Consumo en transformación: crecen los bienes durables, caen los esenciales y el crédito impulsa cambios en el gasto

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
inflacion-consumo-supermercados-precios
  • El consumo de bienes durables creció 56,5%, mientras que el de no durables cayó 3,8% en el primer trimestre del año.
  • El poder adquisitivo mejora frente a bienes como autos, pero se deteriora frente a alimentos y combustibles.
  • El ajuste de tarifas elevó el gasto en servicios públicos, reduciendo el margen para consumo esencial.
  • El crédito y la apertura de importaciones impulsan el consumo de bienes durables, especialmente en el interior del país.
  • El consumo masivo muestra un leve repunte, tras una fuerte caída en 2024, pero sigue por debajo de niveles históricos.
  • El desafío es evitar que crezcan las desigualdades, entre quienes acceden al crédito y quienes solo cubren necesidades básicas.

El nuevo rumbo económico adoptado por el gobierno nacional está modificando de forma significativa los patrones de consumo de los argentinos. De acuerdo con un informe de la consultora PXQ, en el primer trimestre del año se observó un fuerte repunte en la compra de bienes durables y semi durables, con un alza interanual del 56,5%, mientras que el consumo de bienes no durables, como alimentos y combustibles, retrocedió un 3,8%.

La clave de este fenómeno radica en la recomposición del poder adquisitivo frente a ciertos bienes tras la devaluación de diciembre de 2023. Mientras el salario perdió frente a productos esenciales como la nafta (+29%) o la leche (+13%), mejoró en relación con los autos, cuyo acceso volvió a estar levemente más cerca: un 3% más favorable, según PXQ.

El impacto del ajuste tarifario

Uno de los factores centrales en este nuevo mapa del consumo es la suba de tarifas. El desmonte de los subsidios a los servicios públicos elevó el peso de esos gastos en los hogares: pasaron de representar el 22,8% del salario en noviembre pasado a 29,6% en abril de 2025. El efecto es claro: menos margen para consumo esencial, más espacio para bienes durables, muchas veces financiados vía crédito.

Crédito e importaciones, impulsores del cambio

Otro dinamizador ha sido el regreso del crédito. Entre fines de 2023 y marzo de 2025, los préstamos personales crecieron en promedio un 86% a nivel nacional, según Ecolatina, con mayor expansión en el interior del país (+76%) que en el Gran Buenos Aires (+62%). Esto empujó con fuerza la demanda de productos de mayor valor y, en paralelo, debilitó el consumo masivo.

El efecto se acentuó con la apertura comercial. Las importaciones de autos, electrodomésticos, muebles y ropa crecieron con fuerza en el primer cuatrimestre del año, con subas que superan el 100% en varios rubros. En el caso de los autos, la participación de vehículos nacionales en las ventas cayó 30%, favoreciendo a los modelos importados.

Señales de recuperación del consumo masivo

No obstante, el consumo masivo empieza a dar señales de repunte. Según Scentia, creció un 5,5% en mayo, acumulando por primera vez en el año una variación positiva (+0,6%). Nielsen también detectó una mejora interanual del 2,8% en abril, en línea con la suba del 10,8% interanual en los salarios registrados medida por el INDEC.

Este leve rebote llega tras un 2024 marcado por una caída histórica del consumo masivo, del 13,9%, y con un nivel que aún se mantiene cerca de un 20% por debajo del pico de 2017.

Conclusión

La Argentina atraviesa una reconfiguración del consumo: se reduce el gasto en bienes esenciales mientras crece el de productos durables, apalancado en el crédito y la apertura comercial. Aunque algunos indicadores del consumo masivo comienzan a repuntar, la recuperación plena aún luce lejana. El desafío del Gobierno será equilibrar este escenario sin profundizar las brechas entre quienes pueden aprovechar las nuevas condiciones y quienes apenas llegan a fin de mes.

Últimas noticias
Te puede interesar
Lo más visto