El icónico hotel de Mendoza que todos conocen, pero en el que nadie puede hospedarse

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A solo una hora de la ciudad de Mendoza, entre curvas de montaña y un paisaje árido que se vuelve verde en ciertos rincones, se encuentra la Reserva Natural Villavicencio, un área protegida que funciona tanto como refugio de biodiversidad como destino para escapadas cortas.


En este entorno es posible observar guanacos y zorros colorados desplazándose libremente. Sobre los cielos del valle, cóndores planean majestuosos, y con algo de suerte, hasta puede aparecer un puma, el depredador más grande de la zona.

Entre esta naturaleza intacta se erige uno de los hoteles más reconocidos del país, aunque hoy no recibe huéspedes.

Hotel Villavicencio: de símbolo de lujo a ícono silencioso
A metros del ingreso principal de la reserva se levanta el Hotel Villavicencio, inmortalizado por la botella de agua mineral que se produce en el predio. Su arquitectura quedó grabada en la memoria de los argentinos, y aunque el edificio se mantiene en pie, ya no funciona como alojamiento.

La construcción comenzó en 1939 por encargo del hacendado Ángel Velaz, y se inauguró en 1940 con 32 habitaciones y un estilo normando francés. Durante años, el hotel fue sinónimo de glamour y descanso, y hasta recibió delegaciones durante el Mundial de 1978. Sin embargo, nunca logró ser rentable y terminó cerrando sus puertas.

Tras pasar por varios dueños y ser expropiado por el Estado mendocino debido a deudas, en el año 2000 el predio fue adquirido por la multinacional Danone, que también tomó control de la marca de agua. La reserva fue entonces declarada área protegida, y se iniciaron trabajos de restauración.

Qué se puede visitar hoy
Aunque el hotel ya no aloja huéspedes, algunas áreas restauradas están abiertas al público:

Lobby y comedor originales, preservan su estilo y decoración.
Capilla de 1941, restaurada y accesible para visitas.
Casa de Ángel Velaz, que actualmente funciona como centro de atención a visitantes.
La reserva, que se extiende por 60.400 hectáreas, es hoy un ejemplo de conservación y cuidado del ambiente. Los senderos están señalizados y los recorridos son controlados para respetar la vida silvestre.

CON INFORMACION DE TODONOTICIAS.

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