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Uno de cada cuatro niños en Argentina está malnutrido

Sobrepeso y desnutrición: dos variables presentes en los chicos que a pesar de ser diametralmente opuestas, revelan una crisis alimentaria que poco tiene que ver con malas elecciones a la hora de comer.

NOTICIA DE INTERÉS 22/10/2019 Cristina MERCADO
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En medio de una emergencia alimentaria nacional, con el peor nivel de consumo de leche en los últimos 29 años,  el aumento al triple de los comedores comunitarios y chicos que se desmayan de hambre en las escuelas -y en el marco de un 35.4% de pobreza según el INDEC- aumentó a más de 45% la malnutrición en los niños, niñas y adolescentes. Y es que no acceden a dos comidas diarias debido al imparable aumento de los alimentos por la inflación de una crisis que les está destruyendo su presente y les está arrebatando su futuro. 

Cuatro de cada diez chicos no llega a completar las cuatro comidas diarias, otros no tienen agua potable para poder aunque sea consumir leche en polvo, varios comedores distribuyen ellos mismos la comida porque  muchos hogares no tienen gas para calentar la comida. Ante la imposibilidad de una dieta adecuada la crisis afecta la alimentación de las familias pero sobretodo la de los chicos,  que mal alimentados tienen embargada la oportunidad de crecer y desarrollarse sanamente. 

"Que caiga el consumo de leche, es un dato que deja al descubierto una situación de crisis muy grande porque todos entendemos que la leche es el elemento y el nutriente principal, y si uno no puede y cae el consumo,  es porque no tiene de dónde sacar un mango para poder llevar adelante una buena alimentación. Y eso es una denuncia, y se denuncia en las calles, movilizándonos, y con datos, con elementos, discutiendo y construyendo con el conjunto de la sociedad", dijo Daniel Menéndez, sociólogo y coordinador del movimiento Somos Barrios de Pie, quienes la semana pasada presentaron un informe de malnutrición en el que se encuentran los chicos.

 Más del 40% de los chicos está malnutrido, es decir, no comen los alimentos que necesitan para su crecimiento.
"Acá el problema es que los chicos vienen a los comedores, que cae el consumo de leche, que el 40% de los chicos tiene malnutrición, que los alimentos no paran de subir y que el cambio de dieta  nos lleva a hipotecar el futuro", aseguró. 

Desde 2012, los promotores y las promotoras del Área de Salud del movimiento social,  se dedican periódicamente a tomar las medidas antropométricas, el peso y la talla de los niños, niñas y adolescentes que acuden a los comedores barriales,  para detectar problemas de alimentación como es la malnutrición, ya sea por falta o por exceso de nutrientes. 

 
El informe arrojó como principales datos malnutrición en un 46,7%,con un predominio del exceso de peso, obesidad del 20,5% y sobrepeso del 22,0%, problemas que se reflejan principalmente en los niños y niñas de entre 6 y 10 años, donde el sobrepeso alcanza el 22,6% y la obesidad el 25,3%.

Según el documento, el altísimo porcentaje de obesidad "es una característica de la malnutrición en los sectores populares", donde la imposibilidad de comprar alimentos nutritivos como carne, vegetales y lácteos, lleva a consumir mayormente hidratos de carbono como lo son el arroz, las harinas y los alimentos con alto contenido graso, gran contenido calórico y de muy bajo valor nutricional.Como consecuencia del aumento incesante del precio de alimentos y de que se consolidó un cambio de dieta, hay un grave problema y es evidente en los chicos de nuestra sociedad.  Para Sandra Oviedo, docente, concejal mandato cumplido, responsable de Somos Barrios de Pie La Matanza y quien llevó adelante la elaboración del informe del movimiento social, la falta de consumo de leche, de legumbres, de verduras y carnes provoca afecciones muy preocupantes en la salud, en el desarrollo y en el crecimiento en la etapa de la niñez. 

En diálogo con Crónica, Oviedo aseguró que más del 43% de los niños se encuentra con malnutrición por sobrepeso, obesidad y bajo peso. "Tiene que ver con la alimentación que reciben los chicos en sus hogares, en los comedores escolares y en los comedores comunitarios. Sus comidas diarias son a base de hidratos de carbono, arroz, fideos, harinas, tortas fritas y el pan casero que en algunos casos acompaña el mate cocido. Ese indicador de sobrepeso tiene que ver con la calidad de nutrientes que ingiere esta población que hoy está afectada en su gran mayoría por la malnutrición a causa del sobrepeso y la obesidad", expresó alarmada. 

"Más del 43% de los niños, niñas y adolescentes se encuentra con malnutrición por sobrepeso, obesidad y bajo peso"."También encontramos chicos que tienen baja talla o bajo peso o ambos, que pueden derivar en casos de desnutrición", agregó Oviedo. 

El diputado nacional Daniel Arroyo, le expresó a este medio: "Esta crisis tiene algo distinto a otras por varias razones. Una es que durante cuatro años todo el tiempo subió el precio de los alimentos y si bien hubo crisis peores como la de 2001, no tenía el esquema de los precios de los alimentos subiendo todo el tiempo. Ahora el que hace changas no tiene changas, no le entra plata y siguen subiendo los precios. Por eso se suman  comedores comunitarios".

Además agregó: "Lo que era merendero pasó a ser comedor y los comedores pasaron a dar viandas porque hay un contexto muy complicado. Mes tras mes baja el consumo de leche en Argentina entre el 13% y el 15%. Un chico que come mal aprende mal, es un problema brutal en los niños. Un chico mal nutrido se va a alimentar mal y va a estudiar mal. Todos en Argentina tenemos que acceder a la canasta básica, comer tiene que ser barato y tiene que ser garantizado. Eso es una regla, no un debate porque nosotros producimos alimentos". 

"Corremos el  riesgo de tener una generación de chicos petisos y obesos. La baja talla y las harinas complican mucho el peso. Hay consecuencias en el  aprendizaje inmediato y a futuro con una malnutrición", concluyó Arroyo.  

"Mes tras mes baja el consumo de leche en Argentina, una baja de entre el 13% y el 15%. Un chico que come mal aprende mal, es un problema brutal de los niños"


Para Laura Lonati, coordinadora nacional del área de salud colectiva del movimiento Barrios de Pie ISEPCI y  encargada de la coordinación técnica y metodológica del indicador barrial de situación nutricional, en Argentina  en este último tiempo,  hay un "proceso de espiralización de la inflación" que derivó en la pérdida del poder adquisitivo, "una determinante socio económica que apunta en lo más alto de la malnutrición".  

Lonati le explicó a este medio que "no es cultural, donde la familia podría elegir productos ultra porcesados" sino que hay "una determinación socio económica que está condicionada por los ingresos". "Se trata de niños que viven en hogares bajo la línea de pobreza, en la mayoría son familias que tenían changas y que han dejado de tenerlas, los padres de estos chicos son titulares de programas de empleo como "Hacemos Futuro", el salario social complementario hoy está en 8000 pesos, por lo que vivir con ese monto no les permite ni siquiera acceder a los alimentos básicos", dijo. 


"Están bajo la línea de pobreza y eso ha impactado en los hogares,  y cuando  los analizás,  la población infantil se va al 52.6%.  Hay un proceso de infantilización de la pobreza, los datos del Observatorio de la Deuda Social de la UCA  corroboran esta situación socio económica cuando analizan la inseguridad alimentaria donde hay casos de chicos que habrían planteado el tema de hambre", aseguró. 

"Están bajo la línea de pobreza y eso ha impactado en los hogares y cuando  los analizás la población infantil se va al 52.6%  Hay un proceso de infantilización de la pobreza",


Según le explicó el diputado nacional Leonardo Grosso a Crónica cuando se lo consultó para esta nota, en la mayoría de los distritos "se triplicó la cantidad de comedores y merenderos". Según el diputado, ésta "es una situación que pensábamos que habíamos dejado atrás, y sin embargo tuvimos que volver a vivirla. Las familias antes mandaban a los hijos a almorzar o merendar y ahora viene la familia entera. Uno de cada tres niños y niñas en la Argentina come en un comedor comunitario".

En esta difícil tarea que llevan adelante los comedores, donde no alcanza la comida  y en los que sólo reciben el apoyo de las organizaciones sociales y algunas donaciones, que en este contexto se complejizó debido a que muchos que antes  aportaban hoy ya no lo pueden hacer porque tampoco les alcanza,  mucho tiene que ver la labor de las mujeres. 

"La tarea siempre la llevan adelante las mujeres de las diferentes organizaciones sociales. Se cargan al hombro el funcionamiento de los merenderos y comedores. Los recursos que recibimos equivalen al precio de 2 alfajores por persona. Esta es la situación que esperamos cambiar a partir de la Ley de Emergencia Alimentaria que ya está vigente y que esperamos que tenga un impacto tal que nos permita alimentar bien a todas las familias que concurren. Las organizaciones sociales fueron clave para que la situación no estalle y para que las personas puedan comer. Este gobierno dinamitó todo el tejido social", denunció Grosso.

"¿Qué le podés comprar a un chico con 30 pesos? Nada. O al menos nada que sea nutritivo. La Emergencia Alimentaria es una salida de urgencia, pero tenemos que proponernos una alimentación sana, saludable. Tenemos que dar ese salto. La campaña Comer Bien que llevamos adelante tiene ese fin. Estamos haciendo un relevamiento de todos los comedores y merenderos que existen porque el Gobierno no cuenta con ese registro. Y así es muy difícil poder planificar una política de Estado", dijo el diputado. 

"¿Qué le podés comprar a un chico con 30 pesos?. Nada. O al menos nada que sea nutritivo. La Emergencia Alimentaria es una salida de urgencia"

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El sobrepeso, la obesidad o la baja talla en los chicos es producto de una mala nutrición que no sólo los afecta hoy sino que también les dejará secuelas para su futuro. Para María Soledad Peredo, profesora y licenciada especialista en nutrición pediátrica (M.N 6615), el bajo consumo de alimentos fuentes en calcio como la leche,  que se ha reducido de forma histórica, pone en juego el crecimiento y la salud ósea de los chicos. "Especialmente si tenemos en cuenta que la mayor formación ósea que es el 40%,  se da en el período pre adolescente y adolescente puede no alcanzarse el pico de formación de masa ósea", explicó la especialista en nutrición pedirátrica.  

Según Peredo, la malnutrición es definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como las carencias, los excesos o los desequilibrios de la ingesta de energía y nutrientes de una persona. "La malnutrición se puede dar por alteraciones en la alimentación, ya sea por excesos como la obesidad o por carencias. La Desnutrición es uno de ellos y comprende la detención del crecimiento y las carencias o insuficiencias de vitaminas y minerales", dijo. 

Según la especialista en nutrición, los alimentos como los fideos, el arroz o los guisos, lo que más se consume debido a la crisis, concluyen en una dieta carente en vitaminas como la B12 y de minerales como el hierro entre otros,  y con un exceso en harinas y cereales refinados en su ingesta. "La mayor consecuencia de este tipo de alimentación es la malnutrición que se va a ver reflejada en el exceso de peso con las enfermedades crónicas no transmisibles y otras enfermedades causadas por carencias como la anemia", concluyó Peredo.

"La malnutrición se puede dar por dos grupos de alteraciones en la alimentación, ya sea por excesos como la obesidad o por carencias".Nada es más urgente que el presente de los chicos que pone en juego su futuro. Como dice UNICEF, "la deuda es con la niñez", y es la única deuda que se debe pagar si se quiere que haya un futuro en la Argentina. 

Fuente: Cronica

 

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