Javier Milei deja cinco diputados ¡afuera!, Negri no se va y De Loredo ojea la interna radical

Nadie puede imaginar al exdiputado Mario Negri fuera de la faena política. Radicales que lo frecuentan aseguran que “está contento y muy activo”. El parte cargado de serotonina contrasta con la imagen admisible, aunque refutable, de un hombre que deberá reinventarse después de dejar el Congreso y los despachos en los que rosqueó por 12 años consecutivos y casi un cuarto de siglo del total de carrera política.

Su anhelo más reciente fue conducir a la UCR en todo el país, pero la telaraña de internas y el cargo de delegado del Comité Nacional que no pudo obtener lo dejaron afuera de esa posibilidad para la que le daba el piné. El renovador Martín Lousteau corrió con mejor suerte.

No obstante, es vox populi en el centenario partido que tendría otro objetivo en mente: ocupar la vacante que dejó Miguel Ángel Pichetto en la Auditoría General de la Nación. El exdiputado puntano Alejandro Cacace es otro de los interesados en controlar al gobierno de Javier Milei.

Con alianzas ampliadas, que mira el bloque variopinto de Hacemos Coalición Federal, esa oposición que alguna vez fue fuerte espera darle pelea a la primera minoría de Unión por la Patria y lograr un puesto codiciado para los políticos de carrera.
Javier Milei, a los impuntuales: ¡afuera!
El presidente Javier Milei recibió esta semana en la Casa Rosada al bloque de La Libertad Avanza en la Cámara de Diputados. La minuta del encuentro registraba dos temas: el tratamiento de la ley de “bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos” y la conformación de las comisiones.
Las participaciones fueron entregadas al conjunto de 38 legisladoras y legisladores, aunque la convocatoria terminó con 21 representantes sentados a la mesa, donde se observa un austero vaso de agua, sin esos sándwiches tan de casta. Por supuesto, hubo dispensas a algunos ausentes. También hubo rigor.

“La reunión fue convocada a las 9 de la mañana”, brindó la fuente libertaria un detalle que impacientaría a cualquier periodista que busca datos fuertes. No obstante, la referencia era estrictamente necesaria.

Cinco diputados quedaron ¡afuera! de la reunión. ¿Por qué? Por impuntuales.

En el oficialismo parlamentario no quieren dar los nombres por camaradería, pero juran que ya nadie se atreverá a retrasarse tan solo dos minutos. No hay plata y parece que tampoco tolerancia.

De Loredo ya ojea la interna radical
La UCR de Córdoba ya comienza a respirar el perfume ácido de la interna. La versión corre rápido: a comienzos de febrero estaría publicada la convocatoria para disputar la sucesión partidaria a la alianza integrada por Mario Negri y Ramón Mestre. El abanico para el desarrollo de la compulsa comprende los meses de marzo y abril.

Atento, el legislador Dante Rossi ya hizo saber que la unificación de los dos bloques que tiene el radicalismo en la Legislatura estará atada a esa negociación. El punto genera algún grado de atención, porque el alfonsinista quedó en la mira de la dirigencia con la abstención que evitó que la vicegobernadora radical filoperonista, Myrian Prunotto, tuviera que desempatar en la votación por el incremento de los aportes del personal estatal para financiar a la obra social Apross y a la Caja de Jubilaciones.

El capítulo gordo de la novela es para Rodrigo de Loredo. El jefe del bloque boinablanca en Diputados pelea por la conducción partidaria desde 2022. ¿Declinó ese objetivo después de su derrota capitalina de julio? No.

Lo cierto es que en los pasillos del Congreso se habla de la interna cordobesa. El referente local de Evolución insiste con que la fuerza tiene que girar hacia la gente, hacia los valores históricos y, por supuesto, colocar al frente a una cara nueva.

La relación que De Loredo y la diputada Soledad Carrizo vienen construyendo desde hace casi un año levanta sospechas. ¿Promoverá a alguien en su nombre? ¿Intentará él ser la renovación del espacio? Hoy tiene más verosimilitud más lo primero, que lo segundo.

Llaryora prioriza a los intendentes del palo
Para buena parte de la dirigencia peronista ortodoxa, el Partido Cordobés de Martín Llaryora cae como una cena de fin de año: tentadora, pero difícil de digerir en cantidades abundantes. Como la oposición radical, macrista o vecinalista fue ganando espacios de poder real en el esquema, el gobernador de Córdoba instruyó a Manuel Calvo para que facilite el antiácido a la dirigencia justicialista.

La prioridad la tuvieron más de 100 intendentes e intendentas del PJ, la mayoría debutantes en el arte de la gestión política. El nuevo cordobesismo sabe que no puede desatender a la “columna vertebral” de este espacio de puertas abiertas para figuras de otro palo de la política.

Calvo les anticipó que Llaryora comenzará a moverse por el interior, con objetivos de verano como los festivales. La oportunidad será aprovechada para buscar encuentros ampliados con la dirigencia de Hacemos Unidos por Córdoba y sentar las bases de la apuesta para un lejano 2027. En otras palabras, el operativo de proximidad del gobernador apunta a engordar la lista de municipios y comunas gobernadas por el oficialismo.

Muchas de ellas se perdieron en el clericó de la renovación peronista que desconectó a las bases, la fuerte instalación de Luis Juez en el sur provincial y la vigencia plena de la reforma electoral de 2016 que prohibió la reelección indefinida en las localidades sin carta orgánica.

¿Quién será la voz autorizada de la tropa municipalista del peronismo? La pregunta se resolverá en febrero cuando se active nuevamente la Mesa Provincia-Municipios. Por ahora, el responsable de Río Cuarto, Juan Manuel Llamosas, viene ocupando ese lugar. El razonamiento natural es que continúe en el puesto por la importancia de la provincia. Sin embargo, la campaña electoral por su sucesión en 2024 podría dejarlo afuera de las pistas.

El intendente de la capital, Daniel Passerini, podría ser otro candidato, aunque su elección habilitaría algún reproche de tintes centralistas. En el Palacio 6 de Julio se anticipan y dejan trascender que no está interesado en esa pelea.

¿Damián Bernarte, de San Francisco? ¿Marcos Torres, de Alta Gracia? Otras opciones que suenan fuerte en el pasilleo peronista.

El viguismo se reactiva
El legislador de Hacemos Unidos por Córdoba y hombre de confianza en la capital cordobesa de la senadora Alejandra Vigo, Leonardo Limia, busca ampliar el alcance del instituto Diseñando Ciudad.

La usina de ideas de gestión y capacitación es un plafón político y cuna de nuevos cuadros de la capital y departamentos estratégicos como Colón, Punilla y Río Primero.

Con capacitaciones a más de 500 dirigentes en Carlos Paz, el espacio reactivó el juego territorial para poner el foco en el intendentismo, por momentos, desordenado; por otro, deseoso de espacios donde puedan articular la rosca y la gestión.

También es una muestra de que la migración total del cordobesismo hacia el llaryorismo estará marcada por el gradualismo.

Con informacion de Letra P.