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A lo largo de los años, Argentina ha demostrado que no es necesario viajar al extranjero para disfrutar de paisajes impresionantes y experiencias de bienestar. Desde Mendoza hasta Buenos Aires, el turismo termal ha ganado popularidad como una opción de relax en entornos naturales. Las termas brindan un respiro necesario ante la intensidad de la vida cotidiana, con aguas cálidas ricas en minerales, enmarcadas por montañas, lagos y quebradas.
Termas de Río Hondo: el corazón del turismo termal argentino
Ubicadas en Santiago del Estero, las Termas de Río Hondo son las más reconocidas del país. Su fama radica en su acceso a napas subterráneas ricas en minerales y sales. Los visitantes pueden disfrutar de aguas que superan los 70°C directamente desde los grifos de hoteles y casas particulares. Este fenómeno se origina en lluvias sobre el Nevado del Aconquija, que, al filtrarse, se enriquecen con minerales antes de emerger. Para prevenir inconvenientes, se recomienda disfrutar de baños breves de hasta 10 minutos.
Conocida como la "Ciudad del Spa", Río Hondo ofrece tratamientos y masajes durante todo el año, gracias a su clima subtropical.
Termas de Cacheuta: un rincón termal en Mendoza
A solo 38 kilómetros de la capital mendocina, las Termas de Cacheuta son un destino imperdible para quienes buscan combinar aventura y bienestar. Las piscinas de piedra volcánica, con temperaturas de entre 32°C y 42°C, se nutren del deshielo de la cordillera. El Parque de Agua Termas Cacheuta proporciona una experiencia completa, con spa, masajes y áreas recreativas, todo al aire libre, permitiendo una conexión directa con la naturaleza.
Termas de Fiambalá: un oasis en Catamarca
En el norte argentino, a 1.920 metros de altura, las Termas de Fiambalá ofrecen catorce piletas naturales, con temperaturas que oscilan entre 28°C y 51°C. Esta quebrada, rodeada de montañas áridas y un cielo despejado, es ideal para tratamientos terapéuticos y evocar la calma. El complejo incluye opciones de alojamiento y gastronomía, así como recorridos por la famosa Ruta de los Seismiles.
Termas de Carhué: el poder del Lago Epecuén
Situadas a 520 kilómetros de Buenos Aires, las Termas de Carhué se han popularizado tras la inundación de Villa Epecuén en los años 80. El lago Epecuén, con una salinidad cuatro veces mayor que la del mar, ofrece una experiencia de flotación única. Sus aguas, muy mineralizadas, se emplean en tratamientos de belleza y piscinas termales. Los complejos de Carhué combinan tecnología con naturaleza para ofrecer un bienestar integral.
Termas de Federación: un ícono en Entre Ríos
En Entre Ríos, las Termas de Federación emergen de más de 1.200 metros del Acuífero Guaraní. El Parque Termal, cercano al centro comercial y el Lago Salto Grande, ofrece diversas opciones de esparcimiento, incluyendo piletas cubiertas y áreas recreativas. A 42,5°C, el agua del parque fluye en abundancia, atrayendo a miles de visitantes cada año.
Conclusión
Desde Mendoza hasta Buenos Aires, pasando por Catamarca, Santiago del Estero y Entre Ríos, el turismo termal en Argentina continúa en expansión. Cada provincia ofrece una experiencia única centrada en el bienestar, la relajación y la conexión con la naturaleza.






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