El peronismo al borde de la ruptura: Kicillof endurece su postura y exige peso propio en la negociación electoral

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
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  • El MDF de Kicillof retoma con firmeza las negociaciones electorales en Buenos Aires tras la marcha por CFK.
  • Hay tensiones con La Cámpora y Máximo Kirchner, quien representará a Cristina en la mesa de negociación.
  • Kicillof evalúa presentar un frente propio si no hay acuerdo, exigiendo al menos el 40% de las listas.
  • La posible candidatura de Máximo generó malestar en el MDF por considerarla inconsulta.
  • Si fracasa la unidad, podría fracturarse el peronismo bonaerense, lo que beneficiaría a los libertarios.
  • Algunos ven una eventual ruptura como una oportunidad de renovación política.

Tras la masiva marcha en respaldo a Cristina Fernández de Kirchner, el Movimiento Derecho al Futuro (MDF), liderado por Axel Kicillof, busca retomar la negociación electoral en la provincia de Buenos Aires con una postura más firme. “Lo de la marcha ya pasó. La semana que viene volvemos a negociar”, deslizó un intendente cercano al Gobernador, marcando el fin de la pausa simbólica por el Día de la Bandera y el regreso al áspero terreno de la rosca política.

Con solo 27 días hasta el 9 de julio —fecha límite para la presentación de alianzas—, el diálogo entre Kicillof, Sergio Massa y Máximo Kirchner cobra máxima tensión. Este último será la voz de CFK en una mesa de negociación a la que ella no puede asistir por su situación judicial. Hasta ahora, los interlocutores entre la ex presidenta y el Gobernador no lograron acercar posiciones.

En La Plata no descartan presentar un frente electoral propio, como salvaguarda ante un posible quiebre con La Cámpora. Aunque su intención sigue siendo la unidad, en el entorno de Kicillof advierten que debe respetarse su peso territorial y político. “No queremos que los nuestros nos jueguen en contra. Necesitamos un oficialismo real”, expresó el mandatario días atrás.

La incomodidad creció esta semana con la posibilidad de que Máximo Kirchner encabece la boleta de diputados provinciales, en reemplazo de su madre. En el MDF interpretaron ese gesto como una maniobra inconsulta y un intento de imponer condiciones desde el cristinismo, lo que tensó aún más el delicado equilibrio interno.

Las diferencias no son solo semánticas. Kicillof habla de “listas conjuntas” en lugar de “unidad”, y exige que al menos el 40% de los candidatos respondan a su armado. La memoria aún reciente de 2019 —cuando una decisión de CFK lo llevó a la gobernación— aparece como argumento y chicana en la pulseada actual. “Si no era por esa unidad, Axel seguía paseando por Parque Rivadavia”, lanzó irónicamente un dirigente camporista.

Mientras tanto, un grupo de intendentes ya se prepara para jugar un rol clave en la ingeniería del acuerdo. Su borrador será luego validado, o no, por los tres grandes actores: Cristina, Kicillof y Massa. Si fracasa la unidad, la fractura del peronismo bonaerense sería inevitable, un escenario que podría allanar el camino para un triunfo libertario.

Sin embargo, algunos en el MDF creen que una ruptura forzada podría derivar, a mediano plazo, en una renovación profunda del peronismo. En tanto, desde el cristinismo también se insiste en la unidad, aunque con una clara intención: preservar la centralidad política de CFK, incluso fuera de las listas.

El reloj electoral corre. Y el lunes, o tal vez durante el fin de semana, las negociaciones volverán al centro de la escena. Lo que está en juego no es solo una lista, sino el futuro inmediato del peronismo en su bastión más importante.

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