Crisis y reconfiguración del peronismo tras la condena a Cristina Kirchner

• La condena a Cristina Kirchner cierra un ciclo para el peronismo, que debe reconfigurarse ante la ausencia de su líder.
• En elecciones recientes, el peronismo perdió terreno frente a La Libertad Avanza y oficialismos provinciales, con resultados débiles en varias provincias.
• Existe una crisis de liderazgo: el 43% de la gente no identifica un líder claro en la oposición; Cristina sigue siendo referente para el 32,5%.
• En octubre, si el peronismo se une, puede acercarse al resultado de la alianza LLA-PRO; dividido, Javier Milei lideraría.
• Más de la mitad de los encuestados ve positiva la condena a Cristina y la responsabiliza por la crisis económica.
• La gestión de Milei genera opiniones divididas, y la mayoría percibe la economía como mala, aunque su imagen presidencial se mantiene equilibrada.
• El peronismo enfrenta tensiones internas y un escenario electoral competitivo hacia las elecciones nacionales.

La reciente condena a Cristina Fernández de Kirchner marca un cierre de ciclo para el peronismo, que ahora enfrenta la necesidad urgente de reconfigurarse para seguir siendo competitivo en el escenario electoral. Con la expresidenta inhabilitada para ocupar cargos públicos, el interrogante central gira en torno a quién podrá liderar la oposición.

Los resultados electorales recientes muestran un panorama complicado para el partido: en provincias como Salta, Jujuy, Chaco y San Luis, el peronismo quedó relegado detrás de La Libertad Avanza, beneficiando a los oficialismos locales. En Santa Fe, el peronismo obtuvo apenas un 15% en las elecciones para convencionales constituyentes, muy por debajo del 35% alcanzado por el candidato opositor Máximo Pullaro. Mientras tanto, en Misiones, una intervención del PJ ordenada por Cristina Kirchner llevó a la fractura interna y a un paupérrimo 1% en apoyo a la alianza Confluencia Popular.

En la ciudad de Buenos Aires, la candidatura de Leandro Santoro tampoco cumplió las expectativas, quedando detrás de Manuel Adorni. La provincia de Buenos Aires exhibe tensiones aún más intensas, con la convocatoria a elecciones en septiembre por parte de Axel Kicillof y una disputa interna con los Kirchner que sigue sin resolverse. La proscripción de Cristina abre la puerta a especulaciones sobre el posible protagonismo de su hijo Máximo Kirchner en la tercera sección electoral.

Esta crisis de liderazgo se refleja en la encuesta de Pulso Research realizada a mediados de junio: el 43% de los consultados no identifica a ningún líder claro en la oposición. Cristina Kirchner conserva un 32,5% como referente, seguida a distancia por Axel Kicillof con 8,3%. A pesar de la difícil situación económica –marcada por ajustes, despidos y caída del consumo–, el 51,8% responsabiliza al gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner por la crisis actual.

De cara a las elecciones nacionales de octubre, el panorama electoral presenta distintos escenarios: si el peronismo logra unirse (Kirchnerismo y Peronismo Federal), podría alcanzar un 36,3%, cerca del 39,8% que sumaría una alianza entre La Libertad Avanza y PRO. Sin embargo, en caso de que vayan separados, Javier Milei se impondría con un 38,8% frente al 27% del kirchnerismo. Según Juan Adaro, analista de Pulso Research, la dinámica electoral es compleja, con traslapes de votantes entre el Peronismo Federal y PRO, y la polarización seguirá siendo construida en torno a Cristina aunque ella no sea candidata.

Respecto a la percepción social, el 52,3% considera que la condena a Cristina es positiva para el país, y el 54,6% la responsabiliza directamente por la situación actual.

Por otro lado, la gestión de Javier Milei genera opiniones divididas: un 46,1% la califica como buena o muy buena, mientras que un 45,7% la ve negativa. La mayoría (67,1%) evalúa la situación económica como mala o muy mala, y más de la mitad desconfía de las cifras oficiales de inflación. Aun así, la imagen del presidente mantiene un equilibrio, con un 49% de valoración positiva frente a un 45,9% negativa.

En conclusión, el peronismo atraviesa una etapa de profundas tensiones internas y desafíos para consolidar un liderazgo fuerte que enfrente la polarización política en el país, mientras que el escenario electoral se mantiene abierto y competitivo hacia octubre.