Milei enfrentó un reclamo inesperado y tenso en la puerta de la Casa Rosada

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
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  • En la puerta de la Casa Rosada, un simpatizante reclamó a Milei que no trate mal a Villarruel, generando sorpresa e incomodidad en el presidente.
  • Milei no respondió verbalmente, pero su expresión cambió y se alejó sin confrontar, aunque siguió saludando a la gente con menos entusiasmo.
  • El episodio evidenció la fractura interna creciente entre Milei y la vicepresidenta Villarruel, que ya afecta la percepción pública y la base electoral.
  • A pesar del momento tenso, Milei cerró con su consigna habitual “¡Viva la libertad, carajo!”, pero la frase del simpatizante tuvo más impacto entre los presentes.
  • Lo que parecía una rutina se transformó en un claro mensaje sobre la división interna que desafía la imagen de unidad del oficialismo.

Una escena poco habitual se vivió en la puerta de la Casa Rosada cuando el presidente Javier Milei fue sorprendido por un reclamo directo de un simpatizante, que expuso las crecientes tensiones internas en el oficialismo. Mientras saludaba a estudiantes y familias que se habían acercado para verlo, un hombre interpeló al mandatario con una frase que dejó al líder libertario visiblemente afectado.

“¡Presidente, no la trate mal a Villarruel, que a ella también la voté! Te lo digo en la cara, amigo”, lanzó el simpatizante, generando un silencio inmediato en el grupo de presentes. Según el reporte de Mitre Informa Primero, la expresión de Milei cambió abruptamente, y aunque no respondió, optó por alejarse sin confrontar, retomando después el saludo a los ciudadanos con un ánimo ya menos distendido.

El reclamo pone en evidencia la fractura que se ha venido profundizando entre Milei y la vicepresidenta Victoria Villarruel, una interna que, aunque muchas veces velada, ya no pasa desapercibida para los propios seguidores del espacio libertario. El episodio refleja cómo esas diferencias internas comienzan a impactar en la percepción pública y en la base electoral.

A pesar del momento incómodo, Milei cerró su breve acto con su clásico grito: “¡Viva la libertad, carajo!”, que sonó más como un intento por recuperar el control del encuentro que como un cierre espontáneo. Sin embargo, para muchos presentes, la frase del ciudadano y la reacción del presidente dejaron una impresión más profunda que cualquier consigna.

Lo que parecía una rutina más de contacto con la gente terminó transformándose en un mensaje claro: la grieta dentro del oficialismo ya atraviesa no solo las estructuras políticas sino también a quienes los votaron, desafiando la unidad que el Gobierno intenta mostrar hacia afuera.

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