La tensión entre el ajuste y la realidad: el Gobierno enfrenta una semana clave con reclamos en el Garrahan y presión opositora en Diputados

• Conflicto en el Garrahan: Continúan los reclamos salariales; los residentes rechazan el bono ofrecido y convocan a una marcha y asamblea. El conflicto podría escalar a una paralización total.
• Sesión clave en Diputados: La oposición intentará tratar proyectos para aumentar jubilaciones y declarar la emergencia en discapacidad. El Gobierno busca impedir el quórum.
• Postura del Ejecutivo: Javier Milei ratifica su compromiso con el déficit cero y amenaza con vetar cualquier iniciativa que aumente el gasto público.
• Costo fiscal de los proyectos: El oficialismo estima que podrían representar el 1,8% del PBI.
• Tensión política y social: La estrategia de ajuste enfrenta resistencias tanto en el Congreso como en la calle, marcando una semana crítica para el Gobierno.

 En la Casa Rosada repiten como mantra que “la motosierra es infinita”. Pero esta semana, la narrativa del ajuste eterno chocará nuevamente con las demandas sociales concretas: por un lado, continúan los reclamos salariales del Hospital Garrahan, y por el otro, la oposición se alista para una sesión en la Cámara de Diputados que podría forzar el tratamiento de proyectos sensibles para el equilibrio fiscal que defiende el Gobierno.

En términos prácticos, ambas iniciativas —el aumento jubilatorio y la declaración de emergencia en discapacidad— apuntan a un incremento del gasto público que el presidente Javier Milei y su equipo económico se niegan tajantemente a habilitar. “No hay ninguna chance de que toquemos el Presupuesto”, aseguró a Infobae una alta fuente de la Casa Rosada, en sintonía con el mensaje inflexible que el Ejecutivo ha transmitido a lo largo de los últimos meses.

Las expectativas del oficialismo para la sesión del miércoles no son alentadoras. A pesar de los intentos de Martín Menem —titular de la Cámara Baja— por bloquear el quórum, desde el entorno libertario admiten que Unión por la Patria, el Frente de Izquierda y bloques dialoguistas como la Coalición Cívica y Encuentro Federal podrían reunir los números necesarios para avanzar. Si se logra aprobar en Diputados, el Ejecutivo ya anticipó su respuesta: el veto presidencial. “Los números para ambos vetos están, y a Javier no le tiembla el pulso”, confían en Balcarce 50.

Ya ocurrió con la suba de las jubilaciones y el presupuesto universitario: Milei vetó sin grandes costos políticos. El Gobierno prioriza enviar señales de rigidez fiscal a los mercados antes que ceder ante el reclamo social. En esta ocasión, el costo fiscal de los proyectos ronda el 1,8% del PBI, según el oficialismo. Menem fue tajante: “Se esconden detrás de causas nobles para intentar romper el equilibrio fiscal”.

Mientras tanto, en las calles, la conflictividad social amenaza con escalar. El Hospital Garrahan, uno de los emblemas de la salud pública pediátrica, enfrenta una huelga por mejoras salariales. El Gobierno intentó desactivar la protesta anunciando un aumento en los bonos para residentes, pero la medida fue rechazada por insuficiente. El salario de bolsillo, aseguran, sigue por debajo de lo necesario y la medida no incluye a la planta permanente, que representa el 90% del personal.

La interna hospitalaria quedó al rojo vivo tras la implementación del control biométrico de asistencia. Para el oficialismo, el conflicto responde a la reacción de sectores gremiales que “no quieren perder sus privilegios”. Desde ATE y la Junta Interna del hospital, respondieron con dureza: “La exclusión a más del 90% de las personas que trabajan en el hospital agrava el conflicto”.

Este lunes, los residentes realizarán una “marcha de las velas” al Obelisco, y el martes se celebrará una asamblea general que podría definir nuevas medidas de fuerza. La posibilidad de una paralización total no está descartada.

En el fondo, lo que se debate no es solo una paritaria, sino los límites de un modelo de ajuste que pretende ser estructural. Mientras Milei sostiene su meta de déficit cero como bandera de gobernabilidad ante los mercados, los hechos concretos —salarios deprimidos, jubilaciones en emergencia, hospitales en crisis— evidencian que la motosierra, por más infinita que parezca, no puede ignorar por completo el terreno en el que opera.

El miércoles será una prueba doble: en las calles y en el Congreso. Y podría marcar un punto de inflexión entre el relato del sacrificio necesario y la realidad del malestar social.