Boom agroexportador: el campo acelera ventas ante el fin de la baja de retenciones

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • El 30 de junio finaliza la baja temporal de retenciones (DEX) para soja y maíz, lo que generó un boom de ventas agroexportadoras.
  • Se prevé una liquidación récord de entre u$s4.500 y u$s5.500 millones, con operaciones anticipadas hasta noviembre.
  • Ya se declararon 7,9 millones de toneladas exportadas, el doble del promedio histórico.
  • La decisión del Gobierno de no prorrogar la baja de DEX para soja y maíz, pero sí para trigo y cebada, aceleró las ventas.
  • Factores externos, como la suba del petróleo, y una buena cosecha también impulsaron la oferta.
  • El Gobierno mantiene firme su postura, aunque analiza una alícuota intermedia para el maíz.
  • El agro busca anticiparse al nuevo esquema fiscal, pero el segundo semestre genera incertidumbre por posibles frenos en ventas y precios internos.

El 30 de junio marcará un antes y un después para el agro argentino. Con el fin inminente de la baja temporal en los derechos de exportación (DEX) para soja y maíz, el sector agroexportador entró en una carrera contrarreloj que desató un auténtico boom de ventas, con cifras que podrían romper todos los récords históricos de liquidación mensual.

Según estimaciones privadas, el mes podría cerrar con ingresos por exportaciones de entre u$s4.500 y u$s5.500 millones, impulsados por un frenesí de ventas anticipadas que abarca contratos hasta noviembre. En apenas nueve días hábiles antes del cambio de régimen impositivo, los productores multiplicaron operaciones para evitar el impacto del regreso al 33% de retenciones, que reduciría notablemente sus márgenes de ganancia.

Hasta el 12 de junio, ya se declararon exportaciones por 7,9 millones de toneladas, más del doble del promedio histórico para esta época del año. El maíz lidera con 3,5 millones de toneladas, seguido por la harina de soja (2,2 millones), el poroto de soja (1,04 millones) y el aceite (469.000 toneladas). El valor declarado hasta ahora supera los u$s2.300 millones, pero de mantenerse la tendencia, la liquidación mensual podría alcanzar incluso los u$s6.000 millones, según los analistas más optimistas.

El detonante fue la decisión oficial de no extender la baja de DEX para soja y maíz, medida que sí se mantendrá para el trigo y la cebada. Esta diferencia generó tensión y urgencia en el mercado, donde se multiplicaron las ventas primarias: se están negociando más de 500.000 toneladas diarias, con entregas programadas hasta noviembre, buscando construir un "colchón logístico" frente a la incertidumbre fiscal.

Viento internacional a favor

A este contexto local se suma un entorno internacional favorable. La suba del petróleo por las tensiones en Medio Oriente empujó el precio de las commodities, incluyendo la soja, que ronda los u$s280 por tonelada. Aunque los valores no son los más altos del año, la combinación entre buena cosecha y ventana fiscal propicia disparó la oferta.

En comparación con campañas anteriores, ya se alcanzó el 77% del promedio anual entre 2017 y 2024 y el 89% del volumen operado el año pasado a esta altura. La aceleración refleja tanto la presión por el inminente cambio impositivo como una reacción ante el aumento de costos y la volatilidad cambiaria.

El dilema del Gobierno

El Ejecutivo, por ahora, mantiene su postura: no habrá prórroga para los beneficios fiscales en soja y maíz. Sin embargo, el maíz sigue bajo análisis y no se descarta una alícuota intermedia. Desde el sector exportador insisten en que un esquema impositivo más previsible y competitivo podría incluso aumentar la recaudación vía mayores volúmenes.

La decisión es clave: en un semestre marcado por las urgencias financieras y las tensiones electorales, el agro vuelve a ser un salvavidas para el equilibrio externo. Las ventas anticipadas podrían extender el flujo de dólares hasta julio y agosto, pero el gran interrogante es qué pasará después.

El segundo semestre, en la mira

A partir del 1 de julio, con el regreso pleno de las retenciones y el 70% de la soja aún sin precio fijado, la capacidad de pago de la exportación podría caer, afectando el precio interno y desalentando nuevas ventas. El riesgo de un freno comercial preocupa a todo el circuito agroindustrial.

“El nivel de negocios desde fines de mayo fue explosivo, pasando de 400 mil a más de 500 mil toneladas por día”, explicó a Ámbito el analista Javier Preciado Patiño, quien también advirtió que algunos valores ofrecidos a futuro sugieren que “el mercado apuesta a la continuidad del DEX al 26% post julio”.

Hoy por hoy, todo el sector trabaja a contrarreloj. Las terminales portuarias operan al límite, las industrias aceleran la molienda y los productores cierran ventas sin pausa. Junio promete cerrar con un récord histórico, pero también con la certeza de que el agro argentino sigue dependiendo, como nunca, de las reglas del juego que impone la política económica.

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