La metalurgia en alerta: caída de la producción, despidos y un mercado desbordado por las importaciones

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • ADIMRA alertó sobre una caída del 4,7% en la producción metalúrgica y fuertes retrocesos en casi todos los rubros.
  • Buenos Aires, epicentro del sector, muestra una baja del 7,7% en la actividad.
  • Se perdieron 15 mil puestos de trabajo en 20 meses, afectando a un sector compuesto en un 98% por pymes.
  • Las importaciones metalúrgicas crecieron 70%, desplazando producción local y forzando cierres.
  • ADIMRA reclama una política industrial sostenida y medidas para proteger la producción nacional.
  • Elio Del Re advirtió que es imposible competir sin herramientas que equiparen a la industria argentina con las de países desarrollados.

La industria metalúrgica argentina vive uno de los momentos más críticos de los últimos años, atravesada por la recesión, la caída del consumo interno y un fuerte incremento de las importaciones que compiten directamente con la producción local. El diagnóstico fue trazado por el presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (ADIMRA), Elio Del Re, quien advirtió que la actividad se encuentra “en un escenario muy complejo”, con indicadores que retroceden en la mayoría de los segmentos del sector.

Según los últimos datos relevados por la entidad, la producción metalúrgica registra una contracción del 4,7% interanual. Los números muestran que casi todos los rubros se encuentran en baja, con excepciones puntuales como el de acoplados y semirremolques. Pero las mayores caídas se verifican en áreas como laminación, forja y fundición, que exhiben retrocesos promedio del 15% respecto de 2024. Esta situación se refleja con mayor nitidez en la provincia de Buenos Aires, que concentra alrededor del 60% de la estructura metalúrgica nacional. Allí, la actividad cayó 7,7% y golpea especialmente a las empresas vinculadas a la construcción, la maquinaria y el transporte.

El deterioro del sector tiene una consecuencia inmediata en el mercado laboral. La metalurgia argentina está compuesta en un 98% por pequeñas y medianas empresas distribuidas en todo el país, muchas de ellas intensivas en mano de obra calificada. En este contexto, la caída de la actividad se traduce en despidos: de acuerdo con ADIMRA, en los últimos 20 meses se perdieron cerca de 15 mil puestos de trabajo. “Para nosotros es un fracaso despedir gente”, expresó Del Re, señalando que la formación técnica de los trabajadores es un activo difícil de recuperar una vez que una empresa se ve obligada a achicar su plantilla. El dirigente planteó que el retroceso no solo afecta a los números del sector, sino también a su capital humano, que es clave para sostener la competitividad.

A la recesión se suma otro elemento que preocupa al entramado industrial: el aumento de las importaciones metalúrgicas. De acuerdo con la entidad, las compras externas de productos del sector crecieron un 70%, desplazando a la producción local y empujando al cierre de fábricas en las últimas semanas. Este fenómeno se explica por la diferencia de costos y por la falta de mecanismos que protejan a la industria nacional frente a la competencia internacional. Del Re advirtió que muchas pymes no pueden sostener su actividad frente a esta combinación de caída de ventas internas y creciente presión importadora.

En este marco, ADIMRA planteó la necesidad de que el Gobierno adopte una política industrial clara, sostenida y acorde a los desafíos que enfrenta la actividad. Del Re sostuvo que las economías más desarrolladas no abandonan a sus industrias, sino que las fortalecen con herramientas activas, subsidios específicos y medidas de protección en mercados estratégicos. “Los países desarrollados no están prescindiendo de sus industrias”, afirmó, remarcando que el camino contrario suele derivar en pérdida de empleo, menor capacidad productiva y una mayor dependencia del exterior.

La advertencia llega en un momento en el que distintos sectores industriales manifiestan dificultades similares, en un contexto de demanda interna deprimida y escasa previsibilidad. Para el universo metalúrgico, la estabilidad macroeconómica es una condición necesaria, pero no suficiente: se necesita, además, una hoja de ruta que permita recuperar niveles de actividad, sostener el empleo y evitar que las pymes queden rezagadas frente a un mercado global cada vez más competitivo.

Del Re concluyó con un mensaje directo hacia las autoridades: “Es muy difícil competir con países que sostienen a sus industrias con políticas activas mientras acá se las deja libradas al mercado”. Su diagnóstico resume no solo el presente de la metalurgia, sino también el desafío estructural que enfrenta el tejido productivo argentino en su conjunto: equilibrar la apertura económica con mecanismos que garanticen la supervivencia y el desarrollo de las empresas nacionales, especialmente en sectores intensivos en empleo y tecnología.

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