Alto nivel de desconocimiento entre el electorado respecto a los principales actores de la política cordobesa

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  El escenario electoral en Córdoba se perfila, con nombres de contendientes políticos emergiendo.
  Una encuesta del Grupo Feedback revela un alto desconocimiento entre los votantes respecto a políticos cordobeses.
• Ministros e intendentes, figuras esperadas a ser reconocidas, muestran un alarmante nivel de desconocimiento.
• Manuel Calvo, ministro de Gobierno, tiene un 77,3% de desconocimiento, indicando deficiencias en comunicación con los ciudadanos.
• Miguel Siciliano presenta un 63,8% de desconocimiento a pesar de su experiencia en el gobierno local.
• Luis Juez tiene un reconocimiento del 90%, pero presenta una imagen negativa del 30,2%.
• Rodrigo de Loredo, con un 21% de desconocimiento, enfrenta críticas en su percepción pública.
• Ramón Mestre y otros del radicalismo enfrentan altos niveles de desconocimiento y una imagen negativa significativa.
• Natalia de la Sota, posible candidata del kirchnerismo, tiene un 43,4% de desconocimiento.
• Andrés Fassi, presidente de Talleres, refleja un 48% de desconocimiento, cuestionando su viabilidad política.
  La alta desconexión política exige que los líderes actúen para acercarse a los votantes y mejorar su imagen.

En las próximas semanas, el escenario electoral comenzará a tomar forma, y surgirán los nombres que contenderán por los espacios políticos más influyentes. Sin embargo, una reciente encuesta del Grupo Feedback arroja un dato alarmante que deberíamos considerar con preocupación: un alto nivel de desconocimiento entre el electorado respecto a los principales actores de la política cordobesa.
Analicemos este fenómeno. Los nombres que emergen en la lista son, en su mayoría, ministros e intendentes de municipios estratégicos dentro de la provincia, figuras que, teóricamente, deberían ser bien conocidas por el público. No obstante, los resultados del estudio son claros: la mayoría de estos políticos son, sorprendentemente, sombras en la conciencia de los votantes. Esto nos lleva a cuestionar la eficacia de su gestión y su conexión con la ciudadanía.
Tomemos el caso de Manuel Calvo, actual ministro de Gobierno y uno de los hombres más cercanos al gobernador Martín Llaryora. Un asombroso 77,3% de desconocimiento entre la población es, sin duda, un sintoma de que algo no está funcionando en su estrategia de comunicación y cercanía con los ciudadanos. Esto no es solo un dato estadístico; refleja una desconexión preocupante que podría tener serias repercusiones en las próximas elecciones.
Miguel Siciliano, otro representante del oficialismo, ilustra el mismo problema. A pesar de su experiencia previa como secretario de Gobierno y su trabajo en los barrios, el 63,8% de los cordobeses aún no lo reconoce. Este desinterés puede resultar devastador para un partido que necesita mostrar unidad y visibilidad.
Mirando hacia la oposición, el panorama presenta matices interesantes. Luis Juez, gracias a su presencia mediática, tiene un reconocimiento notable, con solo un 10% de desconocimiento. Sin embargo, su imagen negativa de 30,2% sugiere que la popularidad no siempre se traduce en apoyo efectivo. Por su parte, Rodrigo de Loredo refleja una situación igualmente complicada: solo el 21% de los encuestados no lo conoce, pero su porcentaje de imagen positiva es bajo, lo que deja entrever que la percepción general sobre su desempeño es crítica.
El radicalismo enfrenta un desafío evidente, en especial figuras como Ramón Mestre, cuya imagen negativa superó el 35%. Marcos Ferrer y Gabriel Bornoroni, por otro lado, se encuentran casi anónimos para el electorado, con tasas alarmantes de desconocimiento que alcanzan el 87%. Aquí hay un claro indicativo de la incapacidad de estas figuras para posicionarse en la mente del electorado y generar un vínculo sólido con él.
El kirchnerismo cordobés no se queda atrás en este contexto. Natalia de la Sota, posible candidata, presenta un 43,4% de desconocimiento, lo que muestra que, a pesar de sus esfuerzos, no logra instalarse en la discusión política.
Finalmente, un dato curioso surge con la figura de Andrés Fassi, presidente de Talleres. La relevancia de un dirigente del deporte en el ámbito político plantea interrogantes sobre cómo las nuevas figuras pueden atraer la atención del votante frente a dinastías políticas tradicionales. Sin embargo, el hecho de que más del 48% de los encuestados no lo reconozca como una opción viable indica que aún enfrenta el mismo dilema de visibilidad que sus contrapartes.
En conclusión, el preocupante nivel de desconocimiento hacia los líderes políticos en Córdoba plantea una clara llamada de atención. Si esta clase política desea ser escuchada en las próximas elecciones, debe actuar rápidamente para cerrar la brecha entre ellos y el electorado, establecer conexiones genuinas y, sobre todo, demostrar que la gestión pública puede tener un impacto directo y positivo en la vida de los ciudadanos.