El Bonte 2030 se suma al menú del carry trade: nuevo instrumento para tentar dólares al sistema financiero

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • El Bonte 2030 es un nuevo bono en pesos lanzado por el Gobierno para atraer dólares y fomentar el carry trade.
  • Captó u$s1.000 millones de inversores extranjeros y es el primero en 7 años diseñado para quienes ingresan divisas.
  • Rinde 29,5% anual y tiene vencimiento en 2027 o 2030; no es capitalizable, lo que implica ciertos riesgos.
  • Su éxito depende de la estabilidad del dólar: si se mantiene estable o baja, se puede ganar hasta 11% en un mes.
  • El Gobierno lo ve como una herramienta clave para reforzar reservas y mostrar resultados al FMI.

El Gobierno nacional habilitó una nueva herramienta para reforzar su estrategia de estabilización financiera: el Bonte 2030, un bono en pesos que debutó esta semana en el mercado y ya despierta el interés de inversores locales por su potencial en maniobras de carry trade. La emisión, que permitió captar u$s1.000 millones de capital extranjero, se convirtió en el primer bono argentino en siete años pensado exclusivamente para inversores que ingresan divisas al país.

La lógica es conocida: vender dólares, colocar los pesos en activos de alta tasa, y luego recomprar más dólares si la cotización se mantiene estable o baja. En ese juego, el Bonte 2030 —con un rendimiento del 29,5% anual y vencimiento en 2027 o 2030, según se ejerza una opción de rescate anticipado— se perfila como una opción atractiva dentro del esquema de estabilización que impulsa el ministro de Economía, Luis Caputo.

Entre rendimiento y riesgo

Para analistas como Alan Versalli, de Cocos Capital, el bono ofrece una oportunidad interesante por su premio de tasa y por la posibilidad de venta a valor técnico en mayo de 2027, lo que sumaría liquidez al instrumento. Sin embargo, firmas como Guardian Capital advierten que el Bonte 2030 no es capitalizable —los intereses se pagan cada seis meses, no se reinvierten automáticamente— y puede resultar riesgoso ante una suba abrupta del tipo de cambio.

Por eso, algunos siguen viendo más atractivas a las Lecap, que pagan interés mensual y permiten mayor reinversión. En cualquier caso, todos coinciden en que el éxito del carry depende de un factor clave: la estabilidad cambiaria.

¿Cuánto se puede ganar?

Las proyecciones para junio son optimistas. Economistas como Gustavo Ber y Salvador Di Stefano estiman que el dólar se moverá entre $1.100 y $1.200, un margen de relativa estabilidad que favorecería este tipo de jugadas financieras. Con tasas mensuales de hasta 2,5% en pesos, la ganancia podría llegar hasta un 11% en solo un mes, si se logra recomprar dólares más baratos al final del ciclo.

Para dimensionar: esa rentabilidad supera ampliamente el rendimiento anual de los bonos del Tesoro estadounidense. En abril, una estrategia similar entregó hasta un 14% de ganancia mensual.

El desafío del equilibrio

Pese a las expectativas, el carry trade no está exento de peligros. Una escalada del dólar puede licuar las ganancias en pesos y hasta generar pérdidas. Por eso, los analistas sugieren realizar estas operaciones con visión de mediano plazo y en contextos de bajo riesgo político o financiero.

Aun así, el Bonte 2030 aparece como una carta clave en el plan de Caputo para atraer dólares, dar profundidad al mercado financiero y mostrar al Fondo Monetario Internacional un mínimo flujo de capitales que respalde las reservas.

Con esta jugada, el Gobierno busca consolidar la confianza en su programa económico sin acudir a controles extremos, mientras sigue pendiente de una pregunta crucial: ¿aguantará la calma cambiaria el resto del invierno?

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