Congreso paralizado: entre la ofensiva opositora y el repliegue libertario

• Parálisis legislativa: La condena a Cristina Kirchner y la movilización peronista frenaron la actividad en el Congreso; el oficialismo se replegó.
• Ley trabada: El proyecto de “presunción de inocencia fiscal” está paralizado por falta de apoyo en la comisión de Presupuesto.
• Tensiones políticas: Declaraciones de Milei contra Macri y Pichetto profundizaron el quiebre con sectores del PRO.
• Malestar de gobernadores: Reclaman por fondos y rechazan la competencia de las listas libertarias en sus provincias.
• Agenda opositora: La oposición impulsa una sesión especial el 2 de julio con temas sensibles como universidades, el Garrahan y DNU.
• Estrategia libertaria: El Gobierno busca resistir hasta las elecciones para recuperar fuerza legislativa.

La condena por corrupción contra Cristina Fernández de Kirchner y la multitudinaria movilización del peronismo en Plaza de Mayo marcaron el pulso político de las últimas semanas, eclipsando por completo la actividad legislativa. En el Congreso, el clima es de parálisis: apenas algunas reuniones de comisión aisladas y un oficialismo libertario que optó por el repliegue estratégico ante la creciente dificultad para construir consensos.

La Casa Rosada había apostado fuerte por una nueva ley de “presunción de inocencia fiscal”, con la que pretendía incentivar la exteriorización de dólares no declarados. Sin embargo, el tratamiento del proyecto, que ingresó hace dos semanas a Diputados, ni siquiera arrancó formalmente. La falta de apoyo de bloques aliados tradicionales como Encuentro Federal, sectores disidentes de la UCR y la Coalición Cívica en la comisión de Presupuesto obligó al oficialismo a congelar su avance.

El diputado José Luis Espert, al frente de la comisión, prefirió cerrar filas y no exponer una eventual derrota. “No hay apuro”, aseguran ahora desde el entorno libertario, confiando en que parte de la iniciativa ya está en marcha gracias a la adhesión de varios gobernadores al Régimen Simplificado de Ganancias.

Pero la estrategia del tiempo muerto esconde una creciente fragilidad. Las recientes declaraciones del presidente Javier Milei, que acusó a Mauricio Macri de interferencias judiciales y de haber “pagado” a Miguel Pichetto con la vicepresidencia en 2019 por proteger a Cristina, tensionaron aún más la relación con sectores del PRO. Los diputados cercanos al expresidente se abstuvieron en votaciones clave como el aumento a los jubilados, mientras que los alineados con Bullrich y Ritondo votaron directamente en contra.

En paralelo, gobernadores y bloques provinciales expresan su malestar por la falta de fondos y por la intromisión de las listas libertarias en sus distritos. Para contener la sangría, el Ejecutivo decidió reactivar el postergado Consejo de Mayo, que se reunirá por primera vez el próximo martes, con la expectativa de contener los reclamos subnacionales.

La oposición, por su parte, huele sangre. El peronismo y los bloques dialoguistas preparan una sesión especial para el 2 de julio, donde buscarán avanzar con temas sensibles como el financiamiento de universidades públicas y del Hospital Garrahan, la reforma de la ley de Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) y la revisión del nuevo Departamento Federal de Investigaciones creado por Bullrich. También quieren reactivar la comisión investigadora del escándalo del caso $Libra.

Acorralados por la interna oficialista, el desgaste de las alianzas y el temor a nuevas derrotas legislativas, los libertarios intentan capear el temporal con una única estrategia: resistir hasta las elecciones. La esperanza es que un eventual triunfo en las urnas les permita reconfigurar apoyos y recuperar iniciativa en el Congreso. Hasta entonces, el Congreso seguirá con la persiana semiabierta.