
La Justicia indaga a los detenidos por el triple crimen de Varela, mientras sigue la búsqueda de “Pequeño J”
POLICIALES


La causa por el triple crimen de Brenda del Castillo (20), Morena Verdi (20) y Lara Gutiérrez (15) entra en una etapa clave. La Justicia indagará este lunes a los dos acusados que fueron detenidos el fin de semana en la localidad bonaerense de Florencio Varela y en Bolivia.
El primero es Ariel Giménez, señalado como el hombre que cavó el pozo donde enterraron a las víctimas; mientras que el otro es Víctor Lázaro Sotacuro, atrapado en el país limítrofe bajo la sospecha de que participó como chofer de un vehículo en la ejecución de los asesinatos.
Ambos quedarán frente al fiscal de Homicidios de La Matanza, Carlos Arribas, quien le leerá los cargos de la imputación. De esa manera, busca avanzar en el rompecabezas criminal que conmociona a todo el país y que, según los investigadores, tuvo una planificación vinculada directamente a una organización narco.
La audiencia comenzará a las 9. Los dos sospechosos están acusados por el mismo delito, el de encubrimiento agravado, pero se cree que cada uno cumplió un rol diferente en el plan macabro que terminó con la vida de tres jóvenes.
Por eso, el fiscal Arribas espera tomarle declaración y que alguno de los dos aporte algún dato importante para dar con el paradero de “Pequeño J”, principal acusado que sigue prófugo.
Los roles de los últimos capturados
Giménez, de 29 años, fue detenido el viernes en Florencio Varela cuando regresaba a su casa, sin saber que había un operativo montado para atraparlo.
De acuerdo a la investigación, habría sido contratado por la banda exclusivamente para cavar la fosa en la que luego sepultaron los cuerpos de las tres jóvenes, en el aguantadero de Villa Vatteone.
El caso de Sotacuro es distinto. El hombre, de 41, de nacionalidad argentina y peruana, fue apresado en un hostal de Villazón, Bolivia, en un trabajo conjunto entre la Policía de ese país y el Ministerio Público de Jujuy.
Este domingo aterrizó en Buenos Aires cerca de las 20.30 y quedó a disposición del juez de Garantías, Fernando Horacio Pinos Guevara, que resolvió que sea derivado a una unidad del Servicio Penitenciario Federal. Fuentes policiales informaron a TN que fue alojado en el penal de Ezeiza.
Los investigadores sostienen que el hombre sería quien manejó el vehículo que habría sido utilizado para mover a integrantes de la organización durante la noche en que las víctimas fueron asesinadas.
Si bien en su defensa dijo que solo trabajaba como remisero y que fue contratado para un viaje después de una fiesta, sus dichos están bajo la lupa. La sospecha es que pudo haber presenciado las torturas o incluso participado de los crímenes.
La búsqueda internacional de “Pequeño J”
Mientras los fiscales avanzan con las indagatorias, el expediente tiene un nombre que se repite como el gran objetivo: Tony Janzen Valverde Victoriano, alias “Pequeño J”. Con 20 años recién cumplidos, este joven peruano es considerado el jefe de la organización que planificó y ejecutó los asesinatos.
Sobre él pesa una notificación roja de Interpol emitida el 27 de septiembre, lo que implica que las fuerzas de seguridad de 196 países deben colaborar en su captura con fines de extradición.
De acuerdo con la reconstrucción internacional, “Pequeño J” participó de manera directa en la secuencia criminal que se desarrolló entre el 19 y el 23 de septiembre en una casa de la calle Chañar al 700, en Florencio Varela.
El informe sostiene que las víctimas fueron sometidas a golpes, cortes y mutilaciones antes de ser enterradas. Las marcas en los cuerpos coinciden con prácticas que se atribuyen a un grupo delictivo peruano conocido como “Los Pulpos de Trujillo”, tan sanguinario como lo que ocurrió en esa casa de Villa Vatteone.
En Buenos Aires, se sospecha que el joven intentaba instalarse en la villa 1-11-14, en Zavaleta y en la 21-24, zonas históricamente disputadas por las bandas narco. Su objetivo habría sido plantar bandera en un territorio fértil luego de la caída de referentes como “Dumbo” y Marco Estrada González.
Con Giménez y Sotacuro ya son seis los acusados. Días atrás habían sido arrestados Miguel Ángel Villanueva Silva, de 27 años y nacionalidad peruana; Iara Daniela Ibarra, de 19; Andrés Maximiliano Parra, de 18; y Magalí Celeste González Guerrero, de 28.
El fiscal Arribas y su equipo sostienen que el triple crimen fue un mensaje mafioso y que detrás de él se esconde una organización que combina narcotráfico y prácticas de terror.
CON INFORMACION DE TODONOTICIAS.


