no escatimó en cuestionamientos al oficialismo. Consideró “de una gravedad enorme” que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, haya pedido la renuncia de Villarruel por cumplir con su función parlamentaria.

“Si este Gobierno quiere transmitir previsibilidad, seguridad jurídica, atraer inversiones… bueno, no es por ahí”, disparó con ironía. “Solo cumplió su rol, que era dirigir la sesión”.

En ese marco, el diputado sostuvo que el oficialismo no comprende las dinámicas del Congreso y se comporta como si esperara obediencia ciega: “El Gobierno tiene problemas para comprender la realidad. No acepta que funcionan las mayorías en las Cámaras. El Congreso no es una escribanía”.

“La urgencia social amerita decisiones concretas”

Frente a las críticas sobre la celeridad en el tratamiento de los dictámenes, Pichetto defendió la necesidad de actuar con premura ante la crisis social. “Puede haber cuestionamientos al procedimiento, pero la urgencia social amerita decisiones concretas”, argumentó.

El dirigente subrayó que temas como las jubilaciones y la situación de las personas con discapacidad no admiten dilaciones: “Hay una crisis profunda, especialmente en materia previsional y de discapacidad”.

Dardos al periodismo oficialista

Fiel a su estilo frontal, Pichetto también apuntó contra el periodismo afín al Gobierno. “A muchos les va a costar reubicarse como periodistas. Algunos no pueden salir a la calle, les cuesta mucho. Están como Cristina Kirchner, que no podía caminar tranquila por su barrio”, ironizó.

Defensa de la institucionalidad

Lejos de la retórica confrontativa del Ejecutivo, Pichetto reivindicó el papel del Congreso como contrapeso del poder. “Las reglas están para cumplirse, aunque molesten. El Congreso tiene facultades y debe ejercerlas. No podemos construir gobernabilidad sobre la base de insultos o negación de la realidad”, concluyó.

La sesión del jueves evidenció una nueva grieta entre el Ejecutivo y el Legislativo. Y Pichetto, con tono desafiante pero institucional, dejó en claro que el Parlamento no está dispuesto a ser un convidado de piedra en el debate político.

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