




Finalmente, y al parecer sin el disruptivo desenlace de las Legislativas 2017, cuando el por entonces exgobernador José Manuel de la Sota renunció por carta a ser candidato a diputado nacional del armado cordobesista y el mandatario de aquel momento, Juan Schiaretti, debió apelar a la ‘cláusula Llaryora’, el impulsor de Hacemos será el dueño del primer escalón de la boleta en octubre. En algunos despachos del Panal lo dan prácticamente como un hecho, en otros campamentos aún se mantiene el hermetismo y la duda, pero todo parece indicar que el exgobernador Schiaretti será de la partida y se resuelve así el primer problema de Llaryora.
Ahora resta el segundo: ganar.
Los que conocen el minuto a minuto del llaryorismo puro se animaron a sostener en las últimas horas a Alfil que el socio fundador del cordobesismo aguarda las últimas encuestas en los próximos días que tendrán una valoración más cualitativa que cuantitativa. “Lo que viene es en términos cualitativos. Schiaretti sabe que mide, cuánto tiene de imagen positiva y cuánto se pondera aún su gestión, para adelante resta ver cómo se maneja la campaña y la manera en la que pueda impactar en la gestión de Martín (Llaryora)”, dijo un importante funcionario de la administración provincial a este diario.
Con cuidado, y a la espera que en la vereda de enfrente los libertarios definan la pelea ideológica entre lista pura o un esquema con aliados, el schiarettismo duro afina el lápiz para dar certezas a su líder. “No va a jugar si no está realmente seguro”, dijo otra fuente que conoce la cautela con la que toma sus decisiones el exgobernador. Hoy, muy enfocado con la manera en la que se dirime la disputa en la elección bonaerense y optimista por el trabajo de algunos barones del conurbano enrolados actualmente en Hacemos.
Lejos de la expectativa del llaryorismo, cerca de Schiaretti aguardan más detalles para que se tome la postura firme de asumir el compromiso porque, entienden, es “el que más arriesga” en este escenario. “Si gana, la victoria de Schiaretti en Córdoba es título nacional. Ahora, si se complica es más bravo…”, señaló con respecto a la cautela.
La expansión del modelo
No obstante, en el llaryorismo defienden argumentos con encuestas y con la situación –sostienen ‘inédita’- de proyectar el modelo de gestión Córdoba fuera de los límites provinciales. Siendo la primera vez en una elección legislativa en la que se busca romper con la lógica del alambrado del cordobesismo para imponer la proyección nacional de Hacemos.
“Con un tipo de la experiencia del ‘Gringo’, tres veces gobernador, que cuando la gente que ahora nos habla de superávit fiscal no estaba en la política, él ya gobernaba esta provincia bajo ese dogma y que ahora tiene un sello propio a nivel federal... son buenos ingredientes para entrar en la pelea” se envalentonó y repasó rápido ayer un llaryorista a este diario.
Es cierto, como también lo viene contando Alfil que en cada escala por fuera de la provincia de Córdoba, los anfitriones le piden a Schiaretti que juegue en su provincia. Y lo ensalzan con la posibilidad de un triunfo que lo coloque al frente del liderazgo de la cooperativa del centro. La orfandad del espacio, hoy con más consignas y caciques que con jefaturas plenas, la crisis del peronismo duro a partir de la situación de Cristina Kirchner, la intermitencia en las decisiones del expresidente Mauricio Macri y la ausencia de otro mandatario funciones que meta en el mix experiencia y gestión avivan la candidatura schiarettista.
“En imagen está diez puntos por encima, y en promedio, de cualquier otro dirigente en Córdoba”, dijo un consultor a este diario. Que, no obstante, reconoció el peso del sello de La Libertad Avanza, los insumos que puede aportar la presencia del presidente Javier Milei en la campaña cordobesa y el fenómeno en redes. “Hay una batalla en Tik-Tok e Instagram con influencers libertarios en redes que el peronismo cordobesista todavía no está dando”, dijo.
Las dudas hacia abajo
A diferencia de lo que ocurría hace unos meses, y frente a la incertidumbre de Schiaretti, así como antes era difícil que alguno asumiera el rol de ser candidato a diputado, con el exgobernador al tope de la boleta a muchos ahora les genera una sonrisa ser parte de la campaña. Y en la primera baraja, el nombre de la mujer empuja varias definiciones.
Dentro de un lote que está la vicegobernadora Myrian Prunotto, la diputada nacional Natalia de la Sota y la excanciller Diana Mondino, el primer análisis que hacen en el oficialismo tiene varias aristas. Cerca de la titular de la Unicameral sostienen que “no está en sus planes” y más allá de la irrupción de Schiaretti en el escenario consideran que la intención de Prunotto es permanecer en Córdoba.
De todas maneras, en el peronismo sigue tallando la posibilidad de una salida elegante para la vice con destino en el Congreso y reacomodar las fichas en la Unicameral.
Lo de la hija del exgobernador es más complejo. Como lo contó ayer este diario, en el Centro Cívico observan con quietud los movimientos de la parlamentaria, pero en el schiarettismo -¿o el viguismo?- asoma un nuevo veto, como el que ocurrió en 2023 cuando la bloquearon para ser la compañera de fórmula de Llaryora.
“El alineamiento con (Sergio) Massa y el kirchnerismo la hizo cruzar un límite que la dejó del lado de los dirigentes con peor imagen en Córdoba”, reconoció un schiarettista ayer. Algo que, cerca de la parlamentaria saben que llegará, como también ocurrirá con el adoctrinamiento a los intendentes. “Ella no va a ser candidata del kirchnerismo ni del massismo, lo será del peronismo”, mandan desde el búnker en zona sur.
El llaryorismo no piensa igual del rechazo a la diputada para el segundo escalón de la lista. Cerca del gobernador creen que les da un equilibrio por el antikirchnerismo de Schiaretti y el antimileísmo de De la Sota.
En tanto, lo de la exfuncionaria libertaria abre otras ventanas. Mondino no quiere forzar ningún enfrentamiento con las fuerzas del cielo y es muy cuidadosa en los gestos. Referente de un sector como el bancario, le resultaría difícil asumir una campaña que discuta la política económica de Milei y ‘Toto’ Caputo; por más que con Schiaretti sea un ‘1-2’ que gusta en el Círculo Rojo. “No creo que esté desesperada y pague un costo así para asumir una banca. No creo que le haga falta”, dijo una persona que pondera a la exministra de Relaciones Exteriores.
Por ahora, lo único que parece sólido en el llaryorismo es la expectativa por que Schiaretti se vuelva a probar la campera roja en campaña.
CON INFORMACION DE DIARIO ALFIL.





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