La CGT activa un plan de lucha y prepara una masiva movilización contra la reforma laboral

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
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  • La CGT convocó a una movilización nacional el 18 de diciembre contra la reforma laboral.
  • Esperan reunir 150 mil personas en Plaza de Mayo y acciones paralelas en todas las provincias.
  • La central propone una estrategia tripartita: medidas gremiales, judiciales y políticas.
  • Dirigentes denuncian que la reforma precariza el empleo y debilita la organización sindical.
  • El plan incluye presionar a gobernadores y legisladores para frenar el proyecto.
  • Los abogados de la CGT preparan una eventual ofensiva judicial similar a la aplicada contra el DNU 70.

La Confederación General del Trabajo (CGT) resolvió salir a la calle contra la reforma laboral impulsada por el gobierno de Javier Milei y puso en marcha un plan de lucha que incluirá una movilización nacional el próximo 18 de diciembre. La medida, acordada por unanimidad en la reunión del Consejo Directivo en la histórica sede de Azopardo, busca convertirse en la primera gran demostración de fuerza del sindicalismo frente a un proyecto que consideran un ataque directo al modelo laboral argentino.

El objetivo de la central obrera es ambicioso: reunir alrededor de 150 mil personas en la Plaza de Mayo. Para lograrlo, este viernes comenzará a funcionar una comisión organizativa encargada de coordinar la movilización, tanto en la Ciudad de Buenos Aires como en cada una de las provincias. La apuesta es construir un frente amplio, con la participación de las dos CTA y de movimientos sociales, para potenciar el rechazo a la reforma.

“Comienza una etapa de resistencia. Nada está descartado”, anticipó al ingresar al encuentro Gerardo Martínez, titular de la UOCRA. El líder gremial recordó que la CGT convocará a un plenario de delegaciones regionales para ordenar un plan de acción escalonado. La idea de medidas “graduales” es uno de los ejes del documento interno que analiza hoy la conducción cegetista.

Si bien el Gobierno moderó algunos aspectos de la reforma durante las últimas semanas —como mantener las cuotas sindicales intactas y preservar el rol de los gremios con personería en los convenios por empresa— la mesa chica de la CGT considera que los cambios siguen siendo inaceptables. “No se puede permitir el ataque al modelo sindical. La reforma no va a generar empleo: el empleo lo genera la inversión”, planteó Jorge Sola, cotitular de la central, quien propuso encarar una ofensiva en tres planos: gremial, judicial y político.

El sindicalista remarcó que el oficialismo busca aprobar la reforma “antes de fin de año” y alertó que “la pelea debe darse artículo por artículo”. A partir de allí, sugirió una movilización para el 18 de diciembre, propuesta que Andrés Rodríguez, de UPCN, reforzó al señalar que debía ser en Plaza de Mayo y no frente al Congreso, ya que se prevé que el debate legislativo del proyecto se retrase hasta el verano parlamentario. Sin embargo, referentes de gremios industriales consideran que la discusión podría incluso trasladarse a febrero o marzo, lo que obliga —dicen— a mostrar fuerza ahora.

La dirigencia aprobó además un plenario virtual el próximo martes, a las 18, para que las delegaciones regionales coordinen protestas simultáneas en todo el país. La expectativa es lograr un impacto nacional que trascienda el acto central en Buenos Aires.

Durante la reunión, algunos dirigentes advirtieron que el conflicto era previsible desde comienzos de año. “En marzo nos impusieron un salario de indigencia de 500 mil pesos”, recordó Sergio Romero, de UDA. Al cierre del encuentro, Sola volvió a cuestionar al Consejo de Mayo y remarcó que no recoge la mirada sindical. “Este gobierno insiste en avanzar sin una mesa de diálogo con quienes invierten y quienes ponen su fuerza de trabajo”, afirmó.

El tono se endureció al final de la conferencia. Sola denunció que el oficialismo pretende aprobar la reforma “entre gallos y medianoche, a espaldas del pueblo”, y reclamó que la CGT sea escuchada durante el tratamiento parlamentario. “Nos oponemos a cada uno de los puntos del proyecto. Es precarización laboral”, sostuvo, y agregó que el plan de acción incluirá reuniones con gobernadores, senadores y diputados para explicarles “por qué esta ley no puede salir”.

Fabián Montaño, titular de APOPS, también apuntó contra el proyecto: “Hablan de modernización y generación de empleo, pero buscan debilitar la negociación colectiva, reducir derechos y avanzar contra la vida sindical”. Según el dirigente, la reforma incluye disposiciones que penalizan asambleas, restringen la organización en los lugares de trabajo y recortan representación gremial.

Mientras tanto, el equipo legal de la CGT comenzó a analizar el texto del proyecto para delinear una estrategia judicial que, en caso de aprobación, buscará frenar la reforma en los tribunales. Es un camino similar al que utilizaron contra el DNU 70, que permitió bloquear varias medidas del Ejecutivo.

Paralelamente, la central obrera profundiza su ofensiva política. En las últimas semanas ya mantuvo reuniones con los gobernadores de Chubut, Jujuy y Santa Fe, así como con el interbloque kirchnerista del Senado, donde se evalúa un plan para impedir que la iniciativa avance en el Congreso.

La CGT prepara así una movilización que excede la protesta puntual: busca convertirse en el puntapié de una nueva etapa de confrontación abierta con el Gobierno.

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