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Argentina más cara en dólares: el combo de cepo cambiario y tasas positivas acelera la apreciación del peso

ECONOMÍA Pablo WENDE
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El dólar libre volvió a ser noticia ayer por haber perforado los $ 1.100, acumulando una caída superior al 27% desde mediados de julio, cuando había llegado a los $1.500. La consecuencia es un tipo de cambio muy apreciado, que vuelve a la Argentina cara en dólares y agrega un problema para la competitividad de las empresas, en particular para las que comercializan bienes transables.

La nueva baja llevó al dólar libre a $1.090, una caída de casi 1%. Sin embargo, el tipo de cambio más barato sigue siendo el MEP, que se ubicó en niveles de $1.076.

Semejante disminución de los dólares financieros achicó la brecha cambiaria prácticamente a niveles de 5%, un mínimo desde que se reimpusieron las restricciones cambiarias a fines de 2019.

El combo de cepo cambiario junto a tasas reales que quedaron en niveles positivos luego de los últimos datos de inflación a la baja no hacen más que acelerar el proceso de apreciación del tipo de cambio. Eso significa que Argentina se encarece casi día a día en dólares, porque el dólar sigue cayendo, mientras que la inflación sigue a un ritmo todavía superior al 2,5% mensual.

En general, la historia argentina con cepos cambiarios buscan compensar tasas de interés negativas, o sea que se ubican por debajo de la inflación. Las restricciones procuran aumentar artificialmente la demanda de pesos, ya que muchos inversores se ven impedidos de buscar refugio en moneda dura a causa de las regulaciones.

Durante todo el gobierno de Alberto Fernández, por ejemplo, las tasas se mantenían negativas y no ajustaban al ritmo del incremento de la inflación. Esto y la desconfianza de los inversores requería de trabas cambiarias cada vez más fuertes.

Pero ahora se produjo un cambio de esta lógica. Mientras se mantiene el cepo, el equipo económico decidió moverse con pies de plomo y mantener las tasas de interés por encima de la inflación mensual. Ambos aspectos, junto a un clima de mayor confianza por parte de los inversores, se tradujo en una mayor demanda de pesos y por ende se aceleró la apreciación cambiaria.

En un artículo publicado en su blog, Domingo Cavallo sugirió que el próximo paso que debería dar el Gobierno es eliminar el cepo. “Esto podría generar algún salto cambiario, pero no necesariamente debería provocar un aumento de la inflación si se avanza hacia un programa de estabilización”, explicó.

Pero no todos coinciden. Están los que opinan que liberar el cepo sin reservas netas en el Banco Central sigue siendo muy peligroso. Éste es el argumento que defiende el equipo económico, que prefiere manejarse con extrema cautela. La postura de Luis “Toto” Caputo es que la eliminación de las restricciones cambiarias debería ocurrir “cuando no haya ningún peligro de salto cambiario”. Se trata de un escenario que hoy parece lejano, aunque, por otra parte, no es imposible que ocurra. Por eso, la decisión es la de seguir manejándose con cautela y evitando sorpresas. En estas condiciones está prácticamente descartado que se vaya a salir del cepo de un día para el otro, como ocurrió al comenzar el gobierno de Mauricio Macri.

Para adelante se ve la continuidad del “dólar barato” y no se descarta que la apreciación cambiaria se acentúe en 2025. No necesariamente con caídas nominales del tipo de cambio, pero sí porque continuará evolucionando por debajo de lo que es el aumento de la inflación.

Las empresas tendrán que acostumbrarse a vivir con este tipo de cambio apreciado, tal como ocurrió durante el gobierno de Macri o en los años de Convertibilidad. Habrá mayor competencia de productos importados, porque es más barato comprarlos, y esto le genera mayor presión a las empresas que comercializan productos transables, como indumentaria, calzado o artículos electrónicos.

Fuente: Infobae

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