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Belgrano lo tuvo dos veces, Talleres se lo empató

DEPORTES 25/02/2024 Agencia de Noticias del Interior Agencia de Noticias del Interior
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La fecha de los clásicos es especial. Por los nombres, por la historia que se pone en juego y por muchísimos más condimentos. ¿Por los goles? Cuando llegan, ya que el temor a perder suele limitarlos. El clásico cordobés, entonces, resultó un show atípico y espectacular: con más gritos que fútbol, porque ninguno de los dos equipos necesitó demasiada elaboración para embocarla, Belgrano y Talleres empataron 2-2 en el Gigante de Alberdi.

No hay peor forma de arrancar un clásico que con un gol en contra rapidito. Talleres, después de que Reyna se sacara de encima a Herrera ymarcara el 1-0 antes del minuto de juego, debió correr de atrás desde el arranque y con todo el pueblo celeste en su contra. En ese punto, hay dos posibilidades: bajonearse o aceptar el desafío y tratar de revertir la historia. La T fue por lo segundo, y lo revalidó a lo largo del partido.

Cuando consiguió el empate, se lo anularon por offside. Cuando volvió a marcar y el gol contó -un fierrazo lejano de la figura Sosa-, Belgrano volvió a ponerse arriba a los cinco minutos. Cuando pudo igualar las acciones por un penal, Losada se lo atajó a Bustos. El clásico cordobés fue una prueba de carácter constante para el equipo de Ribonetto, que una y otra vez volvió a sacar pecho y a meterse en partido. Y siempre con golazos...

Así como el local madrugó a Talleres en el primer tiempo, la visita hizo lo propio en el complemento: Alejandro Martínez se vio con espacio, abrió el pie izquierdo y la colgó del ángulo a los 2’. Fue la igualdad, que volvió a romper el partido y generó un ida y vuelta emocionante hasta el final. Dentro y fuera del campo de juego, eh.

Cuando faltaba poquito para que terminara el partido, cientos de fuegos artificiales y bengalas obligaron a Rapallini a pararlo y esperar a que se disiparan. Con las revoluciones a mil, una vez pitado el final, el lío siguió entre los jugadores en el círculo central. Un clásico que se vivió como tal, con las emociones a flor de piel y con muchos goles. Para deleite de propios y neutrales.

Con información de Olé, sobre una nota de Fabrizio Silva

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