Cristina Kirchner sacude el tablero electoral: su candidatura en Buenos Aires anticipa tensiones políticas y económicas

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • Cristina Kirchner confirma su candidatura para las elecciones del 7 de septiembre en Buenos Aires, apostando por su bastión: el Conurbano.
  • La elección se adelanta, descolocando al gobierno de Milei, que buscaba postergar definiciones políticas tras eliminar las PASO.
  • Los mercados reaccionaron con calma, aunque se advierte que podría ser transitoria si Cristina obtiene una victoria contundente.
  • La candidatura es leída como signo de debilidad o estrategia, al limitarse a lo provincial y buscar reforzar la elección nacional de octubre.
  • Crece la expectativa sobre el dólar ante una posible caída de oferta de divisas y aumento de demanda de cobertura en moneda extranjera, especialmente desde agosto.

En un movimiento que sacude el calendario político argentino y genera ruido sordo en los mercados, Cristina Fernández de Kirchner confirmó su candidatura para las elecciones legislativas del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires. La ex presidenta eligió su bastión histórico, el Conurbano bonaerense, para volver a competir electoralmente, en una apuesta que reordena el escenario electoral y obliga al oficialismo a recalcular.

El regreso de Cristina al ruedo no es un dato menor. Su presencia en la papeleta bonaerense, y especialmente en la tercera sección electoral —el corazón del kirchnerismo duro—, asegura un impacto mediático con titular garantizado: “Ganó Cristina”. Incluso si el resultado no se replica con la misma fuerza en el resto del país, el golpe simbólico y político está asegurado.

Un anticipo que descoloca al gobierno

La fecha elegida, 7 de septiembre, marca una ruptura con el cronograma que había buscado estirar la Casa Rosada. La jugada del oficialismo de Javier Milei había sido clara: eliminar las PASO para ganar tiempo y reducir la volatilidad típica de los meses preelectorales. Con ese objetivo, el Congreso derogó las primarias previstas para agosto. Sin embargo, la elección bonaerense, adelantada ahora tres semanas respecto de ese cronograma original, vuelve a cargar de tensión el clima económico y político.

Reacción de los mercados: ¿calma transitoria?

Lejos de reaccionar con sobresaltos, los mercados tomaron con cautela el anuncio. Ayer, tanto el dólar blue como el MEP mostraron leves bajas, mientras que el tipo de cambio oficial se mantuvo sin variaciones en torno a los $1.200. Las acciones argentinas en Wall Street tuvieron un desempeño moderado pero positivo, con subas destacadas en el sector energético: Vista Energy trepó 3,5%, y tanto YPF como Pampa Energía avanzaron más del 2%.

También los bonos mostraron señales de confianza: el Bonte 2030, aún con bajo volumen de operaciones, vio caer su rendimiento del 29,5% al 26,5% anual en pesos, reflejando expectativas de menor inflación en el corto plazo.

Sin embargo, analistas advierten que esta calma podría ser efímera. Si la candidatura de Cristina se traduce en una victoria contundente en el Conurbano, el gobierno deberá redoblar sus esfuerzos por contener la lectura política del resultado y evitar una sobrerreacción en los mercados.

Entre la debilidad y la estrategia

Para algunos sectores del oficialismo y del establishment, el hecho de que Cristina se postule a nivel provincial y no nacional se lee como una señal de debilidad. La ex presidenta, que en los últimos meses había señalado la posibilidad de una derrota, optó por refugiarse en un terreno seguro con el objetivo de apuntalar el resultado nacional y sostener la representación kirchnerista en el Congreso.

Desde su entorno justifican la candidatura como una movida estratégica: reforzar el caudal de votos en el mayor distrito electoral del país para influir en la composición legislativa nacional, que se definirá el 26 de octubre.

El dólar y las elecciones: la tensión latente

Con la mira puesta en julio, crece la expectativa sobre la evolución del dólar. Se espera una fuerte baja en la liquidación de divisas por parte del agro debido al fin del esquema de baja de retenciones. Esta menor oferta de dólares podría coincidir con un incremento en la demanda de cobertura en moneda extranjera, justo cuando ya no rige el cepo para personas físicas.

En abril, la salida del cepo generó una demanda inédita de USD 2.000 millones por parte del público, pero fue leída como un evento puntual. No obstante, agosto —a un mes de las elecciones— podría marcar el inicio de una nueva etapa de tensiones cambiarias si los inversores comienzan a anticiparse a un eventual giro en el tablero político.

Por ahora, reina una calma vigilante. Pero con Cristina en carrera, el escenario vuelve a cargarse de dramatismo político, y la economía comienza a mirar el calendario con otra preocupación: septiembre ya no parece tan lejano.

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