Comenzó el juicio de los Cuadernos: el mayor proceso por corrupción en la historia argentina

JUDICIALES Agencia de Noticias del Interior
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  • Comenzó el juicio por los cuadernos de las coimas, con 87 imputados y más de 600 testigos.
  • Entre los acusados figuran Cristina Kirchner, De Vido, Baratta y empresarios como Roggio y Calcaterra.
  • El proceso unifica cuatro causas y será transmitido por YouTube durante su primer mes.
  • Carlos Wagner y Ernesto Clarens son piezas clave por sus testimonios.
  • Veinte imputados se acogieron a la figura del arrepentido.
  • Las penas podrían alcanzar más de cinco años, aunque las reducciones por colaboración serán determinantes.

El Tribunal Oral Federal N°7 dio inicio al juicio por los llamados “cuadernos de las coimas”, el proceso judicial más extenso y complejo de la historia argentina. Con 87 imputados, entre ex funcionarios de alto rango y empresarios de los principales grupos económicos del país, el expediente promete marcar un antes y un después en materia de causas por corrupción.

La magnitud del caso se mide en cifras y nombres. Del lado de la política, figuran Cristina Fernández de Kirchner, Julio De Vido, Roberto Baratta, Ricardo Jaime, Juan Pablo Schiavi y José López, entre otros, acusados de integrar una asociación ilícita que habría operado entre 2003 y 2015, dedicada al cobro sistemático de sobornos a empresarios beneficiados con contratos de obra pública. Del otro lado, nombres de peso en el mundo empresarial: Aldo Roggio, Ángelo Calcaterra, Armando Loson, Enrique Pescarmona y Juan Carlos de Goycoechea, todos imputados por el pago de esas coimas.

Carlos Wagner, ex titular de la Cámara Argentina de la Construcción, aparece como una figura central: acusado de ser organizador del esquema, su testimonio será clave, al igual que el del financista Ernesto Clarens, considerado pieza fundamental en la recolección y distribución de dinero. El caso involucra, además, 626 testigos y 19 ex funcionarios, lo que llevó a que las audiencias se realicen de manera virtual. No existe una sala judicial lo suficientemente grande para albergar a todos los participantes, si se considera que cada imputado cuenta con uno o dos abogados defensores.

El tribunal está integrado por los jueces Enrique Méndez Signori, Fernando Canero y Germán Castelli, con Néstor Costabel como suplente. La fiscal Fabiana León encabeza la acusación junto a un equipo de fiscales y auxiliares. En representación de la Unidad de Información Financiera (UIF), el fiscal Paul Starc lleva adelante la querella. Durante el primer mes, las audiencias serán transmitidas por el canal de YouTube de la Corte Suprema, donde se leerán las elevaciones a juicio y los requerimientos de las causas conexas. Luego, las declaraciones indagatorias se realizarán a través de Zoom, ya sin transmisión pública.

El proceso unifica cuatro expedientes: el principal del caso Cuadernos y tres causas paralelas que investigan la cartelización de la obra pública. Un quinto expediente, vinculado al presunto lavado de dinero, aún espera su elevación. En este último, la principal acusada es Carolina Pochetti, viuda de Daniel Muñoz, ex secretario de Néstor Kirchner, con un perjuicio estimado en 70 millones de dólares a través de propiedades en Miami y Nueva York.

Las acusaciones varían según los roles. Cristina Fernández de Kirchner está imputada como jefa de una asociación ilícita y coautora de 204 cohechos pasivos; Julio De Vido, como organizador y coautor de 187 cohechos; Roberto Baratta, como organizador y autor de múltiples cohechos y admisiones de dádivas; y Oscar Centeno, el chofer que registró en sus cuadernos los traslados de dinero, como partícipe del delito por no denunciar los hechos.

Del lado empresario, Ángelo Calcaterra, primo del ex presidente Mauricio Macri, fue acusado como autor y coautor de veinte hechos de cohecho activo. Aldo Roggio enfrenta cargos por quince hechos, Pescarmona por trece y Loson por diez. Todos ellos, junto a José López y Claudio Uberti, forman parte del grupo de veinte “imputados colaboradores” que se acogieron al régimen del arrepentido para reducir sus penas.

Las condenas, en caso de confirmarse las acusaciones, podrían ser severas. Para los jefes u organizadores de una asociación ilícita, la pena mínima es de cinco años de prisión. Los empresarios, imputados por cohecho activo, enfrentan penas de uno a seis años. Sin embargo, las reducciones posibles por colaboración y la magnitud del proceso hacen prever un desarrollo prolongado, con un veredicto que difícilmente llegue antes de 2027.

El juicio de los Cuadernos, con su mezcla de poder político, empresarios y confesiones cruzadas, promete convertirse en el gran espejo de dos décadas de vínculos oscuros entre el Estado y el sector privado. Un caso que, más allá de sus consecuencias judiciales, pondrá a prueba la capacidad del sistema político y judicial argentino para enfrentar, por primera vez en conjunto, la corrupción estructural.

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