El mediador chino pide en su visita a Kiev que Ucrania y Rusia creen “las condiciones” para negociar la paz
INTERNACIONALES Guillermo ABRILLa información sobre la delicada ofensiva diplomática de China para mediar en la guerra de Ucrania va saliendo con cuentagotas. Li Hui, el representante especial designado por Pekín para tratar de forjar un alto el fuego y sentar en la mesa de negociación a Kiev y Moscú, ha visitado el país invadido por Rusia el martes y el miércoles. En la capital, mientras el bando ruso martilleaba con misiles, se ha encontrado con el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, con el director de la oficina presidencial, Andrii Yermak, con el ministro de Exteriores, Dmitro Kuleba, y con otros altos cargos. Y desde allí ha reclamado a las partes que creen “las condiciones” para “entablar unas negociaciones de paz”, según un comunicado emitido este jueves por el ministerio de Exteriores de China. La visita se produce en un momento crítico en el que se espera que Ucrania comience una contraofensiva.
“Ambas partes intercambiaron puntos de vista sobre cuestiones como la resolución política de la crisis ucrania y las relaciones entre China y Ucrania”, afirma la nota de forma escueta. Li, curtido diplomático con décadas de experiencia y exembajador chino en Rusia, es el primer alto cargo chino en aterrizar en Ucrania desde que el Kremlin ordenó a sus tropas invadir el país vecino hace casi 15 meses. Su viaje llega después de que China haya reforzado su imagen como posible forjador de un alto el fuego: la misión fue acordada en abril, durante la muy aguardada llamada telefónica del presidente chino, Xi Jinping, a Zelenski (por invitación de este, como le gusta recordar a Pekín), y después de que el gigante asiático presentara en febrero un plan de 12 puntos para aportar una “solución política” a la “crisis” de Ucrania.
El plan fue recibido con escepticismo por Bruselas, Washington y la OTAN, al no distinguir con claridad entre agresor y agredido. Las capitales de Occidente recelan de la calculada equidistancia escorada hacia Rusia que ha mantenido desde el principio China, que nunca ha condenado la invasión. Con los últimos movimientos, Pekín parece haber logrado abrir un hueco para que empiece a funcionar la maquinaria de la diplomacia.
“Las dos partes coincidieron en que la llamada telefónica entre el presidente Xi Jinping y el presidente Zelenski no hace mucho tiempo indicó la dirección para el desarrollo de las relaciones entre China y Ucrania”, expone el texto publicado este jueves por la cancillería de la potencia asiática. El comunicado añade que no hay una “panacea” para resolver el conflicto y que “todas las partes” han de empezar por sí mismas, reforzar la confianza mutua “y crear las condiciones” para “entablar conversaciones de paz”. El comunicado reitera la intención de China de promover entre la comunidad internacional la búsqueda de un “alto el fuego”.
Kíev, según la nota publicada por China, “expresó su satisfacción” por la visita de Li. “Ucrania concede gran valor al importante papel de China en los asuntos internacionales como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU”, señala. “Damos la bienvenida a China para que desempeñe un papel activo en el fin de la guerra y el restablecimiento de la paz”, abunda, siempre según Pekín. El ministerio de Exteriores ucranio indicó en un comunicado que Kuleba subrayó a Li durante el encuentro que Ucrania no aceptará un plan de paz que suponga una pérdida de su territorio o la congelación del conflicto.
Ucrania ha sido la primera parada del carrusel europeo del diplomático chino, que tiene previsto recalar también, por este orden, en Polonia, Francia y Alemania, para concluir finalmente en Rusia, donde podrá trasladar al presidente ruso, Vladímir Putin, las opiniones recabadas en las capitales de la UE.
La ofensiva diplomática coincide además con una cumbre de altos vuelos entre China y cinco países de Asia Central, todas antiguas repúblicas de la URSS —el otro patio trasero de Rusia— que arranca este jueves en la ciudad de Xian, antigua capital del imperio chino y origen ancestral de la ruta de la seda. La cita cuenta con la presencia del líder chino, Xi Jinping, y de los presidentes de Kazajistán, Uzbekistán, Tayikistán, Kirguistán y Turkmenistán.
La reunión casi puede ser leída como una contracumbre al G7 que se inicia el viernes en Japón, y busca impulsar las relaciones entre Pekín y sus vecinos más cercanos, miembros clave de la Nueva Ruta de la Seda, la iniciativa lanzada por China hace casi una década para ampliar sus lazos comerciales mediante la creación de infraestructuras. El encuentro también tendrá entre sus asuntos a tratar la situación de seguridad internacional, afectada por la marcha de las tropas estadounidenses de Afganistán en 2021 y por la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022.
Fuente: El País