Tratando de encontrar tal vez, lo que ni siquiera  hemos perdido

Por Mariano Di Bártolo

Las frases, las cosas  y la gente.

Tratando de encontrar tal vez, lo que ni siquiera  hemos perdido.

Hay  construcciones de palabras que están arraigadas a nuestra memoria del corazón. Si bien muchas pueden tener que ver con productos comerciales o del trato cotidiano,  marcan o marcaron una época de manera contundente. 

El desafío a partir de este momento, es recorrer algunas y saber cómo, porqué nacieron y  quienes fueron sus autores o al menos quienes  se la adjudican sin forma de revertir esa afirmación.

Empecemos. Plena temporada de verano. Dos que forman parte de la nomenclatura estival. Cerveza Y Festival.

Se desprende del espinel recorrido que los creativos de una  importante agencia de publicidad de Buenos Aires, recibieron la noticia que deberían preparar y atender en sus oficinas a los directivos de un reconocida cervecería que lleva el nombre de un localidad bonaerense ubicada sobre la costa del Río de la Plata a 19 kilómetros de la Capital Federal. Ergo, la ciudad de  Quilmes.

La posibilidad de empezar con la administración de esa “cuenta” publicitaria era  muy importante. Pero las propuestas debían ser innovadoras y los ejecutivos tenían que salir con una sonrisa, tan grande o más que la de  los creativos  sí eran contratados.

La agencia; Solanas / Ayer. La “lluvia” de ideas se expandía de manera furibunda. Quien lideraba ese equipo de trabajo era nada más y nada menos que el periodista, humorista y actor Jorge Ginzburg. El mismo de “La Noticia Rebelde”  que intregraba una mesa exquisita junto a Adolfo Castelo, Carlos Abrebaya, Nicolás Repeto y Raúl Becerra donde se despuntaba lo que sería un humor transgresor en los umbrales de la democracias que recuperamos en 1983. Por supuesto entre otros éxitos televisivos y radiales.

Contaba el propio Guinzburg que tenían ciento de textos, filminas y frases de remate para tratar de  posicionar a la cerveza en general y a esa marca en particular. Había decaído la venta del producto a base de lúpulo y el desafío era enorme. En un alto, el hombre que venía a las sierras de  Córdoba en su niñez para respirar aire puro por sus problemas pulmonares, salió a dar una vuelta para poner orden en su cabeza en los momentos  previos a la reunión.

Caminó unas cuadras y se encontró en la puerta de un bar a un “grupito” de chicas tomando una “rubia” al compás de tremendas risas que demostraban fraternidad, felicidad en una reunión tal vez hasta  improvisada. Y fotografió esa imagen con sus ojos. Y anotó esa sensación entre las propuestas. Que mejor que una cerveza para unir. Que mejor que una cerveza para distender, que mejor que una cerveza para ser: “ El Sabor del Encuentro…”  Su solvencia y la de sus compañeros no demoraron en reflejar con claridad el concepto que pretendía el producto con espuma blanca y desde 1984 la empresa en cuestión aceptó la frase y su desarrollo que se convirtió luego en un spot publicitario. Tal vez hoy con algunos matices pero que no difieren en sustancia.

Hasta aquí, la bebida. Como vamos a hablar de un festival;… se va la segunda…

Julio Ernesto Maharbis, más conocido como Julio Marbis fue la “voz insignia” del Festival Nacional de Folclore de Cosquín durante 45 años. Con claros y oscuros el cordobés nacido en la ciudad de Nohetinger, mantuvo su arenga del “Aquí Cosquín” como un sello distintivo propio. Pero fue él quien creo esa frase que moviliza desde hace más de seis décadas los eneros en el Valle de Punilla? 

La respuesta es no. Fue tal el ensimismamiento de Maharbiz con el Festival que se asimiló que  la frase le pertenecía y muchos pensaban que había sido creada por él. Discutido y adorado por igual el locutor de radio y TV, productor discográfico y responsable de “Argentinísima” para la televisión y el cine y funcionario nacional en la década del noventa, recalcaba que en su niñez soñaba con ser relator de futbol, amaba a la radio y que cada noche que salía a abrir el festival llevaba a cabo la modulación y colocación de la voz como lo hubiera hecho uno de sus ídolos;  el legendario “ Fioravanti” cuyo nombre real era Joaquín Carballo Serantes notable relator de fútbol en los 50 y 60.

El “Aquí Cosquín”,  le pertenece a un reconocido periodista que también en sus inicios fue creativo de una agencia de publicidad  de la “capi” que se atrevió a sugerir a la comisión organizadora en 1961 que debía existir un llamado al  público y a los  artistas. De métrica corta y contundente. El nombre del creador es Roberto Maidana. Figura del periodismo nacional, sumamente entrenado en el oficio  (hablaba varios idiomas), efectuó notables entrevistas a pontífices, presidentes de la Nación de nuestro país y el mundo como  y de más  figuras. Agregando que compartió pantalla televisiva  con la propia  Mónica  Cahen D´Anvers y  Cesar Mascetti, por citar parte de su prolífica carrera.

Los registros muestran que el locutor Ricardo Smider fue el primero en engolar la frase en el precario escenario. Pero claro, tanto años puesto en la garganta de Maharbis o Marbis, quedó en la memora colectiva que había sido de su autoría.

Otro tema…

Para la enorme cantidad de jóvenes camadas que siguen este medio, le regalaremos con toda sobriedad (al menos lo intentaremos) el significado de “Rotativa”. En  Buen romance, se trataba / se trata de la máquina que se ponía / pone en marcha a la hora de imprimir un diario en  papel. Un verdadera ingeniería mecánica colmada de tinta, rodillos,  y letras pre establecidas para que con sus textos formar / formaban cada una de notas del diario.

“Paren Las Rotativas!!! ” Indicaba que había que detener la máquina porque debería ser cambiada alguna noticia. Hecho grave si los hay / había. El periodista Carlos Ulanovsky,  escribió un libro con ese título y explica que la afirmación forma parte nada más y nada menos de las particularidades de nuestro país. Cosas que no debería modificarse y debían hacerse. La marcha y la contra marcha. Hoy la frase “Paren Las Rotativas” podría utilizarse corrigiendo los  detalles  de contenido sin detener nada y estando siempre “On Line”.

Tanto encerró la credibilidad de los diarios en papel, las rotativas y el trajín que significaba salir a la calle e informar, que un día un señor llamado Casimiro Morras, decidió en el año 1959 en Radio Rivadavia de Buenos Aires  poner a sus espacios informativos “El Rotativo del Aire” con la consigna de estar informando las 24 horas del día, cuestión que hasta hoy ocurre. 

 

Con el sabor de la actualidad, tratando de compartir estos pequeños hitos de la comunicación es que en la era de la virtualidad llegamos a intentar generar algo valiosísimo que es el interés por las cosas, poniendo en duda que “todo tiempo pasado fue mejor” y afirmando categóricamente que  en realidad  “lo mejor está por venir”.