Decidan entre ustedes, pero decídanse

La precandidata a presidenta por el PRO, Patricia Bullrich, se comportó como una madre que jamás dirá en público a cuál  de sus hijos prefiere, aunque en varias oportunidades confesó su fascinación por el nivel de conocimiento público del senador Luis Juez y, como producto de ese asombro,  llegó a imaginarlo en una fórmula de primera línea. 

El equilibrio mostrado iguala a los precandidatos a gobernador, deseosos de patrocinadores con voz y voto en la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio. La jefa del PRO, en su visita a Córdoba, negó diferencias en su escala de afinidades entre el aspirante por el Frente Cívico y el radical, Rodrigo de Loredo.  

En una de las primeras entrevistas que fue consultada sobre esta interna y su postura al respecto, Bullrich respondió en clave paternalista al exigirles orden. «No tengo preferencia. Quiero que se ordenen y los dos estén. Tenemos que ganar Córdoba y para ganar necesitamos a todos», señaló en una entrevista concedida a Noticiero Doce. 

 
Quizás el signo evidente, aunque sutil, de su malestar por las conversaciones interminables en la alianza local vino en forma de “ninguneo” a la importancia que los precandidatos se auto-asignan. Es común escucharlos exigir a los referentes nacionales que digan si quieren ganar Córdoba, o bien, perpetuar el pacto entre el macrismo y el peronismo cordobés. Bullrich envió el correctivo en una muestra de gran autoconfianza: «Yo no creo que Juez esté jugado por (Horacio Rodríguez) Larreta, está jugado por Córdoba. De Loredo también. Primero ganemos Córdoba. Yo creo que voy a tener un gran apoyo de los cordobeses y si los dirigentes quieren acompañarnos, bienvenidos».

Como se observa, también disparó sobre la seguridad del larretismo en su estructura de fidelidades en la provincia. Juez, en público y en privado, apuesta a Larreta, pero entendió que en esta etapa es mejor apelar a la reserva de las opiniones y sonreírles a todos. 

El expresidente Mauricio Macri posó su atención sobre Bullrich, pero también sobre De Loredo. No se necesitan muchos argumentos más para entender que, más allá de la compulsa nacional, Bullrich es la única dirigente que puede influenciar en una relación  devastada. El cofundador de Cambiemos dio suficientes señales para admitir que prefiere que el delfín de Juan Schiaretti, el peronista Martín Llaryora, gobierne la provincia si es Juez el rostro de la marca en la boleta del cuarto oscuro.

Bullrich, como todos los integrantes de la Mesa Nacional, exigen reglas de juego claras en las provincias sin PASO. Los aliados locales hace meses que se encuentran embarcados en la negociación de un reglamento que no se firma, supuestamente, porque Schiaretti no develó el cronograma electoral. Lo cierto es que hay una discusión política que deberá zanjarse más temprano que tarde y que ubica a De Loredo del extremo de la interna; y a Juez, del lado de las encuestas. Pese a las tensiones evidentes, ayer los precandidatos volvieron a la actividad proselitista, como flamantes escoltas de la precandidata que, como autoridad partidaria y encolumnada con Macri, no puede hacer la vista gorda en las discusiones internas de los distritos más importantes del país, pese a su reciente intento de no dejarse atrapar.

No es casual que De Loredo insistiera con su prédica internista, en compañía de “La Piba”: “Juntos por el Cambio crece con la competencia sana y la integración de sus matices internos. Cuando así lo hizo, mejor nos fue. Por ello, pregonamos como un salto de calidad nuestra coalición”. 

La gira 

Bullrich llegó ayer a Córdoba acompañada de los diputados Virginia Cornejo y Sebastián García De Luca; además del secretario de la presidencia del Pro, Damián Arabia; y el referente Maximiliano Guerra. Pasado el mediodía recorrió parte de la ciudad; mantuvo un encuentro con emprendedores y jóvenes empresarios; y, además, como adelantó este medio, se reunió con la libertaria y referente en economía, Diana Mondino.

Consultada sobre los dichos de Aníbal Fernández respecto a la detención de Jones Huala, la exministra de Seguridad contestó: “Aníbal Fernández no hizo nada, fue la policía de Río Negro y la gobernadora quienes lograron la detención. Quiere colgarse una cucarda que no le corresponde. Es más, el juicio y la extradición la trabajamos nosotros en el 2018. Esto es más de lo mismo, puro relato porque lo que ocurre es absolutamente lo contrario: ellos son cómplices de los grupos de extrema violencia”.

Sobre su experiencia frente al ministerio recordó: “Me hice cargo de los piquetes en autopistas y nunca más la cortaron; tampoco la panamericana, ni ningún otro punto neurálgico del país. Ahora voy a tener la gran oportunidad de tener una política estricta y sin medias tintas respecto a los cortes que representan un dolor y un inmenso daño a todos los argentinos”.

Bullrich, que recorrió Alta Gracia y Carlos Paz junto a los diputados nacionales De Loredo, Leonor Villada, Mario Negri, Marcos Carasso y Laura Rodríguez Machado; los senadores Juez y Carmen Álvarez Rivero; e intendentes como Luis Picat de Jesús María, también adelantó -de cara a la campaña presidencial- “no podemos usar cargos ni los impuestos de los vecinos para hacer política porque si lo hacemos somos igual a lo que criticamos. Debemos tener austeridad por eso empezamos con micro donaciones para que todos aquellos que quieran y puedan nos acompañen con lo que tengas. Hay que ser transparentes: el estado debe estar al servicio de la gente”.

Con información de Diario Alfil, sobre una nota de  Yanina PASSERO