Los libertarios descartaban que recibirían críticas de Martín Llaryora cuando el mandatario provincial inaugurara el ciclo legislativo 2025, pero no esperaban que sus dardos tuvieran por objetivo al asesor estrella de Javier Milei, Santiago Caputo.
Hasta donde dicen, nadie en Casa Rosada estaba demasiado atento al discurso del gobernador. Por esas horas, monopolizaba la atención del Gobierno Nacional y de sus escuadrones digitales la “Marcha Federal del Orgullo Antifascista y Antirracista”, que tuvo epicentro en Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y que fue replicada en más de 100 ciudades de Argentina, Brasil, Uruguay, Chile y Europa.
El despliegue del aparato comunicacional libertario en las redes sociales fue, a juicio de los propios, exitoso, consiguiendo instalar en el electorado una mirada reactiva a la movilización y sus postulados. Sin embargo, en el Centro Cívico no entienden lo mismo.
Los principales estrategas de Hacemos Unidos entienden que el poder de cancelación y control de la opinión pública que el oficialismo supo tener hacia el inicio del mandato ya no es el mismo. “Se ha ido desgranando”, insisten desde el Centro Cívico. Algo que explica que, después de casi un año sin roces mayores con la Casa Rosada, el gobernador vuelva a apuntar dardos contra el Gobierno Nacional. Destacando, eso sí, aspectos positivos, como el abordaje que Patricia Bullrich ha hecho de la Seguridad.
Al otro lado, los libertarios mantienen plena confianza en su capacidad de imponer agenda, y defienden la avanzada de Javier Milei lanzando una nueva fase de su proyecto político, la “Batalla Cultural”, cuyos preceptos exceden los estrictamente económico y abordan una ideología “anti-woke” que convence al núcleo duro, aunque está lejos de saberse qué inserción alcanza en el resto del electorado.
En la Casa Rosada descontaban que Llaryora respaldaría las manifestaciones en contra de las palabras vertidas por Milei en Davos, se esperaban un discurso de apoyo a las minorías y los colectivos de género que funcionaron como pivot de la movilización, pero no imaginaban que el gobernador cargará frontalmente contra el “asesor estrella” del presidente, único vértice del “triángulo de hierro” que no se apellida Milei.
Llaryora dijo, hacia el final de su discurso, que era primordial “cuidar la democracia”, “reaccionar frente al odio” y se refirió a “estos asesores que quieren fraccionar las sociedades”, justo antes de hablar de la responsabilidad histórica que representa ejercitar esta defensa.
Para los “Caputo Boy´s” se trató de una afrenta innecesaria. Y desde el mismísimo asesor habría bajado la orden, a sus tuiteros en jefe, de poner fin a la “tregua digital” con el gobernador. De aquí en adelante, Llaryora volverá a estar en el radar de los tuiteros libertarios que, aparentemente, ya no generan tantos recaudos en el oficialismo provincial.
De ser reales los cálculos del Centro Cívico, la pérdida de tracción del sistema comunicacional libertario llega en un muy mal momento para la Libertad Avanza. Justo cuando Milei ha decidido dar el disparo de largada de la Batalla Cultural, haciéndola parte central del debate que acompañará la campaña electoral, y cuando más necesario será, para el oficialismo nacional, potenciar la visibilidad de sus propuestas y sus candidatos, con las elecciones de medio término a la vuelta de la esquina.
CON INFORMACION DE DIARIO ALFIL, SOBRE UNA NOTA DE FELIPE OSMAN.