Tarjetas al límite: más deuda, más morosidad y menos margen para las familias

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • Aumento de la morosidad: La mora en créditos a personas físicas llegó al 2,9% en febrero y las tarjetas de crédito marcaron récord en marzo.
  • Sobreendeudamiento de hogares: Más del 65% tiene entre 2 y 3 deudas; el 56% destina al menos el 40% de sus ingresos al pago de pasivos.
  • Crédito usado para alimentos: El 58% de las deudas con tarjeta se vinculan a la compra de alimentos.
  • Tasas muy altas: Créditos personales con CFTEA de hasta 200% en bancos privados y 140% en públicos.
  • Desaceleración del consumo: El uso de tarjetas crece, pero pierde fuerza en términos reales.
  • Sistema financiero restrictivo: El acceso al crédito sigue siendo caro y limitado, sobre todo para la clase media, complicando la recuperación económica.

En medio de una desaceleración de la inflación y una política monetaria cada vez más contractiva, el endeudamiento de los hogares argentinos sigue creciendo. Según datos de la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA) y el Banco Central, la morosidad en los créditos a personas físicas alcanzó niveles no vistos en años, con las tarjetas de crédito liderando la tendencia.

En febrero, la mora en préstamos a familias subió al 2,9%, y en marzo, el incumplimiento en tarjetas tocó su punto más alto en tres años. Los préstamos personales, por su parte, superaron el 4% de morosidad, su mayor nivel en nueve meses. El fenómeno afecta especialmente a los sectores de ingresos medios y bajos, donde el crédito dejó de ser una herramienta de financiación y se transformó en un salvavidas económico.

Un informe del Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas (IETSE) revela que el 58% de las deudas con tarjeta se destina a compras de alimentos. A esto se suma un patrón creciente de sobreendeudamiento: más del 65% de los hogares mantiene entre dos y tres deudas activas, y el 56% destina al menos el 40% de sus ingresos mensuales al pago de pasivos.

Pese a la baja de la tasa de referencia por parte del Banco Central, las tasas de interés reales en los créditos personales siguen por las nubes. Un préstamo en un banco privado puede tener un Costo Financiero Total Efectivo Anual (CFTEA) cercano al 200%. Incluso en bancos públicos, los clientes enfrentan tasas de hasta el 140%. Refinanciar deudas, usar adelantos de sueldo o recurrir al descubierto bancario implica, muchas veces, asumir costos que superan largamente los ingresos mensuales.

Los saldos de tarjetas siguen creciendo, pero a un ritmo cada vez más lento. Según First Capital Group, en mayo el aumento fue del 3,4% mensual en términos nominales, pero solo del 1,6% si se descuenta la inflación. Para revertir la tendencia, el sector privado prepara nuevos programas de cuotas, ante la inminente finalización de planes oficiales como "Cuota Simple".

Mientras tanto, la banca justifica las tasas elevadas por el riesgo crediticio. Pero en la práctica, los hogares argentinos, sobre todo de clase media, enfrentan un sistema financiero que les cobra más, les ofrece menos y los obliga a endeudarse para sobrevivir. La morosidad crece, el crédito se encarece y el consumo se fragmenta. Un combo que complica cualquier intento de recuperación económica real y sostenida.

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