Cuotas en dólares con tarjeta de crédito: el próximo paso que planea dar el Gobierno hacia el bimonetarismo

ECONOMÍA Marcelo Mussi*
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El Gobierno continúa avanzando en su plan hacia un esquema bimonetario, ahora con el foco puesto en habilitar compras en dólares con tarjeta de crédito, incluso en cuotas. Esta nueva fase se suma a las medidas destinadas a canalizar ahorros no declarados dentro del sistema formal.

Luego de los anuncios realizados el jueves por el ministro de Economía Luis Caputo, el Banco Central (BCRA) trabaja en adaptar la infraestructura de los plásticos para permitir esta operatoria.

Cuotas en dólares con tarjeta de crédito: el Gobierno avanza en el plan hacia el bimonetarismo

Así lo confirmó Silvina Rivarola, directora del organismo, quien explicó durante el streaming Tiempo Libre que "se está trabajando desde el Banco Central para acomodar los sistemas de las tarjetas de crédito, porque tienen toda una ingeniería detrás". "Pero para que también pueda haber compras con tarjeta de crédito en dólares. También en cuotas", destacó la funcionaria.

La iniciativa había sido anticipada días atrás por el ministro de Economía, Luis Caputo, durante un encuentro con ejecutivos de Ford. En esa ocasión, sostuvo que "todo lo que se venda en cuotas en dólares, va a tener un salto importante en la demanda".

 Aunque hoy no existen planes de financiación en dólares para la compra de vehículos 0km, el objetivo es fomentar lo que en el Gobierno denominan "remonetización en dólares", un mecanismo pensado para atraer fondos no blanqueados, cuya implementación técnica ya está en marcha, aunque resta el respaldo legal definitivo.

En paralelo, el BCRA ya había lanzado a fines de febrero un sistema de débito inmediato programado que permite pagar en cuotas dentro del país usando tarjeta de débito, incluso en moneda extranjera. Sin embargo, la adopción por parte de las empresas ha sido baja.

Este esquema, conocido como Debin inmediato, permite que comerciantes y consumidores pacten previamente el pago en cuotas fijas, definiendo monto, plazo, moneda y condiciones. Una vez acordado, el cliente autoriza la operación y los débitos se realizan automáticamente mes a mes desde su caja de ahorro.

No obstante, a diferencia de las tarjetas de crédito, este sistema no implica financiamiento bancario. Es decir, si el cliente no tiene fondos en su cuenta al momento del débito, el comerciante asume el riesgo del impago. "Es una operatoria muy riesgosa para los comercios, ya que entregan el producto o servicio y el cobro depende de que haya plata cuando llegue la fecha de débito", advirtió una empresa que integra el ecosistema de medios de pago.

La postura de los bancos, un escollo para el plan del Gobierno

A pesar de que el Gobierno había dejado trascender que una parte central del anuncio para el uso de los dólares del "colchón" habilitaría las cuotas en dólares para comprar autos cero kilómetro, esa posibilidad todavía no existe.

"Tienen que estar habilitados los sistemas (de las tarjetas de crédito) para empezar a pagar en cuotas en dólares", dijo Luis Caputo durante un stream en el canal "Carajo".

Después mencionó que la puesta en marcha de esa posibilidad depende de cada comercio. Dio a entender que cada comerciante debería correr el riesgo de vender en dólares con financiamiento.

Hay una realidad detrás de la chance de que se lancen las cuotas en dólares, ya sea para comprar autos o cualquier producto.

Los bancos se plantaron y rechazaron la posibilidad de otorgar financiamiento en dólares. No es la primera vez que el Gobierno intenta flexibilizar la imposibilidad de que las entidades otorguen créditos en moneda dura a clientes que no sean generadores de divisas.

"Es sano que no le prestemos dólares a quienes no los generan", comentó a iProfesional el ejecutivo de un banco líder de capital privado nacional.

Para los financistas, la única chance que tiene el Gobierno de llevar adelante una iniciativa de ese tipo sería bajo riesgo de la propia compañía. En el caso de la compra en cuotas de autos, sería la propia terminal automotriz. Lo llamativo fue que el propio ministro había adelantado esa medida, que por ahora no forma parte del paquete.

"Excelente reunión mantuvimos junto con Pablo Lavigne, con Martín Galdeano y el equipo de Ford. Van a continuar invirtiendo más en el país", señaló Caputo, quien agregó: "Hablamos también de lo próximo que se viene, la remonetización en dólares y cómo ser más competitivos.Todo el que venda en cuotas en dólares va a tener un salto importante en su demanda" había posteado Caputo apenas unos pocos días atrás.

La clave para convencer al ahorrista de que use sus dólares del colchón

Lo cierto es que, lo que la experiencia está demostrando, es que para que el ahorrista saque sus dólares del colchón y los use en una compra, en vez de usar pesos, tiene que haber un incentivo potente. Y, en el marco de una compra a crédito, ese incentivo sólo puede provenir de dos fuentes: una exoneración impositiva para el pago en moneda extranjera o un diferencial en la tasa de interés.

Lo sabe perfectamente cualquier argentino de más de 40 años que haya vivido la década del "uno a uno". En aquellos tiempos de convertibilidad, había una escena que se repetía cotidianamente: cuando un consumidor compraba un electrodoméstico en cuotas, el vendedor le preguntaba si prefería que su deuda figurase en pesos o en dólares. No era necesario tener una caja de ahorro en dólares ni una tarjeta de crédito diferencial.

Si el comprador preguntaba cuál era la diferencia -a fin de cuentas, había una ley que establecía que un peso valía igual a un dólar, y no se exigían precios diferenciados-, la respuesta era clara: el interés que se aplicaba a las cuotas en dólares era muy inferior que el que se aplicaba a las cuotas en pesos.

A primera vista, esa situación podía sorprender, dado que se prestaba a interpretaciones sobre que el sistema bancario percibía un riesgo devaluatorio. De hecho, al gobierno de Carlos Menem y Domingo Cavallo no les gustaba esa situación, al punto que se había transformado en un clásico que el presidente y su ministro de economía reclamaran a los bancos una baja de tasas en cada evento empresarial.

La diferencia de tasas no fue uniforme a lo largo de toda la década, y varió de acuerdo con las situaciones de liquidez bancaria y según si los flujos de dólares entrantes estaba en alza o baja. Así, un punto de inflexión fue la crisis del "efecto Tequila", en la que el sistema bancario tembló ante la salida súbita de 20% de los depósitos, algo que disparó una suba de las tasas.

*Para www.iprofesional.com

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