Martín Llaryora eligió a un peronista propio para hacerse cargo del Ministerio de Cooperativas y Mutuales, una de sus grandes apuestas como gobernador para estrechar vínculos con los intendentes del interior, que estaba sin jefatura desde septiembre, cuando Martín Gill se fue para enfrentar una causa por violencia de género.
Gustavo Brandán, exintendente de Colonia Caroya, del “Bajo” del departamento Colón, y actual secretario de Infraestructura de la Provincia, asumirá este jueves. La información confirmada ayer por el Panal fue un adelanto exclusivo del diario Alfil la semana pasada.
El sanfrancisqueño pone a Brandán en la cartera más novedosa de la provincia con dos objetivos. Por un lado, quiere que haga lo mismo que está haciendo en el Ministerio que conduce Fabián Lopez: llevar la gestión y las obras públicas al territorio, pero ahora a través de la relación con las cooperativas dispersas por todo el interior cordobés. Un mundo de unas 1.400 cooperativas y 400 mutuales de agro, servicios y ayuda mutua que inicialmente el gobernador puso en manos de un aliado del peronismo vinculado al exFrente de Todos que le acercó intendentes que hoy están orbitando en torno al Panal. Tras tres meses sin cabeza, a un sector del gobierno le empezaba a hacer ruido que la cartera no diera todos los réditos políticos que los recursos puestos ameritaban. La segunda etapa del Ministerio no dejó lugar a aliados ni partido cordobés ni a la transversalidad.
El segundo objetivo es ordenar el departamento Colón, el segundo electoralmente más importante de la provincia, donde Llaryora le ganó por apenas cuatro puntos a Luis Juez en 2023 pese a la “irradiación” de la intendencia en Capital del ahora mandatario y al trabajo con el Ente Metropolitano. El Panal tiene como meta de hierro de cara al 2027 recuperar los trece departamentos perdidos el año pasado y consolidar los ganados, y en ese marco va a buscar cerrar internas y promover jefaturas alineadas al Uno, cuya reelección es el motor del proyecto.
En Colón conviven varios caciques del PJ y una de las características es que el ex Frente de Todos tentó al menos provisoriamente a varios de esa cantera, lo que los alejó del triángulo de hierro del cordobesismo. Uno de esos jefes es Carlos Presas, que viene de una menguada convocatoria para festejar fin de año con intendentes de la zona, donde 14 de 20 pertenecen al PJ o son aliados. Creer o reventar, dicen que nadie llamó a nadie para presionar.
Mientras, los primos Facundo y Rodrigo Rufeil volvieron a distanciarse en su objetivo de recuperar para el cordobesismo el gobierno de La Calera, la ciudad más poblada del Gran Córdoba, perdida cuando los sucesores de Tanús fueron en listas distintas y le dieron la chance a Fernando Rambaldi, de la alianza Juntos-Encuentro Vecinal. Para algunos, la derrota en La Calera, veinte días antes de los comicios provinciales, fue clave para que Llaryora no pudiera hacer mayor diferencia en un departamento clave. En palabras de un grupo de jefes comunales del oficialismo, el peronismo colonense está en “declaratoria de herederos” del poder departamental y en ese sentido el ascenso de Brandán funge de fallo sucesorio en un territorio que, de todos modos, ha tenido una fuerte renovación dirigencial. Una muestra es grupo de las Mujeres Dirigentes, integrada por seis intendentas y jefas comunales del PJ y vecinalistas, donde reviste la presidenta de la Comunidad Regional, Claudia Acosta, de Mi Granja, impuesta por sobre la voluntad del Panal y cercana a la senadora Alejandra Vigol, y la sucesora de Brandán en la Colonia, Paola Nanini, entre otras, todas con buen vínculo con Brandan.
Es complejo y rico Colón. De allí es la vicegobernadora Myrian Prunotto, una radical que fue tres veces intendenta de Estación Juárez Celman sobre la cual el exgobernador Juan Schiaretti y Llaryora posaron la mirada política para estructurar la fórmula mixta para el Ejecutivo, previo paso por la presidencia del mencionado Ente Metropolitano creado para traccionar en el Gran Córdoba. Prunotto ha manifestado sus ambiciones de ir por más dentro del cordobesismo y para algunos observadores lo de Brandán en Cooperativas y Mutuales también apunta a responder a esas apetencias con menos “partido cordobés” y más PJ. Todo lo contrario a lo que se busca con los miembros del llamado el G6 de Juntos por el Cambio que integran los intendentes de Mendiolaza, Villa Allende, Río Ceballos, La Granja, Jesús María y La Calera, otro de los espacios organizativos-políticos que dio Colón, en este caso en el éjido radical-macrista-mileista. El objetivo con ellos es al menos convertir en provincialmente neutros a Ezequiel Lemos, de Río Ceballos, a Federico Zárate, de Jesus María y a Pablo Cornet, de Villa Allende.
CON INFORMACION DE DIARIO ALFIL, SOBRE UNA FOTO DE BETTINA MARENGO.