
La ruta patagónica corta que todo aventurero debería recorrer alguna vez en su vida
TURISMO


Lejos del bullicio de los grandes pasos cordilleranos, la provincia de Chubut guarda un trayecto que parece salido de un cuento. Se trata de la Ruta Nacional 259, una carretera corta pero inolvidable que parte desde Trevelin y llega hasta la frontera con Chile en solo 39 kilómetros.
El camino serpentea entre la estepa y el bosque andino. En apenas una hora permite conocer dos áreas naturales protegidas, un molino harinero, los viñedos Nant y Fall y hasta un campo de tulipanes que completa la postal patagónica.
Cómo es el camino que une a Chile con Chubut
Conocida también como Ruta Galesa, la 259 mantiene vivo el espíritu de los colonos que llegaron al sur a fines del siglo XIX. El camino recorre arroyos, valles floridos y pequeños poblados donde todavía se respira la tradición galesa en sus casas de té, su arquitectura y su forma tranquila de vivir.
A mitad del recorrido aparece uno de los puntos imperdibles: el Área Natural Protegida Nant y Fall, donde un arroyo cristalino forma siete cascadas. Tres de ellas —Larga, Mellizas y La Petiza— pueden visitarse a través de senderos señalizados y miradores que ofrecen vistas espectaculares durante todo el año.
A pocos kilómetros, los Viñedos de Nant y Fall se convirtieron en símbolo de la nueva vitivinicultura patagónica. Allí, la familia Rodríguez recibe a los visitantes con degustaciones y recorridos entre las hileras de uvas, enmarcadas por las montañas del valle.
Otro punto destacado es el Molino Harinero Nant Fach, ubicado en el kilómetro 56. Fundado por descendientes de colonos galeses, conserva la estructura original de madera y piedra, y hoy funciona como museo en el que se muestra cómo se molía el trigo hace más de un siglo.
Casi sobre el final de la ruta, el paraje Los Cipreses sorprende con su campo de flores. Al llegar la primavera, durante los meses de octubre y noviembre, dos millones de bulbos florecen en el Campo de Tulipanes de la familia Ledesma. Esto crea un tapiz de hileras blancas, rojas, amarillas y violetas para culminar el paseo con una postal de película.
Desde allí, la ruta continúa hacia el Paso Internacional Futaleufú, la puerta natural a la Región de Los Lagos, en Chile.
Una ruta corta, pero llena de postales
El recorrido puede iniciarse desde el centro de Esquel, por la avenida Ameghino, que se convierte en la Ruta 259 al salir de la ciudad. El primer tramo está asfaltado y atraviesa paisajes de estepa hasta llegar a Trevelin, conocido por su herencia galesa y sus campos de tulipanes.
A medida que se avanza hacia el límite internacional, el camino se vuelve más angosto y las curvas se multiplican. Pero también se multiplican las postales: miradores, ríos de deshielo y pequeños poblados que parecen detenidos en el tiempo.
CON INFORMACION DE TODONOTICIAS.








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