Ayer en el Congreso, lo que vimos fue la cumbre del cinismo. Ficha Limpia, esa herramienta básica para depurar las listas electorales de los condenados, terminó siendo triturada en una sesión que quedará en la historia de las maniobras más bizarras de nuestra política.
Como conté ayer en varios tuits, recibí llamados telefónicos de diputados de distintas bancadas—del PRO, la UCR y la CC—que, uno tras otro, confirmaron la misma historia. Desde todos los partidos, me relataron, entre tantos detalles de pactos cruzados, una misma escena que sintetiza la mugre de todo lo que ayer ocurrió: un diputado aferrado a la banca, sosteniéndose con los brazos para no «sentarse» y, así, evitar dar el quórum necesario para debatir Ficha Limpia.
¿Qué tan bajo puede caer el Congreso? Con estos llamados, me quedó claro que la maniobra fue orquestada; todos los datos que me aportaron coincidían, aunque provinieran de diferentes partidos.
Sí, así de insólito. Bastaba con que un par de glúteos tocaran esas sillas para arrancar la sesión. Sin embargo, estos «representantes» se rehusaron a mostrar su verdadera intención y fingían ser parte de un quórum que hubiera permitido debatir sobre la transparencia en la política.
Lo que vino después fue igual de oscuro. Las listas de presentes y ausentes salieron con una demora más que conveniente. El personal administrativo con el que hablé me confirmó que esta demora fue sumamente «extraña»; literalmente, no se demora tanto.
Estos testimonios no me dejan dudas de que se trató de una operación cuidadosamente planificada en connivencia con algunos «diputados libres» de distintos bloques como así también gobernadores, quienes ordenaron a algunos de sus representantes que Ficha Limpia no avanzara. En esta jugada, el tiempo y las formas jugaron a favor de una casta que solo busca protegerse. No les importa ensuciar el Congreso con maniobras dignas de un “diputrucho” de los ’90, con tal de boicotear una ley básica de transparencia. Es una afrenta a la República y una victoria de quienes quieren perpetuar sus feudos de impunidad.
¿Fue obra de un acuerdo entre sectores del gobierno y el kirchnerismo para boicotear Ficha Limpia y, de paso, negociar la eliminación de las PASO? Como todo pacto siniestro, difícilmente se puedan conseguir pruebas, salvo que aparezcan arrepentidos. ¿La meta? Un pacto de silencio donde todos salen ganando.
Así lo expresó ayer PablocRossi en LN+: el peronismo asegura la continuidad de su núcleo duro, con Cristina comandando las filas sin PASO y habilitada para ser candidata, y le agrego: mientras el PRO, debilitado y bajo la presión social, solo tiene una opción aparente para el 2025: aliarse y diluirse en el proyecto de La Libertad Avanza, como le pasó a la UCEDE en tiempos de Menem.
Como ciudadano que ha batallado contra el populismo en todas sus formas, que ha peleado por una Justicia independiente, por la libertad de expresión, por una economía racional y un Estado que no asfixie con instituciones republicanas sólidas y honorables, siento una profunda indignación. Este Congreso, nuestro Congreso, no es más que un reflejo del “juego sucio” de la casta que lo inunda. Pero juro, desde lo más profundo de mi compromiso, que no voy a dejar de luchar para limpiarlo. Esta maniobra, que intentó enterrarnos en la corrupción y el oportunismo, solo aviva la determinación de que la República prevalezca.
Es hora de desarmar esta estructura podrida. Los que creemos en una República auténtica y honorable no vamos a quedarnos de brazos cruzados. Que lo sepan bien: cada intento por torcer la Democracia, cada pacto de la casta, cada traición a la República encontrará su respuesta en la firmeza de quienes no vamos a descansar hasta limpiar las instituciones. Porque la Argentina merece más, y porque no vamos a permitir que el cinismo se robe nuestro futuro.
* Fuente: www.ricardobenedetti.com/