Sueldos en el Senado: sólo 35 legisladores renunciaron al aumento y el kirchnerismo elige el silencio

• Los sueldos brutos de los senadores aumentaron a más de $9,5 millones mensuales tras una actualización automática vinculada a los aumentos del personal legislativo.
• Solo 35 de 72 senadores renunciaron formalmente al aumento; la mayoría son opositores dialoguistas y oficialistas no kirchneristas.
• La bancada kirchnerista optó por el silencio o evasivas, justificando su falta de respuesta por la atención centrada en la condena a Cristina Kirchner.
• La vicepresidenta del Senado, Victoria Villarruel, firmó un decreto invitando a rechazar el aumento como gesto de austeridad.
• El episodio evidencia una división interna en el Senado entre quienes aceptan ajustes y quienes mantienen privilegios.
• El aumento sigue vigente para la mitad de los senadores y genera fuerte malestar ciudadano en un contexto de crisis económica.

Un nuevo escándalo salarial vuelve a golpear al Senado de la Nación. Tras la última actualización paritaria del personal legislativo, los sueldos brutos de los senadores treparon a más de $9,5 millones mensuales, desatando una ola de críticas y dejando en evidencia las profundas diferencias internas del Congreso frente al reclamo ciudadano de austeridad.

De los 72 senadores que integran la Cámara Alta, apenas 35 decidieron presentar formalmente su renuncia al incremento. La mayoría de ellos pertenece a bloques opositores dialoguistas y oficialistas no kirchneristas. El resto, en particular los integrantes de la bancada que responde a Cristina Fernández de Kirchner, eligió el silencio o la evasiva.

El detonante fue la activación automática del aumento, contemplado en una cláusula aprobada sin debate y a mano alzada en 2024. Allí se establecía que las dietas se actualizarían en línea con los aumentos salariales del personal del Congreso, generando una dinámica de aumentos automáticos que este mes volvió a colocarse en el centro de la polémica.

En medio del revuelo, la vicepresidenta Victoria Villarruel —quien también preside el Senado— firmó un decreto que ofrecía a los legisladores la posibilidad de renunciar al aumento. La medida fue leída como un intento de marcar distancia del escándalo y sintonizar con el discurso de ajuste que pregona el Gobierno. “El que no quiso bajarse el sueldo, quedó expuesto”, confió a la prensa un asesor legislativo cercano a Villarruel.

Entre quienes decidieron resignar el incremento se encuentran senadores como Maximiliano Abad (UCR), Luis Juez (PRO), Martín Lousteau (UCR), y varios representantes de La Libertad Avanza, como Bartolomé Abdala e Ivanna Arrascaeta. Otros, sin embargo, dejaron vencer el plazo para presentar la renuncia voluntaria el viernes 13 de junio, sin ofrecer explicaciones.

Del lado kirchnerista, el mutismo fue casi absoluto. Consultados por Noticias Argentinas (NA), varios senadores del espacio conducido por José Mayans optaron por esquivar el tema o argumentar que la atención pública está enfocada en la reciente condena firme contra Cristina Kirchner, cuya situación judicial amenaza con derivar en prisión domiciliaria e inhabilitación política.

El trasfondo es político. Mientras el Poder Ejecutivo refuerza su narrativa de austeridad, los privilegios legislativos vuelven a estar bajo la lupa. Las cifras, en un país marcado por la crisis económica y la caída del poder adquisitivo, resultan difíciles de explicar para una ciudadanía cada vez más impaciente frente a la clase política.

Este episodio no sólo deja al descubierto la desconexión entre parte del Congreso y el humor social. También refleja una grieta dentro del propio Senado: entre quienes buscan alinearse con los tiempos de ajuste y transparencia, y quienes prefieren sostener el statu quo sin dar explicaciones.

Por ahora, el aumento quedó vigente para la mitad de los legisladores. Y con él, también la pregunta que persiste en el aire: ¿cuánto más puede estirarse la paciencia ciudadana frente a los privilegios de la política?