Argentina busca evitar una escalada arancelaria con EE.UU. en medio de presiones políticas y comerciales

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
3FPJNAXNUFCM5M2AFWNLWT2V64
  • Argentina y EE.UU. están en una segunda ronda de negociaciones en Washington para evitar nuevos aranceles recíprocos a las exportaciones argentinas.
  • La misión argentina es liderada por Luis María Kreckler y Pablo Lavigne, con reuniones clave con la Secretaría de Comercio de EE.UU. y la USTR.
  • La negociación enfrenta obstáculos políticos: Trump endurece su política comercial por su disputa con China, y Milei carece de apoyo legislativo para hacer reformas exigidas por EE.UU.
  • El informe del USTR señala graves deficiencias en Argentina sobre propiedad intelectual, barreras comerciales y mercados ilegales como La Salada.
  • Argentina avanzó con reformas, como la eliminación de 23 resoluciones aduaneras y la detención del "Rey de La Salada", pero no son suficientes para garantizar un acuerdo.
  • La tregua comercial vence en julio y el resultado dependerá de una decisión política de Trump, pese a su afinidad personal con Milei.

En un contexto geopolítico tenso y con la tregua comercial a punto de expirar, Argentina inició ayer en Washington una segunda ronda de negociaciones con el gobierno de Estados Unidos para intentar frenar la aplicación de aranceles recíprocos a sus exportaciones, una medida impulsada por el presidente Donald Trump como parte de su ofensiva global en materia de comercio, inmigración y lucha contra el fentanilo.

La delegación argentina está encabezada por el embajador Luis María Kreckler y el secretario de Coordinación del Ministerio de Economía, Pablo Lavigne. Ambos mantienen encuentros con funcionarios de la Secretaría de Comercio estadounidense y de la Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR), en un intento técnico y diplomático por morigerar las sanciones comerciales que Washington evalúa endurecer.

Las negociaciones se desarrollan bajo una fuerte presión política. Por un lado, Trump endurece su postura arancelaria en función del avance —o estancamiento— de su guerra comercial con China. Por otro, el presidente Javier Milei enfrenta dificultades internas para adaptar el marco normativo argentino a las exigencias de la Casa Blanca, debido a su limitada capacidad de maniobra en el Congreso.

La estrategia de Trump no es nueva. Durante una pausa en sus conversaciones con Xi Jinping, duplicó los aranceles al aluminio y acero. Ahora, en un intento de reforzar su retórica electoral, vuelve a poner la lupa sobre socios comerciales como Argentina. En paralelo, Milei apuesta a un triunfo contundente en los comicios de octubre para avanzar en reformas estructurales, entre ellas, la actualización de las leyes sobre propiedad intelectual.

El último informe anual de la USTR detalla los desafíos que enfrenta Argentina para quedar fuera de la lista de países sancionados. En cuatro páginas del documento —desde la foja 14 hasta la 17— se enumeran asimetrías en aranceles, trabas aduaneras, restricciones cambiarias y especialmente deficiencias en la protección de la propiedad intelectual.

Entre los puntos más críticos, el informe denuncia la falta de protección de datos en sectores farmacéuticos y agroquímicos, la acumulación de solicitudes de patentes, el uso abusivo de las indicaciones geográficas, y la existencia de mercados ilegales de falsificaciones como La Salada y el Barrio Once. Precisamente, la reciente detención de Jorge Omar Castillo, conocido como el "Rey de La Salada", fue leída en Washington como un gesto político relevante, aunque insuficiente.

En línea con las recomendaciones del USTR, la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) eliminó 23 resoluciones que obstaculizaban el comercio. Sin embargo, estos avances técnicos no garantizan un desenlace favorable.

"La voluntad política existe, pero la llave la tiene Trump", admiten fuentes diplomáticas. El mandatario estadounidense, que cerró acuerdos bilaterales con países como Reino Unido pero dejó en suspenso a aliados históricos como Israel, mantiene una estrategia impredecible. Si bien Milei y Trump comparten afinidad ideológica, ello no garantiza que Argentina quede exenta de los aranceles que podrían impactar severamente en sectores clave como el aluminio, el acero y la industria farmacéutica.

La tregua comercial entre ambos países vence en julio, y los próximos días serán decisivos para determinar si las gestiones de Kreckler y Lavigne en Washington logran aplacar el rigor proteccionista del gobierno republicano. En caso contrario, Argentina podría enfrentar un nuevo frente de conflicto económico, con repercusiones internas y externas en plena campaña electoral.

Últimas noticias
Te puede interesar
Lo más visto