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El momento más difícil del gobierno de Alberto: qué hay detrás de la embestida de La Cámpora contra Guzmán

ECONOMÍA 05/05/2021 Claudio Zlotnik*
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¿Fue un error de cálculo político de Martín Guzmán, que pensó que tenía espaldas más anchas para imponer sus decisiones en el gabinete? ¿O un contraataque certero del kirchnerismo duro, que hace tiempo viene reclamando medidas más audaces al ministro? ¿O ambas cosas en simultáneo?

Por primera vez desde que estalló la crisis política alrededor del joven ministro, en la Casa Rosada dan cuenta de un mix de razones. Que, sin importar el desenlace que tendrá la suerte de Federico Basualdo, hasta aquí un desconocido subsecretario de Energía, lo más probable es que Guzmán -ahora sí- tendrá condiciones para seguir al frente de la cartera económica.

Eso es lo que sucedió en las últimas horas: el kirchnerismo de "paladar negro" aprovechó el cimbronazo político de Guzmán para desplegar la base de condiciones. Medidas que hasta ahora el ministro venía resistiendo pero que ahora fueron colocadas bajo la luz pública.

En las últimas horas, desde las usinas económicas del kirchnerismo dejaron trascender lo que para esos economistas se trata de un fuerte ajuste de las cuentas públicas que, silenciosamente, Guzmán está llevando a cabo. Datos que son inobjetables ya que son públicos.

Por ejemplo, en lo que respecta al gasto previsional y de la AUH -que engloba ni más ni menos que al 60% del gasto del Estado-, se registró una pérdida del 7% en términos reales durante el primer trimestre del año. Es decir, las erogaciones en jubilaciones, pensiones y en el mayor programa social que tiene el país crecieron bien por debajo de la inflación.

Peor les fue a los salarios públicos, que se encaminan a tener el cuarto año consecutivo de ajuste real. De menor poder de compra.

En ese caso, el ajuste real fue del 14% interanual -también entre enero y marzo- ya que mientras los sueldos de la administración pública crecieron 14,5%, la inflación del último año resultó del 42,6%.

Lo único que se desmarcó fueron los subsidios energéticos, que ya treparon 77% en el primer trimestre -en relación al año pasado- bien por encima de la inflación. De hecho, esos subsidios representan unos $45.000 millones mensuales. De ahí la desesperación de Guzmán por subir las tarifas lo más rápido posible.

Desde el Instituto Patria pusieron el ojo en el resultado fiscal de esta primera parte del año. "El primer trimestre arrojó el resultado financiero más bajo de los últimos seis años", destacó el último comunicado oficial del Palacio de Hacienda sobre las cuentas públicas.

"¿Cómo puede ser que Guzmán se jacte de reducir el déficit fiscal en medio de una segunda ola de contagios de coronavirus? Hay que asistir a la gente y a las pymes", argumenta un referente del kirchnerismo "duro".

El referente de La Cámpora "Cuervo" Larroque puso la discusión en blanco sobre negro durante el mediodía del lunes. "Es indispensable que continúe el IFE y creemos que debemos reconvertir esas instancias en políticas para que no reciban ningún tipo de cuestionamientos", argumentó Larroque, ministro de Desarrollo Social de Kicillof en la provincia de Buenos Aires.

"Toda persona que acredite necesidad requiere presencia del Estado. Tenemos que establecer un piso de dignidad y terminar, por lo menos, con la indigencia", agregó el funcionario.

¿Habrá un IFE de emergencia para el AMBA?

Hasta ahora, Guzmán vino rechazando la idea de una nueva asistencia, similar a la que el año pasado llegó -durante tres entregas- a casi nueve millones de personas ($10.000 a cada una).

Ese gasto mensual de $90.000 millones es el que el ministro cortó en agosto de 2020. Pero que ahora desde La Cámpora predican para que se reponga en las zonas más afectadas por la segunda ola, comenzando por el área Metropolitana. O, a lo sumo, en el conurbano.

Para llevar el IFE al AMBA, Guzmán requeriría de unos $40.000 millones por cada ciclo de reparto.

Otra posibilidad bajo análisis refiere a una nueva entrega del bono de $15.000, que llega a 960.000 personas y que todavía se está distribuyendo.

El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, anticipó que el Gobierno analiza "pagar una segunda cuota del bono de $15.000 por la extensión de las medidas restrictivas".

Los beneficiarios de ese bono son los titulares de la Asignación Universal por Hijo (AUH), las mujeres que reciben la Asignación Universal por Embarazo (AUE) y los monotributistas A y B que perciban Asignaciones Familiares.

"La situación es crítica, seguimos de cerca la situación sanitaria y si esto empeora obviamente vamos a tomar medidas extraordinarias", aseguró Arroyo en la tarde del lunes.

El tercer capítulo de ayuda pandémica tiene que ver con un refuerzo del Repro II, que este mes alcanzará a unas 10.000 empresas para pagar parte de 400.000 salarios, con un tope de $18.000 para las compañías de sectores críticos (turismo, gastronomía y shoppings, entre otros sectores).

La idea que dejan trascender desde el Instituto Patria destaca la necesidad de agrandar ese socorro para empresas pymes que la están pasando mal por el recrudecimiento de la pandemia. "Mucha gente se está cuidando y, lógicamente, sale menos a la calle y consume menos. Ya veníamos de un momento complicado para el consumo masivo, y este escenario se agravó en las últimas dos semanas", argumenta la fuente, un reconocido economista K.

"Habría que volver a un ATP (pago de salarios complementarios) más generoso, por al menos un salario mínimo y medio", lo que hoy alcanzaría a unos $35.000 mensuales, el doble de lo que entrega -como máximo- el Repro II.

El argumento de Guzmán

El ministro ya dejó en claro su postura frente a la posibilidad de un incremento del gasto público. Y de su advertencia ante la firme posibilidad de que ese mayor esfuerzo fiscal desemboque en un indeseable salto del tipo de cambio.

Argumentó, al respecto, hace algunas semanas cuando lo consultaron por televisión: "Que el Estado nos subsidie a nosotros buena parte de la tarifa significa que se paga de alguna forma: con impuestos, o tomando deuda y eso termina siempre con algún problema, o hay que emitir. Y parte de esa emisión termina presionando sobre el tipo de cambio".

En las próximas horas, cuando la AFIP seguramente anuncie un fuerte incremento de la recaudación de abril (producto de que la economía estuvo apagada durante abril de 2020 y al ingreso de unos $220.000 millones del aporte a los patrimonios superiores a los $200 millones), el ala dura del kirchnerismo tendrá más argumentos para reclamarle más audacia a Guzmán.

Insistirán con la idea de que mientras los países están incrementando sus erogaciones para enfrentar la pandemia, la Argentina atraviesa -por el contrario- un ordenamiento de sus cuentas públicas.

Un paso en ese sentido ya lo dio la semana pasada el bloque de senadores del PJ que comanda Cristina Kirchner. Fue cuando reclamaron, mediante una carta oficial, que Guzmán destine los u$s4.400 millones que ingresen al país por la capitalización del FMI a enfrentar la crisis provocada por la pandemia. Y no a pagar sus vencimientos con los organismos internacionales.

¿Cuáles serán los próximos pasos de la administración? Como ocurre casi siempre en la atribulada Argentina, los destinos se juegan en el día a día, en una dinámica que es imprevisible hasta para los propios protagonistas.

 

 

* Para www.iprofesional.com

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