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Los radicales tienen "inflación" de posibles candidatos

POLÍTICAAgencia de Noticias del InteriorAgencia de Noticias del Interior
hoy
Marcos Ferrer y Ramón Mestre se reencontraron, después de algunos chispazos, en la asunción de la autoridades de la UCR de la ciudad de Córdoba.

En poco más de una semana, al menos siete dirigentes de la UCR Córdoba se apuraron a ventilar sus aspiraciones electorales para 2027, año en que se renovarán las autoridades en el gobierno de la provincia y en la intendencia de la capital.

No se trata de nombres desconocidos; todos son hombres, referentes de distintos espacios del radicalismo cordobés. El simple repaso atiza dudas, también, sobre la persistencia de tironeos al interior del partido, pese a la reciente consagración de Marcos Ferrer como presidente del Comité Provincia.

Cuatro de ellos blanquearon preferencias por la Ciudad de Córdoba, dos ratificaron sus deseos de recuperar la gobernación, un séptimo orejea posibilidades de saltar a grandes ligas. Pero, más allá de los deseos personales, una misma sensación vincula los análisis sobre la real intención de cada uno. Es la cercana elección parlamentaria del 2025, no la lejana meta de 2027, la que apura los movimientos. En el partido de las internas permanentes, todos quieren tener un rol en el loteo que se viene.
Un horizonte para la UCR
En sólo nueve meses, el centenario partido deberá defender tres bancas propias, hoy en manos de Rodrigo de Loredo, presidente del bloque, Soledad Carrizo y Gabriela Brower de Koning.
Fueron obtenidas con el radicalismo como socio mayoritario de un Juntos por el Cambio que pisaba fuerte en la provincia. Dado que dicha alianza parece transitar un camino a la extinción, el horizonte de expectativas es otro, bien distinto.
Algunos se ilusionan con captar al menos una de las tres bancas que correspondieron al PRO hace sólo tres años. Otros prefieren esperar las derivas de La Libertad Avanza en Córdoba. Distintos estudios auguran un masivo apoyo a la lista que pueda presentar Javier Milei, aún sin precisiones sobre nombres. Enfrentarlo o adherirse sigue siendo un dilema irresuelto, muy a pesar del maltrato que periódicamente dispensa el presidente al partido y sus históricos referentes.

Los mil días de Rodrigo de Loredo
El diputado apuró definiciones sobre su futuro en un encuentro realizado en su casa, el pasado fin de semana.

Ante más de 200 radicales, entre intendentes, legisladores nacionales y provinciales, concejales y dirigentes, De Loredo sonó categórico. "No los he invitado para convencerlos ni entusiasmarlos: los he invitado para decirles en mi casa que yo voy a ser el candidato a gobernador en el 2027", dijo.

Aunque la definición se diera por descontada, múltiples lecturas le sucedieron. La principal está vinculada a su consolidación como líder de la oposición a un peronismo cordobés al que siguen augurando un fin de ciclo.

Firmes indicios había dado en la conferencia convocada para anunciar el rechazo a la promoción de Jessica Valentini al Tribunal Superior de Justicia. También al activar sus espadas en la Legislatura y el Concejo Deliberante de la capital provincial.

Pero la definición también llega luego de insistentes reafirmaciones de Luis Juez, quien asegura que lidera cualquier competencia para encabezar un frente opositor. Aunque el deloredismo niegue la existencia de enfrentamientos, las jugadas en espejo no paran de sucederse. Incluso con una prontitud no mostrada hace un año. De hecho, el mismo radical hizo el cálculo y, a modo de slogan, identificó en horizonte final a mil días de distancia.

El desafío de Ramón Mestre
La ratificación de la voluntad del exlegislador también sucedió tres días después que Ramón Mestre hiciera pública su intención de volver a porfiar por la gobernación, como ocurrriera hace cinco años.

Rival acérrimo en la interna radical, el exintendente prefirió no vincular su decisión a un desafío personal. Por el contrario, reconoció credenciales a “Rodrigo”. Sí ofreció ampliar las voces de la UCR que rechazan cualquier tipo de acercamiento a Milei.

En Generación X, la corriente partidaria que lideran De Loredo y Ferrer, tampoco tomaron el lanzamiento como un reto. Más bien detectaron un intento de “Ramón” por recuperar un lugar de preponderancia, hoy remoto.

El horizonte sobre el que se dibujan esos cálculos no equivale a mil días. Creen que el líder de Más Radicalismo tiene en su GPS las coordenadas del Parlamento nacional.

 
La debilidad de Daniel Passerini
La nueva conducción partidaria tampoco toma como desafíos la temprana postulación de varios dirigentes para la, también remota, puja por la intendencia de la capital. Ni siquiera se sorprenden por la variada raigambre de los mismos.

Sucesivamente, el valdesista Javier Bee Sellares, el alfonsinista Dante Rossi, su exsocio en Identidad Radical Sergio Piguillem, y el exconcejal Juan Negri anticiparon que ya trabajan con el Palacio 6 de Julio como meta. Sin nombres definidos, la angelocista Línea Córdoba también ha levantado la mano para las discusiones venideras.

Según interpretan en Generación X, no hay aún nombres que se impongan por su propio peso en una, aún hipotética, compulsa. Congruentemente, algunos de los lanzamientos operan como tests para evaluar posibilidades en la rosca para las parlamentarias del año próximo.

También creen que la temprana proyección responde a la apagada imagen que transmite un gobierno municipal al que ven a la deriva. “Lo ven débil a Passerini. Sin plata no puede gobernar y encima no tiene reelección”, sintetizan a Letra P.

Tal observación se perfila sobre el propio mapa del Partido Cordobés. Los dirigentes radicales miran con atención los tironeos, especialmente entre peronistas, por la sucesión de Passerini, iniciados tan pronto el médico asumiera como intendente.

 
La boina de Luis Picat
El recuento de intenciones veladas incluye a Luis Picat. Desde el entorno del diputado admiten que muy probablemente no intente renovar su banca en 2027, lo cual abriría margen para otros nombres.

Claro que la declinación no implicaría la caducidad de su apetito dirigencial. Con paso por la intendencia de Jesús María y el Congreso, sus aspiraciones serían “superiores”, deslizan voces consultadas. “Él mira a Córdoba, pero para ser una opción real al peronismo, no para negociar”, sentencian.

Con más presunciones que precisiones, sus correligionarios creen que la suerte está más atada al crecimiento de “la peluca libertaria” que a su juego orgánico.

Con información de Letra P, sobre una nota de Luis Zegarra

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