“Vamos a volver”: entre la épica de la calle y el reacomodamiento silencioso del peronismo

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
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  • Cristina Kirchner reapareció con un mensaje grabado desde su arresto domiciliario, llamando a la reorganización del peronismo.
  • La marcha en Plaza de Mayo tuvo fuerte carga emotiva, pero mostró una unidad parcial: la CGT no se movilizó y faltaron la mayoría de los gobernadores.
  • Dentro del PJ hay dos lecturas: para algunos, fue una despedida de la centralidad de CFK; para otros, el inicio de su posible regreso en 2027.
  • El peronismo entra en etapa de reconfiguración, sin liderazgo claro ni estrategia definida.
  • Sergio Massa planteó la consigna “peronismo vs libertarios”, pero aún falta acordar cómo concretarla.
  • Axel Kicillof emerge como figura, pero su rol es incierto. La provincia de Buenos Aires será clave en la reconstrucción partidaria.

En el corazón de la Plaza de Mayo, un hombre mayor con el libro Sinceramente en mano resumió con un grito lo que muchos vinieron a expresar: “¡Hay que unirse para volver!”. Lo dijo mirando a los dirigentes que desfilaban hacia el sector VIP del acto en respaldo a Cristina Fernández de Kirchner, en su primera aparición pública como detenida bajo arresto domiciliario. Fue el regreso de la épica kirchnerista, del “Vamos a volver”, con emoción, cantos y una multitud que encontró en la calle un punto de encuentro momentáneo.

Pero mientras la militancia cantaba con fervor, el mensaje de fondo fue otro. Cristina, en un video grabado, habló de reorganizarse con “más sabiduría, unidad y fuerza”. Y eso resume el momento político: el kirchnerismo pelea por retener centralidad, aunque ya no define en soledad el rumbo del peronismo.

La marcha fue masiva, sí, pero también puntual y fragmentada. La CGT no se movilizó —solo liberó a sus gremios a participar— y la mayoría de los gobernadores se ausentó, salvo Axel Kicillof y Ricardo Quintela. No hubo foto de unidad ni gesto contundente desde el aparato partidario. Lo que se mostró como un acto de respaldo, para muchos dentro del PJ fue más bien una despedida de la centralidad indiscutida de Cristina.

Las próximas semanas serán clave. En un mes se cierran las listas para las elecciones legislativas de 2025 y el peronismo debe definir mucho más que nombres: debe trazar un nuevo camino. Algunos interpretan que la detención de CFK abrió un espacio simbólico para reorganizarse. Otros, los más leales, redoblan su apuesta: Cristina puede volver en 2027 y debe liderar ese proceso desde ahora, aunque sea con sus palabras prestadas por voceros como Máximo Kirchner o La Cámpora.

En ese contexto, Sergio Massa sintetizó una idea que gana terreno entre las distintas tribus del PJ: “Es peronismo contra libertarios”. Pero el problema no es el qué, sino el cómo. El peronismo todavía no tiene una estrategia común para llegar a esa contienda. Y sin una hoja de ruta clara, ni la épica ni la mística alcanzan.

La situación de CFK, imposibilitada de moverse libremente, obliga a que otros ocupen el centro de la escena. Axel Kicillof es uno de los nombres que gana volumen, pero su rol todavía es incierto. Sin un liderazgo definido, el reordenamiento requerirá acuerdos, renuncias y una delicada cirugía interna, especialmente en la provincia de Buenos Aires, donde el peronismo se juega su bastión más importante.

El “Vamos a volver” suena fuerte, pero bajo ese grito hay tierra removida. Comenzó una nueva etapa. Se terminó la marcha. Y empieza, otra vez, la vieja y compleja discusión por el futuro del peronismo.

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