Tras una semana de tensión, el Garrahan anuncia suba salarial y promesas de mayor transparencia

• Aumento salarial: El personal médico del Hospital Garrahan pasará de cobrar $800.000 a $1.300.000 mensuales.
• Financiamiento: La suba se cubrirá con ahorros por reducción de “ñoquis” y desvíos presupuestarios.
• Motivación: Llega tras semanas de protestas por sueldos bajos y jornadas laborales de más de 60 horas.
• Objetivos: Retener médicos jóvenes, mejorar el clima interno y sostener la calidad de atención.
• Medida adicional: Se implementará control biométrico de asistencia para garantizar transparencia.
• Postura oficial: Niegan presiones sindicales y enmarcan la decisión en una planificación presupuestaria.
• Meta final: Recuperar estabilidad, reforzar el compromiso con la salud pública y profesionalizar el equipo.

En medio de una crisis creciente marcada por protestas, jornadas laborales extenuantes y sueldos que no alcanzaban a cubrir el costo de vida, el Hospital Garrahan dio un giro decisivo: el Gobierno nacional confirmó un aumento salarial que llevará los ingresos mensuales del personal médico de entre $800.000 a aproximadamente $1.300.000, equiparando los haberes con los de los hospitales dependientes de la Ciudad de Buenos Aires.

El anuncio fue oficializado por representantes del hospital pediátrico, quienes aseguraron que la suba será financiada con fondos propios, derivados del “ahorro generado por la reducción de personal fantasma y la eliminación de desvíos presupuestarios”. La medida llega tras semanas de movilizaciones impulsadas por residentes y profesionales, que denunciaban condiciones laborales precarias y extensas jornadas de trabajo que superaban las 60 horas semanales.

Con el incremento, el Garrahan busca detener la migración de jóvenes médicos hacia el sector privado, mejorar el clima interno y sostener la calidad de atención que lo convirtió en un emblema de la salud pública infantil. “Premiamos el esfuerzo y la responsabilidad. El que cumple, cobra más. El que no cumple, queda afuera”, afirmaron desde la dirección.

Además, el hospital implementará un sistema de control biométrico de asistencia, una medida que apunta a garantizar la transparencia en el uso de los recursos y combatir lo que calificaron como prácticas históricas de irregularidad laboral. “El Garrahan dejará de ser un refugio de ñoquis: quien no asiste a trabajar, no cobra”, señalaron en un comunicado con tono enfático. “La salud de los chicos debe estar por encima de cualquier interés político”.

Desde el entorno de la gestión actual celebraron el avance como un paso hacia un modelo más justo y eficiente. Aseguraron, además, que la decisión forma parte de una planificación presupuestaria ya contemplada y negaron que se trate de una respuesta a “presiones sindicales ni agendas partidarias”.

Con esta reestructuración, el Garrahan busca recuperar estabilidad institucional, reafirmar su compromiso con la salud pública y consolidar un equipo profesional comprometido con los pacientes más vulnerables del país. La comunidad médica, en tanto, espera que la mejora salarial venga acompañada de condiciones laborales sostenibles y un reconocimiento genuino a la tarea esencial que desarrollan día tras día.