Saludo solo a los que han llevado la antorcha del periodismo con integridad

EDITORIAL Carlos Zimerman
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carlos zimerman Por Carlos Zimerman

José Ademan Rodríguez es, sin duda, un prócer viviente del periodismo de Córdoba y del país. El "Negro" Ademan es un verdadero referente que debería ser motivo de estudio para aquellos jóvenes que quieren incursionar en esta hermosa profesión que es el periodismo. Directo, franco, contestatario e impiadoso, sin medir consecuencias, José Ademan Rodríguez fue un verdadero calvario para los poderosos que se creían impunes. El micrófono fue una verdadera daga que clavaba a la hora de expresar lo que pensaba. En este Día del Periodista, mis palabras fueron escritas pensando en periodistas como nuestro querido José Ademan Rodríguez.

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Ser periodista no es una labor que se elija a la ligera. Es una vocación que exige valentía, resistiendo el embate no solo del poder, sino también de la sociedad misma. Los verdaderos periodistas son aquellos que se atreven a mirar en los rincones oscuros del poder, aquellos que cumplen una función vital: la de ser una voz crítica y, en muchos casos, incómoda para quienes ostentan posiciones de autoridad.

En este contexto, el periodismo se convierte en un arte, un trabajo de precisión en el que la ética y la verdad son sus pilares fundamentales. La capacidad de desafiar a los poderosos, de inquietar sus conciencias y cuestionar sus decisiones es lo que realmente define a un buen periodista. La labor de informar no se limita a presentar los hechos de manera objetiva, sino que está entrelazada con un profundo sentido de responsabilidad social. Un periodista tiene la tarea de ser un guardián de la democracia, un pilar en la construcción de una sociedad más justa e informada.

 
La historia mundial está llena de ejemplos de periodistas que, a lo largo del tiempo, han puesto en riesgo su propia seguridad para exponer la verdad. Desde los cronistas que denunciaron la corrupción en tiempos de dictaduras hasta aquellos que arriesgaron sus vidas en zonas de conflicto, la valentía es un hilo conductor en esta noble profesión. La amenaza del poder no solo reside en la fuerza bruta, sino también en los intentos de sofocamiento a través de la censura, amenazas y, en ocasiones, violencia física.

La autocrítica y la autocensura se convierten, en esos escenarios, en la peor de las traiciones: una deformación inadmisible que debilita la función esencial del periodismo.

La relación entre el periodismo y la democracia es inextricable. No puede existir una democracia saludable sin una prensa independiente, libre y crítica. La fuerte interdependencia entre el periodismo y los derechos civiles resalta la importancia de que los periodistas disciernan, cuestionen y expongan verdades, sin miedo a las repercusiones. Ahí radica la esencia de la profesión: en la búsqueda incesante de la verdad y el compromiso con el interés público.

En este Día del Periodista, es fundamental reconocer y celebrar a aquellos que han llevado la antorcha del periodismo con integridad. A aquellos que, sin importar las circunstancias, han encontrado la manera de dar voz a los sin voz, de perseguir historias que otros prefieren ignorar y de dar un paso al frente cuando otros deciden dar un paso atrás. Su valentía y compromiso son un faro que debe inspirar a futuros periodistas a seguir su ejemplo, a no ceder ante la presión y a mantener la mirada firme en su misión.

 
No obstante, también es esencial hacer un llamado a la reflexión hacia aquellos que han desdibujado la línea entre el periodismo y el mercantilismo. A esos que priorizan el interés personal, que se disfrazan bajo la apariencia de periodistas pero que no buscan más que su propio beneficio. Su existencia es una mancha en la credibilidad del periodismo, un recordatorio de que no todos los que empuñan una pluma lo hacen con nobleza.

Así, mientras celebramos el Día del Periodista, quiero rendir homenaje a quienes se niegan a someterse, a quienes aún creen en la fuerza de la verdad y la importancia de la transparencia. ¡Feliz día a los verdaderos periodistas! Su lucha y dedicación son vitales para el fortalecimiento de nuestra sociedad y el bienestar de nuestros ciudadanos. El periodismo, cuando se ejerce con honradez y valentía, realmente puede ser una de las fuerzas más poderosas para el cambio.

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