Semana crítica para el Gobierno: escándalos, silencios y un operativo de despeje mediático

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
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  • El Gobierno de Javier Milei concluyó una semana difícil, marcada por derrotas legislativas y denuncias de corrupción vinculadas a Diego Spagnuolo, ex titular de ANDIS.
  • La estrategia oficial combinó silencio y esfuerzos por desacreditar a Spagnuolo, buscando minimizar el impacto mediático del escándalo.
  • La difusión de una foto de Milei con los candidatos y la cancelación de conferencias muestran un intento de proyectar normalidad en plena campaña electoral.
  • Empresarios presentes en la convención del Council of the Americas expresaron preocupación por las altas tasas de interés y su impacto en la rentabilidad.
  • Funcionarios como Nicolás Posse y Mario Lugones mantuvieron un perfil reservado y distante, evitando hablar sobre los escándalos que los involucran.
  • Detalles como el excesivo aire acondicionado en el Hotel Alvear reflejan un clima tenso y anecdótico que simboliza la incomodidad de los sectores privados frente al Gobierno.

El Gobierno de Javier Milei concluye una de sus semanas más complicadas, marcada por derrotas legislativas y denuncias de corrupción que afectan directamente al presidente y a su círculo cercano. La controversia se intensificó con la difusión de audios de Diego Spagnuolo, ex titular de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) y exabogado de Milei, lo que llevó al Ejecutivo a buscar un rápido distanciamiento del funcionario ahora cuestionado.

La estrategia comunicacional oficial ha oscilado entre el silencio absoluto y esfuerzos discretos por desacreditar al ex funcionario. Desde Balcarce 50, el mensaje parece claro: minimizar el impacto mediático del escándalo mientras la campaña para las elecciones de octubre continúa en marcha. A modo de gesto simbólico, se difundió una foto del Presidente acompañado por los candidatos de su coalición, aunque la posibilidad de una conferencia de prensa fue rápidamente descartada. La última intervención pública de relevancia del Gobierno en ese formato data del 8 de agosto, y en más de dos meses solo se llevaron a cabo tres conferencias.

En paralelo, los voceros oficiosos de Casa Rosada lanzaron un “operativo desprestigio” contra Spagnuolo. Desde despachos del primer piso se lo calificó de “mitómano”, destacando contradicciones en sus explicaciones sobre los audios filtrados: primero alegó que se trataba de inteligencia artificial, luego dijo que le habían intervenido el teléfono. La estrategia recuerda a las clásicas maniobras de comunicación para intentar aislar a un funcionario en desgracia y limitar el impacto político del escándalo.

En medio de este clima de crisis, la convención del Council of the Americas en el Hotel Alvear ofreció una radiografía del sentir empresarial. El presidente de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Natalio Grinman, elogió públicamente la política económica del Gobierno, pero fuera del escenario formal las conversaciones entre empresarios reflejaron inquietud y preocupación. Algunos se quejaban del alto costo financiero y del impacto de las tasas sobre la rentabilidad de sus negocios. “Estas tasas complican y frenan todo; esperemos que se ordene después de las elecciones”, comentaba un ejecutivo en pasillos del hotel, mostrando el temor preelectoral que impera entre las grandes empresas.

Entre los asistentes, también se destacó la presencia del exjefe de Gabinete Nicolás Posse, quien mantuvo un perfil reservado y mostró su desagrado ante la insistencia de la prensa, reprimiendo preguntas con ironía y comentarios sarcásticos. Del mismo modo, el ministro de Salud, Mario Lugones, envuelto en el escándalo del fentanilo contaminado, mantuvo un comportamiento distante y cortante, evitando cualquier referencia al tema cuando fue abordado por colegas en los pasillos de Casa Rosada.

Otro detalle anecdótico, pero significativo del tono de la jornada, fue la marcada preferencia del Presidente por mantener los salones excesivamente refrigerados durante la convención. El aire acondicionado del Hotel Alvear convirtió el espacio en una “heladera gigante”, provocando incomodidad entre los empresarios más encumbrados, algunos de los cuales bromeaban con traer abrigos la próxima vez, y otros podrían justificar ausencias por problemas de salud.

En definitiva, la semana terminó evidenciando un Gobierno presionado en múltiples frentes: legislativo, judicial y mediático. La combinación de escándalos de corrupción, derrotas parlamentarias y la presión de los sectores empresariales delinean un escenario complejo para Milei y su equipo, que busca mantener la campaña electoral en marcha mientras maniobra para aislar los problemas internos. El desafío central para la Casa Rosada será equilibrar el manejo del escándalo Spagnuolo con la necesidad de proyectar estabilidad y confianza frente a los actores económicos y los votantes, sin que los errores de comunicación y los gestos polémicos terminen minando su estrategia política y económica.

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