A 15 km de la Ciudad: el rincón mendocino con una histórica plaza, cafés y viñedos

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A solo 15 kilómetros de la Ciudad de Mendoza, Chacras de Coria —un pequeño pueblo del departamento de Luján de Cuyo— conserva el encanto de lo simple. Con sus calles arboladas, sus cafés con mesas en la vereda y la Cordillera de los Andes como telón de fondo, este rincón mendocino logra un equilibrio perfecto entre tradición y modernidad.


Su historia se remonta a fines del siglo XIX, cuando las primeras familias vitivinícolas se establecieron en la zona atraídas por el clima y la fertilidad del suelo. Con el paso del tiempo, el turismo transformó su ritmo, pero no su esencia: las calles de tierra, las viejas casonas y las costumbres locales siguen conviviendo con restaurantes gourmet, bodegas boutique y alojamientos con encanto que hoy atraen a visitantes de todo el país y del mundo.

El corazón de Chacras late en la Plaza General Gerónimo Espejo, donde se concentran los paseos, las ferias y la vida social. Los domingos, el lugar se convierte en un mercado artesanal que mezcla colores y aromas: antigüedades, productos regionales y piezas únicas hechas a mano.

Frente a la plaza se alza la Parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, una iglesia de estilo colonial inaugurada en 1935, cuya silueta blanca continúa marcando el pulso espiritual y cultural del pueblo.

Entre las calles sombreadas de álamos se esconden bodegas históricas como Clos de Chacras y Altavista, que abren sus puertas para recorridos y degustaciones entre viñedos centenarios. En estas antiguas fincas, la tradición vitivinícola se fusiona con la gastronomía local, en un entorno donde cada copa se disfruta mirando la inmensidad de la cordillera.

El casco histórico, que rodea la plaza principal, mantiene su identidad intacta: casonas restauradas, galerías, patios internos y pequeños hoteles con encanto que respetan la arquitectura original. En este entorno, los cafés, bares y restaurantes se multiplican, convirtiendo cada esquina en una invitación a quedarse un rato más.

Otro punto imperdible es la antigua Estación Paso de los Andes, un edificio ferroviario restaurado que hoy funciona como espacio cultural. Allí se realizan exposiciones, ferias y encuentros artísticos que rescatan la memoria ferroviaria de la región y conectan pasado y presente.

Para quienes buscan una experiencia más activa, las ciclovías que rodean Chacras son el plan ideal. El recorrido entre álamos, viñedos y fincas permite descubrir el pueblo a otro ritmo, enlazando el casco histórico con la vecina localidad de Vistalba. Pedalear entre los paisajes mendocinos, con aroma a uvas y aire de montaña, es una de las formas más auténticas de vivirlo.

CON INFORMACION DE TODONOTICIAS.

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