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El mejor psicólogo es la “chancleta” de la vieja

PARA LEER EN PANTUFLAS José Ademan RODRÍGUEZ
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Por José Ademan Rodríguez

El primer psicólogo que nuestra generación y la de nuestros hijos conoció, fue de goma y algunos lo llamaban “chancleta”. Hoy todos van al psicólogo por cualquier problema, todo es terapia y nadie resuelve solo sus problemas. Quiero ser muy claro, más allá si creo o no en los psicólogos, creo que son importantes y me rindo ante su sabiduría, pero algunos van al profesional del sofá por cualquier cosa, es como si iríamos al médico por un dolor de panza o por uno de cabeza. El tema no es en el fondo el psicoanálisis o los psicólogos , el tema es esta sociedad dependiente que no sabe desenvolverse por sí misma y que para todo necesita “muletas”. Es necesario, así en la vida de cada uno como en la sociedad en general, aprender a resolver los problemas por uno mismo, aplicar nuestros propios conocimientos y enfrentar las adversidades, eso nos va a dar independencia y poder de decisión, algo que hoy carecemos. Menos psicólogos y más sentido común, menos “muletas” y más determinación, menos dependencia y más autonomía. Para que seamos una sociedad más digna y sin depender de lo que otros no puedan decir, sepamos cuando pedir ayuda y cuando afrontar nosotros mismos los problemas, y si nos metemos en un laberinto y no sabemos cómo salir, le pidamos imaginariamente la “chancleta” a la vieja y nos autopeguemos un buen chirlo en el culo, seguramente nos dolerá un poco, pero nos va a ayudar a encontrar el camino que buscamos.

Que tengan la mejor de las jornadas y les dejo mi nota de hoy, con una perlita imperdible para el final que invito a escuchar con un rico habano y un vaso del mejor whisky. Hasta la semana que viene y ¡¡ Viva el papo, pero que no gobierne!!


Les doy una muestra (sólo una): ya es sabido que el mundo encierra trampas, que es como un campo minado de fatalismos y que la sociedad en general es mala, sucia, mezquina y cabrona. Si uno pone cara de concentrado crea el clima propicio de silencio y dices: "¡Ten cuidado! ¡Alguien muy allegado a ti quiere hacerte mucho daño!". ¿Qué mina no ha tenido una íntima amiga, una cuñada o una suegra que intenten joderte la vida, de igual manera que ¿Quién no ha tenido un desengaño o decepción amorosa o de amistad reciente? si vivimos amando y desamando como hace y deshace nudos el marinero...


            Todos estos temas de la psiquis, los horóscopos, pitonisas y curanderas enloquecen en mayor medida a las mujeres y aquí viene lo lamentable, que es terminar luego en el diván del psicoanalista. Los psicólogos consiguen que un tipo normal y corriente se crea una persona conflictuada. Sólo hacen las mismas preguntas que no se anima a hacerte tu marido: "Si hay otro en tu vida" o "si hay otra" ...y encima les pagas. 


Hace unos años atrás, antes de venirme a vivir a Barcelona, me pasó una crisis con metástasis existencial; una vecina me aconsejó por qué no iba al psicólogo. Menos mal que mi sentido común me advirtió que es uno mismo y no otro quien debe resolver sus cuitas. Además, con esta sociedad consumista ¿quién no tiene problemas? ¡Cómo no estar rayado! Que si las penurias económicas, el marido machista, padres castradores, enajenación por estar podrido de tu trabajo, celos provocados por la amante, acumulación de tensiones, histeria, irritabilidad, etc. etc. Total, ¿¡Cuánta gente se convierte en carne de psicoanalistas!?


            No nos damos cuenta que la vida misma es una red de sugestiones. La sugestión útil del maestro sobre el alumno o la sugestión perniciosa de un mal amigo. ¡Y qué difícil sustraerse a todo!, más considerando que todos los hombres somos simuladores para adaptarnos al medio ambiente en que vivimos. Y la sugestión morbosa e interesada de muchos titulados psicoanalistas, de tendencia oscurantista, restrictiva y embaucadora que prolifera en todo el mundo, nos hace creer que estamos enfermos y solamente ellos pueden curarnos. Y así te convencen hasta la obsesión de que tú solo no puedes resolver las dificultades. Según Vicente "Capote" de la Mata, los psicólogos son tan duales, tan ruines... Siendo jugador de Independiente, padeció un bajón deportivo, por lo cual acudió a uno de ellos; “La ansiedad es generada por la depresión, pero la depresión -le dijo en otra visita, con aumento del precio de la consulta- es generada por la ansiedad”. 


          Si a un hombre no se le pone bien dura, le dirá que padece “disfunción eréctil”, que puede tener su causa en factores exógenos (impericia amatoria de la mujer, por ejemplo) o endógenos (inseguridad, agotamiento...). A la que padece de furor uterino le diagnostican hiperactividad sexual. Llámese como se llame son el colmo de las guarrradas. Y hasta te sacan un tercer factor, el psicosomático o problema de causa idiopática. Con lo cual, el individuo ya no sabe si el trastorno anida en la cabeza de arriba o la de abajo. Y si una mujer es frígida, que sufre de “anorgasmia”, ante lo que expondrá los mismos argumentos que al hombre; ella no sabrá si es por la grieta de arriba o la de abajo que sufre el problema. Al final, descubres que más que psicólogos la van de gratificantes sexólogos y si son un poco pícaros, te culean hasta la suegra, pues el pícaro es una creación argentina de sujeto deleznablemente lúcido para sacar ventajas con los procedimientos más inescruplosos. La proliferación de los psicoanalistas es directamente proporcional a la cantidad de ignorantes (osea, crédulos) y pelotudos. Tan pelotudos que ante dos diagnósticos diferentes, el psicólogo  más caro será el que de en la tecla, creen los presuntos traumados. Ejemplo de psicólogo “prestigioso” y caro es el español Rojas Marco, residente en Nueva York, quien aseveró que la depresión se produce por carencia de autoestima, lo cual lleva al alcohol y éste a su vez provoca la depresión y la falta de autoestima; ¡caradura de mierda! Si está hablando exactamente de lo mismo... poniendo la causa en el norte, en el sur o donde se le canta las pelotas... Trasladado a otro terreno, el gordo Gil y Gil  necesitó de un vasto espectro de "giles" para robar tan bien como lo hizo. 


         En las sesiones del sofá uno habla con un desconocido que te recuerda tus traumas infantiles y se transforma en algo así como la voz del espíritu. Sus palabras van y vienen con túnicas de silencio, en tanto vamos dando en nuestro interior forma, color y vida a la voz del doctor, que es como la voz de Dios, audible en el aislamiento y se convierten en una droga, una psicodependencia, una necesidad impostergable. 


            Son seres intagibles e igual que los políticos logran fascinar más por el tono que por el contenido de lo que dicen. Eso sí: hablan bien, pero no curan. Cada pregunta formulada me hace acordar al loco de la colina, un viaje alucinante al fondo de la mente. Ponen ojos de búho que se clavan en tus debilidades, escarban en tus sesos, tus porquerías, tus lágrimas, tus miedos y angustias, buscando la carroña de tu personalidad, generalmente sin mirarte a los ojos. Y la relación es desigual; es como uno que está borracho y larga todo lo que tiene dentro frente a otro que está fresco, o como uno que está desnudo frente a otro pulcramente vestido, que ausculta tus defectos. Se meten en tus recovecos, invaden tus pliegues íntimos. Saben todo de ti; tú, nada de ellos (si es casado, viudo, juntado). Esconden su vida privada; tú se la das toda. No sabes ni el color del esmalte de sus dientes, pues sonríen poco. Son enigmáticos e imperturbables. Lo que sí es seguro, fuman. ¿Nunca se habrán preguntado sus pacientes como es que fuman tanto? ¿Qué trauma tendrán?
            
          El psicoanálisis sobrevino como una industria de la mente ajena, lo mismo que los curanderos, el Día de la Madre, el Día de la Secretaria (que se inventaron, seguro, los joyeros para que el patrón de la empresa le regale joyas a su secretaria-amante) y la frase “La función debe continuar” de los artistas que sufren la pérdida de un ser querido (seguro la inventó un lúcido empresario teatral). Cuando murió el padre de Narciso Ibáñéz Menta, este actuó y fue muy criticado. Al finalizar la obra rubricó su sentido homenaje con estas palabras: “ Señoras y señores, el espectáculo siempre es para ustedes. Esta noche no fue así, mi padre murió hoy, fue para él. Les pido que no aplaudan y me concedan este minuto de silencio, por él”. Pero mi opinión en caso de que se muera un ser supremo para mi, como en su caso, me voy rápido a besar a mi mamá y a la función: ¡A tomar por culo!.
 


Y cuidado que estos psicoanalistas charlatanes e inescrupulosos no tienen nada que ver con Sigmund Freud. Si Freud asistiese a la interpretación que se está dando a su técnica de análisis de la personalidad, seguramente entraría en ira neurótica, puesto que él estimaba que la técnica no podía realizarla cualquier psiquiatra, que esto dependía de la personalidad de quien la realizara. Habrás notado que me refiero a la técnica y no a una ciencia. Y esto es así ya que el psicoanálisis carece de método científico, no tiene rigor, seriedad científica ni comprobación de resultados. ¿Cómo se puede comprobar o convencer científicamente que un recién nacido cuando mama del pecho de su madre lo hace para satisfacerse sexualmente y no por instinto de conservación, cual es el de alimentarse? ¿Un trauma es una teta o una teta es un trauma?, me pregunto yo... Es más, cuando Freud recibía psiquiatras en Viena que querían seguir su escuela (y los había famosos) los entrevistaba y a veces les decía: "Dedíquese a otra cosa, ¡usted es un charlatán!". 


 
Argentina es después de Estados Unidos uno de los países con mayor número de psicoanalistas y, por ende, de psicóticos, teniendo en cuenta los millones de recetas de Lexotanil y Valium que se expenden por año. Es que en nuestro país hay buena base, se da mucho el ejercicio de la tertulia. De ahí se explica el auge de periodistas, videntes, escuelas de teatro y psicoanalistas, cuyo blanco preferido es la histeria de las mujeres de clase media de cierto nivel cultural y marido machista. Hay muchos que viven al pedo. Les hacen creer que el marido es el demonio que encarna la represión. ¿Qué les diría un psicoanalista?: Que todos los problemas vienen por no soñar o soñar mal... De no ser así, que todo el mal se debe a alguna represión, y así te comenzará el tratamiento: si sos varón, te hará sesiones de terapia grupal. Ahora, si son mujeres de 90-60-90, la terapia será individual, para lograr su "liberación" y eliminar los tabúes que las tienen reprimidas. Eso sí, deberán tener cuidado, ya que si no las curan tendrán que buscar otro psicólogo que les quite el trauma que les quedó del primero, por ser madre de familia numerosa. Es que ellos saben que, a veces, sobre todo con una chiflada de 90-60-90, hablar no es comunicarse, se puede comunicar callando... como en el amor. Y lo más probable es que esta "paciente" tendrá que seguir sesiones para el resto de su vida, en las que  le “enseñaran” a convivir con su problema de “disfunción mental”, y cuidado que no suspenda los ciclos de tratamiento por la amenaza de “rebrotes”. Son las enfermas más cumplidoras: una vez cogidas dejan ser enfermas para ser pacientes, que se "cogen" de tanto en tanto. 

En ginecología, se han inventado lo de “depresión psicógena” o vulgarmente conocida como "depresión post parto", luego de la maratón del parto, lo cual implica gimnasio, dinero y desatender las tareas de la casa o de su profesión, que ya de por sí es el ejercicio más eficaz desde hace siglos o de cuando las madres tenían de 10 a 15 hijos y nunca se les oyó quejarse de tener algo como "depresión psicógena".


Que daño que siguen haciendo los psicoanalistas... Por ejemplo, Van Gogh, en lugar de pintar "Los Girasoles", hubiese seguido de minero. A Chaplin seguro no le hubiese salido ni una pirueta, ni un gesto, no habría mimos. Ese griego loco, alucinado y megalómano que fue Onassis, habría fabricado sólo barquitos de papel. Y Napoleón jugado únicamente con soldaditos de plomo. El psicoanálisis hubiera terminado con Salvador Dalí, delirantemente loco, ni Colón habría tenido la osadía de cruzar el Charco en una cáscara de nuez. Quién le hubiese puesto la cara y las pestañas a una fiera como Paul Fuyi, salvo un loco como Nicolino Loche.


 
(Salgamos a volar querida mía...)
 
(...y vamos a volar por las cornisas, con una golondrina en el motor)


 
Es más, por la falta de locos hay dos cosas que están funcionando mal: las democracias y los wines derechos, que muchos habilidosos wines derechos han sido locos, hasta por su misma posición en el campo, de extremo; ¿y qué es un extremo sino un marginal?, un reo que sobrevive en el confín del desarrollo del juego gracias a su osadía de solitario, la rareza de su instinto. Corbatta, Housseman, Garrincha que tenía la columna hecha una “S”, cojo, poliomielítico, piernas torcidas, arrastraba a todos los defensores a una cita endemoniada donde como por arte de magia blanca en una piel negra, sólo con amagues, le desabrochaba los cordones de los botines al que le tocaba el papel de otario frente al malandrín, que era él... Todos locos y encima curdas y cirróticos. Discépolo jamás hubiera escrito Cambalache, lo hubieran tratado como un maníaco-depresivo. Y el loco Willington en manos de ellos hubiese terminado empleado de ferrocarril. Ellos, contrariando las reglas de la cordura, le dieron al mundo su libre albedrío. La locura es el origen de las hazañas de todos los héroes. ¿Y acaso no es genial mi amigo mío, Avelino Guiraldes, con su doble personalidad? Por la mañana, señorito pundonoroso, caballero intachable, y por la noche, se transforma en Avelvino: ¡zafio, impresentable, indecoroso, ineducado e “in-out” y todos los “in” que quieras! Cada vez está peor. Él, tan popular en el casco céntrico de Córdoba, comenzó a ser mal mirado por la mucha gente que le conocía: ¡podía haber puesto una óptica en vez del restaurante La posta de Avelino. Rescatando a Eugenio, un día le comentó a su novia psicóloga, su crisis de identidad, y ésta le preguntó qué le pasaba; "Es que me parece nena que tengo doble personalidad". Ella le contestó: "¡Ah!, pues pasa y hablemos los cuatro". Y el ex-vicepresidente español Alfonso Guerra, estrambótico loco de satírica verborragia, ¡las elecciones que le hizo ganar al PSOE! En Argentina, el “Martín Fierro” del 96 a la mejor audición de radio se lo concedieron a la emisora conocida como L.T.22 Radio “La Colifata”, único espacio de radio del mundo que se transmite desde un manicomio, totalmente realizado por los internos “colifatos” (imposible mayor coherencia). Simbólicamente, el galardón es un poco de todos también, porque el mundo está loco, pero desgraciadamente, a día de hoy, se han sumado los locos peligrosos, los políticos, los banqueros, etc. Por eso creo que los locos peligrosos, los perversos, están en otras esferas; son los que mandan en el mundo. Tal vez nadie les conoce. Ellos sí causan los transtornos verdaderos, los traumas de la guerra y el hambre.


 Menos mal que, gracias a que no fueron "cazados" por los psicoanalistas, el mundo sigue lleno de locos geniales: creadores, improvisadores, chiflados, locos tiernos, locos buenos, locos sinceros; "Loco, pero tuyo, que sé yo", como dice Goyeneche. Locos que dieron al mundo luz y color. Si hubiesen caído en sus manos, quizá se habrían convertido en vulgares y opacas personas.


 
Si tenéis amigas o familiares femeninas, aconséjarles que no vayan más por las tardes a acostarse en el diván de los "asesinos y manipuladores de los locos geniales". Decirles que casi todos los matrimonios son sosos, que le espere contenta esta noche, que sea feliz con su problema de sartén y la olla (que los tiempos no están para tonterías); que en el baño esperan los pañales de su bebé y que no debe haber perfume más hermoso que el de los pañales de su bebé. Que recuerde que ellos, los psicólogos, pueden pegar un tiro a los pajaritos que todos tenemos en la cabeza... y que con el dolor, la tristeza y las frustraciones de los introvertidos y solitarios se crecen los poetas. Que le espere contenta y que recuerde que su marido le dijo una vez allá en el pueblo hace muchos años algo que el psicoanalista no le dijo nunca, ni le dirá: que tenía olor a pasto fresco en el pelo.


 
Y si se trata de un amigo con "problemas psíquicos" se le lleva a la mesa de un bar, pues no se ha descubierto mejor suero de la verdad que una botella de tinto. Compartiendo una, se pueden descubrir los más intrincados y complejos problemas y darles solución. Es cuestión de saber escuchar y comprender. Y, sobre todo de amar e intentar agregarle vida a los años y no años a la vida. Y no esperar mucho de ella, nunca "encantarse" para no sufrir después "desencantos". 


 
No sé quien afirmó que la felicidad es el sueño de los idiotas o sólo buscar la tranquilidad... Y si no se tiene ninguna de las dos, reemplazarla con dinero, pues éste en "ciertos individuos" no sólo les hace la felicidad sino la calidad de la misma. ¡Y de última que se inventen un arroz con bogavante o una milanesa con puré de papas, como nosotros! Para terminar: nadie mejor que uno mismo sabe dónde está la causa de sus males; nadie te puede explicar lo que pasa por nuestra cabecita. En lo personal, desde hace 76 años visito al psicoanalista: yo mismo. Y sé a ciencia cierta que tuve dos etapas: primero, toro de lidia; luego, semental (más mental que semen), intentando no demostrar ser un sentimental. Con cualquier mina, en el acto y en el “acto”, me surgen 76 motivos para amar, uno por cada año de mi edad.


 
Pero más repudiables aún son los psiquiatras. Pueden ser corresponsables de homicidio por impericia crítica o imprudencia en el diagnóstico del estado mental de un preso; aconsejando su libertad pues consideraron que está "recuperado" o en condiciones de reinserción en la sociedad. Fueron muchísimas las reincidencias: secuestro, violación, muerte con premeditación y alevosía, con lo cual queda probada su inutilidad como terapeutas de la mente. Así, el juez ordena la libertad, pero ellos previamente la certifican "científicamente", de manera que los jueces no son “dueños” de sus juicios y los criminales no responden de sus actos (son “enajenados” por culpa de los psiquiatras) y no veo porqué casi siempre un asesino tiene que estar LOCO, esquizofrénico o paranoico, esquizoide o paranoide (derivaciones descafeinadas de las dos primeras), fronteras imprecisas de aproximación o grados de patologías mentales imposibles de determinar con rigor absoluto o certeza plena, es ASESINO y punto. El psicópata es el único que sabe a la perfección cómo, cuándo y dónde va a matar; seduce y engaña al psiquiatra con la “sustancia psíquica” sólo inherente a ellos. Hay una cosa segura, el temor del ciudadano de a pie. Según el escritor Norman Mailer, en la psicología existen dos temas que los psicoanalistas y los psiquiatras nunca saben interpretar bien, uno es la psicopatía del criminal irresponsable, y el otro el narcisismo, aclarando que casi todos somos narcisistas. 


El humorista Gila cuenta de una anciana, a quien enviaron al psicoanalista, harta ya de las sesiones le dijo un día: "Así que en cuanto se le cure la gripe al párroco de mi pueblo, no vuelvo más por aquí". Yo nunca creí que el mundo de la iglesia fuese tan malo, no todos son pedófilos, ni pederastas, ni degenerados... Así pues, muchas veces ha sido de mejor ayuda un pastor de barrio o parroco, que un político mentiroso que besa a los niños para ganar votos antes de las elecciones.


Un consejo os doy: 


- No os preocupéis de vuestras locuras y disfrutad más de lo que es la vida, a la sombra de un árbol o tostándote en el Caribe.

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