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¿Qué les pasa, se están desconociendo?

POLÍTICA 04/03/2023 Agencia de Noticias del Interior Agencia de Noticias del Interior
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El clima en el peronismo cordobés se enrareció en los últimos días a partir de la inquietud que surgió entre el entorno del gobernador Juan Schiaretti y del intendente Martín Llaryora por la fecha para las elecciones en las que se definirán sus sucesores. 

Porque si bien parece estar claro que la disputa provincial será entre el último domingo de junio o el primer fin de semana de julio (25 de junio o 2 de julio), las tensiones aparecieron por el intento que hará el schiarettismo de desdoblar los comicios a diferencia de lo que pretenden cerca de Llaryora de votar todo junto: en un mismo día, Provincia y Ciudad.

De acuerdo con lo que pudo saber LPO, la estrategia del schiarettismo es votar en la capital cordobesa entre un mes y 45 días después de los comicios provinciales. Es decir, entre agosto y septiembre definir al sucesor de Llaryora. Algo que rechaza de manera vehemente el entorno del intendente y candidato a la gobernación.

"Schiaretti tiene potestad para definir los comicios provinciales y poner esa fecha; pero qué día se vota en la Ciudad es decisión de Llaryora", confiaron a este sitio desde el entorno del titular del Palacio 6 de Julio.

La estrategia de Schiaretti es que Daniel Passerini, quien será finalmente el candidato del PJ para suceder a Llaryora, peleé la intendencia con el respaldo de ‘dos gobernadores': uno en gestión, que es el propio mandatario provincial y el otro el electo, que sería Llaryora.

Contra esta teoría chocan precisamente los asesores del intendente que ven esquiva la chance al señalar que Llaryora sale a pedirle a sus pares en el interior que peguen la fecha con la elección provincial y él no puede despegar. "Recorrió el interior todo el verano pidiendo que peguen la fecha, no va a ir ahora a diciendo que él con la ciudad de Córdoba despega y va en un domingo distinto al de la elección provincial", razona el llaryorismo y afirma que podría ser incluso una contrariedad para revalidar la gestión del candidato.

Es decir, debería descontarse que el candidato provincial fije el mismo día la fecha de los comicios en el distrito que gobernó cuatro años para ir por el premio mayor.

Sin embargo, funcionarios del llaryorismo también observan otro riesgo. Una elección municipal en medio del contexto nacional que le imprimirán las Paso le daría argumentos a los que quieren en Juntos a un candidato taquillero como el radical Rodrigo de Loredo para pelear la intendencia cordobesa. Motivando, además, que bajen las figuras nacionales de la coalición a respaldar al candidato para desafiar al PJ.

Así, las fricciones en un peronismo que transitaba cierta normalidad ante el desconcierto de la filial cordobesa de Juntos, asomó en los últimos días. Llaryora, que este miércoles abrirá el período de sesiones ordinarias del Concejo Deliberante, lo hará cerca de quién él definió como el candidato, el propio Passerini, pero con el resto de las vertientes del PJ atento a los gestos.

La oposición, por su parte, trata de acomodar el panorama y aguarda que el oficialismo mueva las fichas con un par de jugadas relevantes como la definición de la fecha y el compañero de fórmula de Llaryora en el binomio provincial. "Lo primero, nos destraba; lo segundo, tanto no nos preocupa", reconoció un radical que recorrió despachos porteños en estos días.

Es más, la luz de esperanza que apague la interna entre Luis Juez y Rodrigo de Loredo está sujeta a la confirmación de la fecha que ayude a apurar el clima interno en Juntos. En el peronismo, por su parte, marzo será el mes para la confirmación de la fecha, para conocer probablemente el candidato a viceintendente y atenuar la intensidad de las fricciones en la capital cordobesa. Donde, además de Llaryora, pesa la palabra de Alejandra Vigo, quien comanda los destinos del partido y juega con las fichas en la mano, mientras no descuida su armado en el Senado.

Todos movimientos que el propio Schiaretti observa y del que desconfían aquellos intendentes sub-45 que tratan de acercarse a Llaryora para lo que viene. Uno de ellos, que reconoce el veto que llega desde El Panal para su acercamiento, reconoció que un importante dirigente de la capital cordobesa y con anclaje en el interior, le admitió los tironeos entre el gobernador y el intendente.

"Schiaretti no quiere soltar, ahí está el problema", sostuvo . 

Con información de LPO, sobre una nota de Gabriel SILVA

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