Javier Bee Sellares quiere ser intendente de Córdoba y no descarta alianza con LLA

Recientemente electo vicepresidente del Comité Nacional de la UCR, Javier Bee Sellares ha tomado la iniciativa de alzar su voz en la interna del partido rojiblanco, especialmente durante su regreso a Córdoba, una ciudad donde planea fijar nuevamente su residencia en un futuro cercano.

Ya anunció que quiere ser intendente de Córdoba, el exlegislador provincial aboga por un debate interno que proporcione directrices claras hacia 2027. Su mensaje es claro: ante la fragmentación del partido, es esencial iniciar diálogos constructivos que lleven a decisiones unificadoras.

Bee Sellares mantiene una postura cautelosa respecto a las divisiones actuales dentro de la UCR. Aunque evita entrar en la disputa de facciones —representadas por Rodrigo de Loredo y Ramón Mestre—, es evidente que su influencia está creciendo, en paralelo con la del exgobernador correntino Gustavo Valdés, quien, aunque ha declinado liderar el partido, sigue siendo una figura clave en la renovación del radicalismo. En este contexto, la necesidad de unidad es apremiante, especialmente en un año en el que se han intensificado las tensiones internas.

El exsecretario de Gobierno se enfrenta a un dilema significativo que refleja la división en la estrategia del partido respecto a sus alianzas. Por un lado, hay un sector que aboga por alinearse con La Libertad Avanza, buscando crear un frente sólido contra el peronismo en Córdoba. Por otro, emergen voces que han recordado la importancia de no olvidar la experiencia de Provincias Unidas, que se presenta como una alternativa más inclusive frente a Javier Milei. La situación exige un debate sincero y profundo sobre el rumbo del partido y sus alianzas. Bee Sellares enfatiza la necesidad de un choque de ideas, planteando que "si hay proyectos antagónicos, tiene que darse esa disputa".

La historia reciente del radicalismo en Córdoba nos muestra que la fragmentación solo lleva a fracasos. Las elecciones de octubre dejaron claro que las aventuras individuales no llevan a buen puerto y que la clave está en formar alianzas estratégicas. Bee Sellares destaca que en las cinco provincias donde el radicalismo tiene presencia, se han forjado alianzas exitosas. Ignorar esta lección podría resultar en otra decepción electoral.

Además, su llamado a que la UCR asuma un rol de liderazgo en futuras coaliciones es vital. El partido debe decidir no solo cómo quiere posicionarse, sino también con quién quiere hacerlo. Las dinámicas cambiantes del panorama político exigen una reflexión y una estrategia más allá del simple deseo de ocupar cargos. Bee Sellares subraya que el objetivo debe ser el poder para transformar y no simplemente el acceso a posiciones por el placer de ser parte del juego político.

A medida que avanza la discusión, se hace evidente que la voluntad de poder en Córdoba no es ausente, pero sí está enturbiada por personalismos que obstaculizan la cooperación necesaria. La prórroga de mandatos sin pasar por procesos democráticos internos resuena como una preocupación legítima que podría privar al partido de la legitimidad necesaria para avanzar. La UCR debe recuperar su esencia, definir su identidad y encontrar su lugar en el espectro político de cara a 2026.

En conclusión, la postura de Javier Bee Sellares es un llamado a la autocrítica y a la unidad. La renovación del radicalismo en Córdoba requiere más que nunca de un debate interno firme, donde se valoren las diferencias y se busquen consensos, con el fin de crear una propuesta sólida que pueda enfrentar los desafíos venideros. Al final, la historia del radicalismo está en juego, y su capacidad para adaptarse y unirse será determinante en el panorama político actual.

Bee Sellares vino a Córdoba para tener un rol preponderante, quiere ser el próximo intendente de Córdoba, también liderar el cambio que la UCR necesita y en pos de lograr sus objetivos, el dialogo con todo lo que sea anti K es posible.