El tiempo - Tutiempo.net

Una noche de traiciones que va a dejar muchas heridas

POLÍTICA 07/05/2023 Agencia de Noticias del Interior Agencia de Noticias del Interior
cierre-jxcjpeg
La dirigencia se agolpó en el juzgado electoral cordobés en la noche del cierre de listas.

El candidato a intendente de la ciudad de Córdoba por Juntos por el Cambio, Rodrigo de Loredo, peleó hasta el final por su alfil, Luis Picat, para integrar la fórmula provincial. En un despacho alejado del bullicio de la dirigencia, el candidato Luis Juez y el diputado Mario Negri ganaron la pulseada por intermedio de sus operadores. El presidente de la UCR, Marcos Carasso, era oficializado por WhatsApp. Varias fuentes reconocían que la primicia la recibieron de operadores del peronista Martín Llaryora.

Este fue un detalle de color, entre tantos de la jornada del cierre de listas para las elecciones provinciales del 25 de junio. Otros fueron desopilantes: la candidatura de la ciudad de Malagueño se resolvió tirando la moneda, resultando favorecido Lucas Bettiol, que eligió ceca.
Mención aparte merece el escándalo que se armó entre las figuras encumbradas que manejaban la lapicera. La nómina para la Legislatura se siguió discutiendo arriba de los autos, entre gritos violentos, y se terminó de acomodar en la mesa de entrada de la Justicia Electoral. La jueza Marta Vidal salió al balcón del edificio a pedir calma. Todavía se escuchaban las vociferaciones de hombres y mujeres que decían sentirse estafados en una lista que ingresó con algunos apellidos anotados, sin numeración alguna.

Las anécdotas seguirán circulando con el correr de los días, pero la lectura política del resultado más esperado es directa. Si De Loredo no quiso compartir la fórmula provincial, tampoco lo haría alguien de su riñón.
Poca fe
Juez peleó por Carasso en la fórmula para sellar un acuerdo orgánico con la cúpula de la UCR que demostró no ser afecta a los juegos de incógnitas. Apenas Juez y De Loredo triunfaron en las elecciones legislativas de 2021, el senador cimentó vínculos con Negri. Los gestos recíprocos abundaron al punto de que nadie dudaba de un apoyo anticipado del exvicegobernador al jefe del Frente Cívico de Córdoba.
Ahora bien, había motivos de orden práctico. Si el deloredismo ascendía a la fórmula “sin poner las manos”, como ilustran las voces decepcionadas por el renunciamiento provincial de De Loredo, Juez perdería la pátina institucional que Carasso aporta. Cabe recordar que en el juecismo había dos corrientes marcadas de opinión. Una, recomendaba cerrar acuerdos de cúpulas partidarias; otra, validar a De Loredo como único interlocutor. Todo parece indicar que la necesidad de Juez de asegurarse el andamiaje orgánico del centenario partido se expresó en su tenacidad por sostener a Carasso.

Ahora, la seguridad no es total. Carasso confesó su poca fe al anotarse como candidato a primer legislador, una maniobra conocida en los partidos que no juegan en la primera liga. “Yo no voy a aprobar eso”, gritaba el exintendente de Marcos Juárez, Pedro Dellarossa, quien ya había cerrado un acuerdo para encabezar la lista por distrito único.

Piel
La lista legislativa se forjó con cordobeses entre fuegos cruzados de los operadores del tridente nacional del PRO, Mauricio Macri, Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta. Sus nombres circularon de manera permanente entre las verdaderas guardias montadas por referentes de JxC en las instalaciones del hotel Orfeo Suites.

Al expresidente le adjudicaron el supuesto permiso final al “transversal” Javier Pretto, titular del partido amarillo hasta que decidió completar la fórmula municipal del peronista Daniel Passerini, de Hacemos Unidos por Córdoba. También se dijo que su secretario privado, Darío Nieto, llamó a Dellarossa, el intendente del kilómetro cero del cambio, para que su rostro no apareciera en la cabeza de la lista sábana. “Defendé tu departamento, Pedro”, fue el consejo que hizo estallar al ingeniero de la pampa sojera, cansado de los segundos planos.

En ese punto, nadie refería al siempre taquillero pacto del macrismo y la coalición cordobesista. Los chismes que involucraban los sainetes de Pretto y Dellarossa se reducían a una explicación: la falta de piel entre Macri y Juez.

Bullrich tensionó a través de su diputada, Laura Rodríguez Machado, a quien anotaron en la pelea por la elección en Capital, para el infarto de la mejor posicionada para escoltar a De Loredo, Soher El Sukaria. La exministra envió en tarea de supervisor a Damián Arabia, su principal armador.

Aires del puerto
Larreta necesitó de los esfuerzos de sus baluartes para despejar versiones que se escuchaban con desmesurada insistencia en el búnker de JxC. La confesión de fidelidad que hizo Pretto hacia la candidatura de Larreta caldeó los ánimos. Ante propios y extraños, el presidente amarillo desertor se presentaba como un hombre del jefe de Gobierno porteño. Fue rápidamente degradado a actor de reparto por encumbrados con oficinas en el puerto y promotores del pedido de renuncia.

Sin embargo, los vasos comunicantes entre el peronismo de Córdoba y Larreta fueron tema dominante de la sala de esperas. Varios tomaron como un guiño dialoguista las expresiones de Schiaretti que invitaban a formar una coalición como la cordobesista en el frente nacional.

Con cautela, voces amarillas advertían que todavía se debe determinar en qué punto se confunde el juego nacional y provincial del gobernador. El análisis era del orden práctico: ¿por qué no se exploraría una alternativa cuando Juntos por el Cambio podría quedar detrás de Schiaretti y de Javier Milei en las PASO en la cuna del macrismo en el interior?

Para ponerle más pimienta a la conversación de entretenimiento, mientras se confeccionaba una lista de aspirantes que voló por los aires y hasta las dos de la madruga del domingo no se había difundido, circulaban nombres encargados de vincular popes provinciales con lo más granado de la cúpula del PRO. Uno, muy conocido: el operador todoterreno Guillermo Seita aproxima nuevamente a la élite amarilla nacional; mientras que Llaryora dialoga con el exministro de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Bruno Screnci.

Las listas se cocinaban con llamados de alfiles de la coalición cordobesista a los heridos y las heridas que se iban filtrando. La ambulancia llaryorista tiene sus puertas abiertas, pese a que ya se cerraron las listas.

El escándalo en las inmediaciones de la Justicia Electoral terminó con la boleta de JxC inscripta, pero con pedidos de renuncia por parte de la Coalición Cívica a Carasso, una doble radical que prometía el deloredismo, pero que usó el negrismo.

El papelón avergonzaba a todo el mundo y divertía al peronismo.

Con información de Letra P, sobre una nota de Yanina Passero

Últimas noticias
Te puede interesar
Lo más visto