Dólar volátil y baja inflación: ¿un efecto amortiguador que podría cambiar en el segundo semestre?

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • La inflación de junio fue moderada (1,6%) y quedó por debajo de expectativas, a pesar de una suba del dólar oficial del 10% entre fines de junio y mediados de julio.
  • El impacto del aumento del dólar en los precios al consumidor fue limitado, especialmente en alimentos, con una desaceleración del aumento semanal.
  • Este menor “pass through” contrasta con episodios anteriores (2004, 2016, 2023), donde el dólar impactó más fuertemente en la inflación.
  • Factores que explican esta atenuación: expectativas inflacionarias más estables, menor indexación de salarios y precios, debilidad económica que restringe el traslado de costos, apertura de importaciones y menor producción industrial.
  • Expertos advierten que si la volatilidad del dólar se mantiene, podría empezar a trasladarse más a los precios, aunque el consumo deprimido puede amortiguar el efecto.
  • El dólar superó un umbral clave desde la unificación cambiaria, lo que puede anticipar mayor impacto inflacionario en el segundo semestre.
  • El comportamiento del dólar y la agenda electoral serán claves para la dinámica inflacionaria en los próximos meses.

La inflación de junio sorprendió al mercado con un aumento moderado del 1,6%, según informó el INDEC, en un contexto donde el dólar oficial comenzó a mostrar signos de volatilidad que se intensificaron en las primeras semanas de julio. Sin embargo, a pesar de un alza del tipo de cambio del 10% entre fines de junio y mediados de julio, el impacto en los precios al consumidor fue limitado, generando un fenómeno poco habitual en episodios cambiarios recientes.

Consultoras privadas como LCG y Analytica registraron que el incremento en precios de alimentos, uno de los rubros más sensibles, se desaceleró: pasó del 0,7% en la primera semana de julio al 0,3% en la siguiente. Este menor “pass through”, o traslado de la suba del dólar a los precios, contrasta con situaciones anteriores, como las devaluaciones de 2004, 2016 y fines de 2023, cuando los aumentos en el tipo de cambio impactaron de manera mucho más fuerte en la inflación.

El economista Federico Filippini, de Adcap Grupo Financiero, señaló que esta atenuación responde a tres factores: expectativas inflacionarias más ancladas por el frente fiscal, una menor indexación de salarios y precios debido a la política gubernamental, y una debilidad económica que limita el traslado de costos a los consumidores. Claudio Caprarulo, de Analytica, agregó que la apertura de importaciones y la menor producción industrial local también contribuyen a contener los precios minoristas, a pesar de un aumento en precios mayoristas importados.

No obstante, expertos advierten que si la volatilidad cambiaria se consolida, podría comenzar a trasladarse más intensamente a los precios. Florencia Iragui, analista de LCG, destaca que el consumo deprimido podría amortiguar este efecto, pero que los márgenes empresariales no son ilimitados. Hernán Letcher, director del CEPA, señala que, por primera vez desde la unificación cambiaria, el dólar superó un umbral clave, lo que podría anticipar un impacto inflacionario en la segunda mitad del año.

El comportamiento del dólar y su posible repercusión en la inflación serán factores centrales a monitorear en los próximos meses, en un escenario donde además la agenda electoral podría influir en las decisiones económicas del Gobierno y en la dinámica de precios.

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