Yo soy uno de los "tontos" Señor Presidente

El Presidente de la Nación pretende que continuemos con la cuarentena hasta el 8 de Junio, seguramente el 8 de Junio lo va a querer extender al 22 y luego al 10 de julio y así sucesivamente hasta que quienes hoy nos manejan entiendan que se puede terminar.

Quienes estamos en contra de la continuidad somos atacados por promover la muerte y como protestar públicamente no está permitido, combo perfecto.

Estos son los riesgos de darle la suma del poder público a un mandatario‏, que no es ni más ni menos que lo que hoy tiene el Presidente de la Nación.

Se vienen tiempo muy difíciles en Argentina, tiempos en los que la oposición va a tener una responsabilidad única en la defensa de las instituciones republicanas, tiempos en los que el Estado de Derecho, que ya está dañado, va a ser necesario restablecer en su totalidad, tiempos en donde los jueces probos y honestos van a tener que dar las respuestas que el Poder Judicial hoy no está dando.

El Presidente trató de “tontos” a quienes estamos convencidos que se “enamoró” de la cuarentena, demostrando autoritarismo e intolerancia, quizá la intolerancia de quienes saben que no están haciendo las cosas bien.

Alberto Fernández más que enamorarse de la cuarentena, comenzó a hacer un uso político de la misma, manejando a su antojo la libertad y el destino de los Argentinos, con lo peligroso que ello es.

La cuarentena llegó para que se pueda preparar el sistema de salud, sistema que los diferentes gobiernos desde 1983 a esta parte se encargaron de diezmar, gobiernos en su gran mayoría peronistas, el mismo partido del actual Presidente de la Nación .

Ya pasaron más de dos meses y no hay más política que “la cuarentena”, no hay otra cosa, el confinamiento es lo único que hicieron y esto también es muy grave.

Los Argentinos no nos merecemos que “el papá” Estado nos maneje a discreción , es hora que todas las voces se hagan escuchar, por que lo que está en juego en la Argentina es muy importante como para callar y seguir permitiendo que la política barata y berreta esté por encima de lo más sagrado que tenemos los ciudadanos: LA DEMOCRACIA.