La nueva retórica de Rusia: exagera avances en Ucrania y amenaza a los líderes europeos

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Las recientes declaraciones de Dmitry Medvedev, presidente del Consejo de Seguridad de Rusia, han elevado la tensión en el debate internacional sobre la guerra en Ucrania, al recurrir a referencias históricas y amenazas nucleares dirigidas a líderes europeos.

 
En una publicación en su cuenta de X (antes Twitter) el 31 de agosto, Medvedev criticó duramente al presidente francés Emmanuel Macron y al canciller alemán Friedrich Merz por su implicación en los esfuerzos estadounidenses para poner fin al conflicto, afirmando que ambos “han olvidado las lecciones” de la Segunda Guerra Mundial y advirtiendo que “las cosas podrían terminar como en 1945 – [Macron y Merz] también podrían acabar siendo identificados por sus dientes”.

 
Con esta alusión, Medvedev evocó el recuerdo de los bombardeos atómicos estadounidenses, utilizando la amenaza nuclear como instrumento de presión sobre Francia y Alemania por su respaldo a Ucrania en el proceso de paz. Además, sostuvo que los avances rusos representan “malas noticias” para ambos mandatarios.

 
Estas declaraciones forman parte de una estrategia informativa más amplia del Kremlin, que busca disuadir el apoyo occidental a Ucrania y debilitar la participación europea en las negociaciones de paz, según el análisis publicado por el Institute for the Study of War (ISW) el 31 de agosto de 2025.

 
El informe señala que el Kremlin ha intensificado tres líneas retóricas principales: acusar a los países europeos de prolongar la guerra, lanzar amenazas nucleares contra Estados occidentales y afirmar que la victoria rusa en Ucrania es inevitable.

Voceros como Dmitry Peskov y el director general del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF), Kirill Dmitriev, han sugerido que los Estados europeos buscan extender el conflicto, reintroduciendo así una narrativa rusa de larga data en el espacio informativo occidental con el objetivo de minar la confianza de Estados Unidos en sus aliados europeos. El ISW destaca que el Kremlin utiliza habitualmente a Dmitriev para defender los intereses rusos en Occidente, especialmente en lo relativo al proceso de paz y las sanciones, a través de plataformas y medios en inglés.

El Ministerio de Defensa ruso ha reforzado recientemente su campaña para presentar como inevitable la victoria de Rusia en Ucrania, recurriendo a grandes volúmenes de datos cualitativos para respaldar sus afirmaciones sobre avances militares.

Sin embargo, el ISW considera que estos datos y afirmaciones están inflados. El 30 de agosto, el jefe del Estado Mayor General, el general de ejército Valery Gerasimov, aseguró que las fuerzas rusas habían capturado 3.500 kilómetros cuadrados de territorio y 149 localidades desde marzo de 2025, y que habían tomado la mitad de Kupyansk. Estas cifras fueron objeto de fuertes críticas por parte de los blogueros militares rusos, quienes las calificaron como una “exageración muy grande” y cuestionaron qué elementos de la cadena de mando militar rusa están transmitiendo informes falsos al alto mando. Según la evaluación del ISW, las fuerzas rusas habrían conquistado únicamente 2.346 kilómetros cuadrados y 130 localidades entre el 1 de marzo y el 30 de agosto.

El informe del ISW atribuye la intensificación de la campaña informativa del Kremlin a la lentitud y limitación de los avances territoriales rusos en comparación con las elevadas pérdidas sufridas. El Estado Mayor General ucraniano informó el 30 de agosto que las fuerzas rusas registraron 210.000 bajas en las regiones de Járkov, Lugansk y Donetsk entre enero y agosto de 2025, lo que representa un promedio de 26.250 bajas mensuales.

En el conjunto del teatro de operaciones, las bajas rusas ascendieron a 290.000 en el mismo periodo, con un promedio mensual de 36.250. Por su parte, los medios opositores rusos Meduza y Mediazona reportaron el 29 de agosto, a partir de datos del Registro Ruso de Casos de Herencia (RND), que al menos 93.000 militares rusos murieron en 2024, casi el doble que en 2023 (alrededor de 50.000), y estimaron mediante un modelo predictivo que al menos 56.000 soldados rusos han muerto desde el inicio de 2025.

El ISW subraya que los avances rusos han sido en su mayoría graduales y lentos durante meses, y que la velocidad de avance resulta extremadamente baja según los estándares de la guerra mecanizada moderna. Por ello, cualquier evaluación sobre el desempeño y la fortaleza de las fuerzas rusas en el campo de batalla debe considerar tanto el ritmo de avance como las pérdidas sufridas para lograr esos resultados.

CON INFORMACION DE INFOBAE.

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