Lavagna "El angurriento"

Su ambición de poder no le deja ver la importancia de un frente opositor a "ella" y a "él" y la oportunidad de sellar la grieta en Argentina

EDITORIAL Carlos ZIMERMAN
hoy

Angurriento se refiere a la persona ávida, codiciosa y hambrienta. También se define como una persona que orina frecuentemente. Etimológicamente, proviene del término angurria, que derivó del español antiguo 'estrangurria'

Un avaro es una persona poco dispuesta a renunciar y a tener comodidades básicas

Sin duda alguna la actitud de Roberto Lavagna dista mucho de la de un estadista que podría pasar a la historia como el principal responsable de sellar la maldita grieta que desde hace muchos años vivimos los Argentinos.

Unas PASO con su participación sería literalmente imbatible ante los personeros de un país atrasado y sumido en una crisis terminal que nadie puede aventurar sus consecuencias.

Hay una porción mayoritaria que no quiere votar ni a Macri ni a Cristina, más allá de su vicepresidencia, y que quiere una alternativa diferente en donde confluyan diferentes sectores contrarios y dispuestos a desalentar la famosa grieta.

Si Lavagna aceptara competir en unas PASO junto a Massa, Urtubey y quién más quiera en Alternativa Federal, ayudaría a consolidar un espacio casi imbatible y con destino seguro a la presidencia de la Nación.

Lavagna no acepta esa opción y se desprende de AF, debilitando ese espacio y demostrando no estar a la altura de lo que un auténtico estadista haría en circunstancias similares.

Salvo que por peso propio de las encuestas termine declinando en sus aspiraciones presidenciales, el electorado se va a fragmentar y las posibilidades de un candidato representando a AF de llegar al balotaje, se vuelven inciertas y nuevamente corremos el riesgo de un escenario antagónico entre el Kirchnerismo y el Macrismo, es decir que nuevamente nos vamos a ver obligados a votar por uno u otro extremo de la grieta, pero no a favor de país.

Lavagna es angurriento y soberbio, piensa en él y no en el país, se convierte en un dirigente más y no en el estadista que la Nación reclama, es más de lo mismo, es lo que nos  llevó a la decadencia como Nación y que esmeriló todos los estamentos del Estado, para convertirnos en un país decadente y casi sin futuro, en donde nuestros hijos ven como única opción de crecimiento abandonar el país y buscar nuevos rumbos en otras partes del mundo.

Lavagna es angurriento y avaro, demuestra no estar a la altura de las circunstancias

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