Cuatro meses después, Javier Milei encontró a la oposición. Con la dirigencia política disgregada y sumergida en internas, las universidades de todo el país fueron capaces de poner los cimientos de la resistencia con una marcha en defensa de la educación pública que quedará en la historia. ¿Alguien será capaz de conducir esa expresión callejera a la victoria?
“Hicieron salir a los pibes a la calle, se equivocaron”. La exdiputada Graciela Camaño se lo dijo a un dirigente peronista que la cruzó en avenida Rivadavia y Callao, rodeada por una multitud que avanzaba hacia la Plaza de Mayo. Con décadas de militancia en la política, Camaño entendió la dimensión de la convocatoria que colmó, como pocas veces antes, las calles de Buenos Aires y de todas las ciudades del país.
Cerca del Congreso caminaban entre la multitud otros dirigentes políticos de la oposición. Peronistas, radicales, socialistas, lilitos y referentes de la izquierda se mezclaban entre estudiantes y docentes y se sumaban a columnas de diferentes universidades. La CGT y los movimientos sociales también acompañaron, pero el estudiantado fue a la cabeza.
Peronismo partido en la marcha de las universidades
Atravesado por internas que se muestran a cielo abierto, el peronismo no logró unirse detrás de una misma bandera. Sólo en el Congreso se reunió el bloque de Diputados, encabezado por el jefe de la bancada, Germán Martínez, y se mezclaron las tribus. En tanto, el gobernador bonaerense Axel Kicillof se reunió con los propios la esquina de Hipólito Yrigoyen y Sáenz Peña. Lo acompañó la tropa fiel que encabezan ministros como Carlos Bianco (Gobierno) y Andrés Larroque (Desarrollo de la Comunidad) y los intendentes que ya construyen la candidatura presidencial 2027.
A diez cuadras de distancia, en Perú y Avenida de Mayo, Sergio Massa caminaba junto a la dirigencia del Frente Renovador y se sacaba fotos con manifestantes. El excandidato presidencial de Unión por la Patria (UP) dijo que participaba en calidad de padre. Su hija, Milagros, estudia en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). Su esposa y ex titular de AySA, de mucho protagonismo mediático en las últimas semanas, también marchó.
Mientras, del otro lado de la Plaza, en Bolívar y Diagonal Sur, el senador Eduardo Wado de Pedro repartía selfies entre estudiantes y Cristina Fernández de Kirchner se asomaba al balcón del Instituto Patria para dar su apoyo a la manifestación y colgar un buzo de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), donde se recibió junto a Néstor Kirchner.
LA CGT fue por su cuenta. La plana mayor de la central obrera se reunió en Hipólito Yrigoyen y Entre Ríos y marchó desde allí rumbo a Plaza de Mayo. En apoyo al estudiantado marchó el triunvirato que comanda la CGT, Héctor Daer, Pablo Moyano y Carlos Acuña, acompañados por todos los sindicatos, que ya se preparan para la marcha del 1 de mayo y el paro general del 9. Nadie hizo el intento, siquiera, de coordinar con el resto del peronismo. Todos saben que el clima interno no permite ninguna confluencia pública.
Adelante radicales, lilitos y el regreso de Horacio Rodríguez Larreta
Pasadas las 15, el ex diputado radical Emiliano Yacobitti caminaba por Callao hacia el Congreso detrás de la bandera de la Universidad de Buenos Aires (UBA), de la que es vicerrector y que llevó la columna más multitudinaria de la marcha. Para entonces, la policía ya había desistido de aplicar el protocolo antipiquetes y se retiraba del corte de avenida Rivadavia. Los ríos de manifestantes y columnas colmadas de estudiantes de todas las universidades desbordaban todas las calles.
Por Callao también avanzaban dirigentes que responden a Elisa Carrió, liderados por Maximiliano Ferraro y el legislador porteño Hernán Reyes. Mientras, otros radicales circulaban sueltos entre la gente. Los diputados nacionales Jorge Rizzotti, Pedro Galimberti, Fernando Carbajal y Juan Carlos Polini se mezclaban con los legisladores de Hacemos Coalición Federal Juan Brugge e Ignacio García Aresca. Los rebeldes del bloque de la UCR Facundo Manes y Pablo Juliano posaban con estudiantes en Avenida de Mayo. Por su lado avanzaba el senador Martín Lousteau, rodeado de los propios.
Aunque estuvo de viaje, el exjefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta también aprovechó para anotarse en el apoyo al movimiento estudiantil. Posteó una foto en la que manifestó su defensa de la educación pública y se mostró rodeado de estudiantes.
¿Quién conduce a la oposición?
Si hace meses que la oposición más dura esperaba una señal de descontento con el Gobierno por parte de la sociedad, el movimiento estudiantil la dio este martes. Lanzado a la calle, superó incluso las expectativas de los propios organizadores de la marcha, que esperaban como máximo 200 mil personas. Fueron muchas más, una marea incalculable.
Desde diciembre, las especulaciones sobre el nivel de apoyo que Milei todavía conserva en las encuestas guió las respuestas políticas de la oposición, que se dividió entre dura y dialoguista y se anotó, por ahora, como triunfos políticos el rechazo al DNU 70/2023 en una sola de las cámaras del Congreso y el naufragio de la primera versión de la ley ómnibus.
Como las encuestas que todavía le dan cerca de un 50% de apoyo al Presidente, los sondeos también marcan un rechazo contundente al ajuste del presupuesto universitario. La última encuesta de Zuban Córdoba, muestra que el 87,6% de las personas encuestadas afirma que “la educación pública es un derecho de todos”.
¿Será la marcha masiva de este martes un punto de inflexión también para la oposición que todavía cree que debe dar herramientas de gobernabilidad? ¿Empujará a un rechazo al DNU en Diputados? ¿Será un punto de partida para la oposición más dura, que se enreda en sus propias internas y que no logra articularse? ¿Será capaz, la oposición, de construir una respuesta?
* Para www.letrap.com.ar